La ‘app’ que ha declarado la guerra al desperdicio de alimentos
Más de 2,5 millones de personas ya pertenecen a la comunidad de Too Good To Go en España
Nada menos que un tercio de toda la comida que se produce en el planeta acaba en la basura. Evitar ese despilfarro, con las consecuencias sociales y medioambientales que tiene, es el objetivo de Too Good To Go, un buen ejemplo de que a veces los pequeños gestos también pueden tener un gran impacto.
El problema es más grave de lo que seguramente la mayoría imagina. La FAO, la organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, estima que un tercio de la producción mundial de alimentos se desperdicia. Y mientras, 800 millones de personas en el mundo pasan hambre. Ese derroche no tiene una única causa y se produce a lo largo de toda la cadena de suministro, desde la producción hasta el consumo en el hogar. En los países industrializados, por ejemplo, es habitual que se tiren alimentos cuando la producción excede a la demanda. A veces, parte de las cosechas sobrantes puede venderse a procesadores de alimentos o como comida para animales, pero no suele ser económicamente rentable, puesto que los precios en estos sectores son mucho más bajos que los que se manejan en el minorista. En sectores como el lácteo, con un producto con una vida útil muy corta y un margen de beneficio escaso, cualquier imprevisto puede acabar con toneladas de leche arrojadas por el desagüe. Es lo que les ha pasado en los últimos meses a muchos ganaderos españoles, europeos y estadounidenses, obligados por la pandemia y la caída de la demanda en hostelería a tirar miles y miles de litros de leche fresca. En otras ocasiones, especialmente en los países en desarrollo, el desperdicio se debe a una recolección prematura de las cosechas por urgencias alimentarias, o a la necesidad desesperada de efectivo de los productores. Además, los supermercados imponen unos estándares estéticos para los productos frescos que les llevan a rechazar alimentos perfectamente consumibles únicamente por su aspecto.
También los consumidores tenemos parte de culpa en este desastre. A pesar de que todos oímos en nuestra infancia eso de que ‘la comida no se tira’, pero el mensaje no acabó de calar. En las cocinas de los países desarrollados muchos alimentos acaban estropeándose por una mala conservación o falta de planificación de las comidas. “Cada año se desperdician 1.600 millones de toneladas, un lujo que no podemos permitirnos por las consecuencias sociales, económicas y medio ambientales que conlleva”, afirma Madalena Rugeroni, directora de Too Good To Go en España. “La ONU ha establecido el objetivo de reducir a la mitad ese desperdicio para 2030, y los expertos están advirtiendo de que si no hacemos algo ya, no se conseguirá. Todos los ciudadanos tenemos la responsabilidad de unirnos a esa lucha”.
Too Good To Go es una aplicación gratuita que conecta a los usuarios con establecimientos de su entorno (supermercados, restaurantes, fruterías, panaderías...) que venden a precio reducido su excedente diario de comidas o productos con una fecha de caducidad próxima. Así, los usuarios no solo ahorran dinero, sino que aprovechan esos alimentos que aún están en perfectas condiciones y que de otra manera acabarían en la basura.
Desde su nacimiento hace cinco años en Dinamarca, la empresa ha salvado, según sus propios datos, más de 65 millones de comidas. En la actualidad está presente en quince países: catorce europeos y Estados Unidos. A España llegó en septiembre de 2018, y en estos casi dos años no ha parado de crecer. “Ya trabajamos con cerca de 7.000 establecimientos de todo el país, entre ellos grandes cadenas o marcas como Carrefour, Alcampo, Granier, Accor o Muerde la pasta, pero también con establecimientos más pequeños e independientes”, explica su directora general. “A nivel de comunidad, tenemos más de 2,5 millones de usuarios y si hablamos de comidas salvadas, que es nuestro principal objetivo, son más de 2,7 millones, el equivalente a evitar el desperdicio de 2.700 toneladas de alimentos y la emisión de más de 6.000 toneladas de CO2. Para nosotros esto es muy importante, porque obviamente el desperdicio de alimentos también tiene un impacto brutal en el medio ambiente”.
Too Good To Go se presenta no como una aplicación, sino como un movimiento. La empresa hace campañas de concienciación, genera contenido en redes con trucos y consejos para evitar el desperdicio de comida en los hogares, ha creado, en colaboración con la FAO, materiales educativos gratuitos para los colegios y colaboran de distintas formas con multitud de instituciones, desde asociaciones a gobiernos regionales y ayuntamientos. En Cataluña, por ejemplo, ha participado en las sesiones de trabajo que se organizaron para el desarrollo de la Ley contra el desperdicio de alimentos aprobada el pasado mes de marzo en esa región. “Nuestra misión es inspirar y empoderar a las personas para que tomen medidas y empiecen a cambiar hábitos de consumo”, asegura Madalena Rugeroni. También ha formado una comunidad de marcas, las Marcas Waste Warrior, que se han comprometido públicamente a combatir el desperdicio de alimentos. Veintitrés empresas han firmado ya su declaración de intenciones, entre ellas, gigantes de esta industria como Unilever o Danone.
Su objetivo de cara a este año es llegar a los 5 millones de comidas salvadas, además de trabajar más con productores, agricultores y grandes fabricantes para que puedan dar salida a sus excedentes a través de la app y no acaben en la basura (o el desagüe). Pese a lo ambicioso del reto, Rugeroni es optimista sobre sus posibilidades de éxito, entre otras cosas porque, asegura, la pandemia está haciendo que cada vez más ciudadanos tomen conciencia del problema. “Se empiezan a ver pequeños cambios, y creo que tiene mucho que ver el que ahora pasemos más tiempo en casa. Esto nos está ayudando a conectar más con los alimentos, a valorar más la comida y a cocinar más. Datos del Ministerio de Agricultura indican que durante el confinamiento se redujo en un 14% el desperdicio de alimentos en los hogares, lo que supone una tendencia muy positiva, aunque obviamente queda mucho por hacer”.
Este artículo se publicó primero en el último número de la edición impresa de Mujeres a Seguir. Puedes ya leer gratis la revista completa en versión digital o pedir un ejemplar en papel.
