Alexandra Henríquez, ginecóloga: “No podemos culpar siempre a los genes, tenemos que mejorar nuestra calidad de vida”
Henríquez ha publica ‘Ser mujer’ (Espasa), un libro que recorre todas las etapas de la vida femenina para explicar por qué la alimentación, el estrés y los hábitos cotidianos influyen tanto en la salud hormonal

Elegir una profesión es, en ocasiones, una decisión temprana que se toma casi sin saberlo. En el caso de Alexandra Henríquez, la semilla se plantó en su infancia, cuando acompañaba a su padre, cirujano y jefe de Servicio de Cirugía General en Lanzarote, al hospital. Aquel ambiente de batas blancas, pasillos luminosos y quirófanos en plena acción se convirtió en su hábitat natural. “Era la hija del jefe, siempre encontraban un hueco para que yo pudiera aprender y ayudar”, recuerda. De esa convivencia nació la certeza de que su vida estaría ligada a la medicina.
Comenzó la carrera con la idea de seguir los pasos paternos y especializarse en cirugía. Pero entonces apareció la ginecología y obstetricia, y fue “un flechazo”, como ella misma lo define. Y añade: “En la vida, siempre hay decisiones que ya están tomadas mucho antes de que lo descubras, igual en esto los genes pueden tener algo de razón”. Años más tarde, con apenas 29, ya era especialista en ambas áreas y también en patología de mama. Su juventud, reconoce, generaba cierta sorpresa entre las pacientes. “Me preguntaban dónde estaba el cirujano. Era joven, estaba preparada y tenía ganas de ayudar y mejorar la vida de mis pacientes. Ahora me rio cuando con alguna cana ya visible me lo vuelven a preguntar, porque quizás antes se asociaba la figura de cirujano más al hombre ya más maduro, pero los tiempos cambian y en estos momentos ya somos más mujeres las que accedemos a la carrera de Medicina”, cuenta.
Recientemente, Henríquez ha publicado Ser mujer, un libro que recorre la vida femenina desde el embarazo hasta la menopausia. Los primeros capítulos abordan los impactos transgeneracionales del embarazo, como los déficits nutricionales que pueden condicionar la salud futura del bebé. La autora profundiza en la importancia de los mil primeros días de vida y continúa con los problemas hormonales más frecuentes en la edad fértil: endometriosis, síndrome de ovario poliquístico y síndrome premenstrual. El libro culmina con la menopausia y el cáncer de mama, un tumor que afecta a una de cada ocho mujeres a lo largo de su vida.
Entender lo que nos pasa: la esencia del libro
Si existe un hilo conductor es la importancia de que las mujeres entiendan su cuerpo. “Durante años hemos normalizado síntomas que no lo son. Yo quiero dar voz a muchos problemas de la mujer que la sociedad normaliza o tapa con tratamientos muchas veces innecesarios, poder llegar al origen de esa situación”. La pregunta más frecuente que le hacen en consulta tiene que ver con el dolor y los sangrados abundantes. “La mayoría de mis pacientes buscan un médico con una visión que combine la medicina tradicional y la medicina integrativa. Quieren otro punto de vista o una ayuda que intente entender su problema”. Por eso, explica que el dolor menstrual, tan asumido socialmente, “es en realidad una manifestación de inflamación: un desequilibrio entre exceso de prostaglandinas inflamatorias y déficit de omega 3, antioxidantes y fibra”.
Y aquí, la especialista insiste, entran en juego alimentación saludable, ejercicio físico y buena gestión del estrés. “No entendemos lo que un organismo estresado puede somatizar en nuestro cuerpo”, advierte. El estilo de vida contemporáneo —falta de movimiento, pantallas, luz artificial, alimentos procesados y exceso de azúcar— se ha convertido en una amenaza silenciosa. Respirar aire libre, tomar luz natural, evitar el sedentarismo y comer alimentos de temporada son algunas de sus recomendaciones. “Comer no es llenar el estómago, es nutrir nuestras células”, resume.
¿Y qué hacemos cuando llega la perimenopausia? Alexandra Henríquez lo tiene claro: hay que prepararse porque el cuerpo manda señales previas que conviene atender. De nuevo insiste de nuevo en el estilo de vida saludable. “En los años anteriores la mujer tiene que prestar especial atención a su estilo de vida, disminuir el estrés y comenzar a realizar ejercicio de fuerza para incrementar la masa muscular, tan beneficiosa en este periodo según muchos estudios, porque el músculo es lo que más rápidamente consume la glucosa y en un organismo saludable debe prevalecer el músculo frente a la grasa”. Henríquez insiste también en la importancia de la suplementación en esta etapa. “Complemento como la vitamina D y K2 para mejorar nuestra salud ósea, omega 3 como moduladores de la inflamación para mejorar nuestro perfil lipídico y disminuir el riesgo de hipertensión, el magnesio para relajarnos a todos los niveles, apoyar nuestro descanso nocturno y fortalecer nuestros huesos y los omega 7 para dar más flexibilidad a la piel y a las mucosas”.
Cáncer de mama: más allá de los genes
Alexandra Henríquez explica en su libro que el cáncer de mama es el tumor más frecuente en la mujer. Una de cada ocho mujeres lo desarrollará a lo largo de su vida. Teniendo un origen multifactorial, de la alimentación al ejercicio, la pregunta final es evidente: ¿estamos haciendo algo mal? “Muchas cosas. El cáncer no se debe a la mala suerte. Existe una causa genética, pero esta explica solo entre el 5% y el 10% de los casos. Los factores ambientales podrían explicar hasta el 73%”, manifiesta, apoyándose en estudios recientes de la Sociedad Española de Senología y Patología Mamaria. Los hábitos son determinantes: alcohol, tabaco, disruptores endocrinos, sedentarismo, obesidad, exceso de insulina o el retraso de la maternidad. “No podemos culpar siempre a los genes, tenemos que defendernos del estrés y mejorar nuestra calidad de vida paso a paso”.



