La moda de los suplementos alimenticios: ¿son realmente necesarios?
España es uno de los países de la Unión Europea que más confía en este tipo de productos

A los españoles, está claro, nos gustan los suplementos alimenticios. Según el estudio ‘Uso de suplementos nutricionales en la población española’, realizado en 2021 por Mapfre y la Academia Española de Nutrición y Dietética, el 75% había tomado algún tipo de suplemento durante el año anterior, la mayoría sin prescripción. Y según otra encuesta llevada a cabo este año por Food Supplements Europe (FSE) e Ipsos en catorce países, somos los europeos que más confianza depositamos en esta industria, solo por detrás de Italia y Países Bajos.
Los complementos alimenticios suelen presentarse en diversas formas (pastillas, cápsulas, soluciones líquidas o en polvo) y prometen, entre otras cosas, llenar los vacíos nutricionales que pueda tener nuestra dieta o mejorar nuestro rendimiento. Sin embargo, su utilidad y seguridad son cuestiones que siguen generando controversia. “Si hablamos de población sana que lleva a cabo una alimentación variada y equilibrada, no es necesario suplementar, porque ya está recibiendo de estos alimentos todos los nutrientes que necesita”, explica Sarai Alonso, especialista en psiconutrición.
“Si hablamos de población sana que lleva a cabo una alimentación variada y equilibrada, no es necesario suplementar, porque ya está recibiendo de estos alimentos todos los nutrientes que necesita”
Los suplementos, incide, no pueden en ningún caso sustituir una dieta equilibrada y lo fundamental es priorizar la obtención de nutrientes necesarios (carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y otros elementos esenciales) a través de los alimentos. “Una situación diferente sería cuando una analítica de sangre muestra alguna deficiencia o se padece una enfermedad en la que hay riesgo de alguna carencia”, apunta Alonso. Así, pueden ser beneficiosos para las personas que tienen falta de vitamina D en climas con poca exposición solar, cuando se diagnostica una enfermedad como la anemia o en el caso de los vegetarianos y veganos que necesitan un aporte extra de vitamina B12, un complejo que solo se encuentra en alimentos de origen animal. Más allá de este tipo de situaciones, su beneficio es, según los expertos, cuestionable.
A juicio de Beatriz Robles, nutricionista y tecnóloga de alimentos, al recurrir a suplementos cuando no son necesarios “estamos malgastando el dinero, porque son micronutrientes que obtenemos de forma fácil y sencilla llevando una dieta normal y bien planificada”. El problema, en su opinión, es que muchas personas no siguen una dieta equilibrada debido a restricciones alimentarias, preferencias personales, intolerancias o simplemente por elección, y piensan que con los complementos nutricionales compensarán esas lagunas.
La doctora Esther Samper, autora de El lado oculto de la farmacia, también opina que complementar nuestra alimentación con este tipo de suplementos es totalmente innecesario salvo que exista un déficit o algún requerimiento nutricional especial como es el caso del ácido fólico en el embarazo. “Por ley, estos productos deben poner en su etiquetado que no son sustitutos de una dieta equilibrada”, explica. “Sin embargo, la publicidad engañosa que los rodea induce a pensar a muchos consumidores que realmente los necesitan. Y, desafortunadamente, ni las vitaminas nos van a dar vitalidad y energía, ni ese complemento reforzará nuestra memoria, ni el otro evitará que perdamos pelo. Es todo un mundo de fantasía creado por el marketing”.
“Por ley, estos productos deben poner en su etiquetado que no son sustitutos de una dieta equilibrada”
Tomar una dosis de ciertos nutrientes mayor de la recomendada puede ser incluso perjudicial. En el mejor de los casos nuestro cuerpo eliminará el exceso por la orina, pero en otros podría acarrearnos algún problema. “No hay estudios rigurosos que demuestren que consumir más ciertos nutrientes nos vaya a servir para prevenir enfermedades o, en general, para estar más sanos. De hecho, lo que sugieren las investigaciones es justo lo contrario, aportar un extra de todo ello podría ser perjudicial para la salud”, indica Samper. Aunque la mayoría de los complementos son seguros no todos son inocuos. “Si tomamos un exceso de otras sustancias que pueden acumularse en nuestro cuerpo, como el caso de la vitamina D, sí que pueden dar problemas”, afirma Robles. También ocurre con la vitamina A. “Un exceso de esta vitamina, por ejemplo, en embarazadas, puede ser un riesgo para el feto, y en personas fumadoras puede incrementar el riesgo de cáncer de pulmón”. Sarai Alonso también indica que un exceso de suplementos de proteína puede generar “un mayor trabajo de los órganos que se encargan de su digestión y absorción: hígado, riñones y páncreas, que sen ven muy afectados y hay riesgo de sufrir daños.”
Otra de las cuestiones importantes es la calidad y seguridad de los complementos, porque algunos pueden contener ingredientes no etiquetados o en dosis incorrectas, por eso es fundamental acudir a los canales oficiales para adquirir cualquier producto y solo comenzar a tomarlo si previamente por consejo de un facultativo. “Si en la analítica hay alteraciones, será el mismo médico quien tome medidas y recomiende realizar alguna prueba más o paute un suplemento. Únicamente un médico puede pautar una medicación. No debes automedicarte, ni con suplementos que parecen inofensivos”, concluye Alonso.