Charo Marcos (Kloshletter): “Los periodistas sentimos una urgencia brutal que nos lleva a cometer errores. Yo misma los he cometido”
Marcos es la ganadora de los X Premios MAS en la categoría de Comunicación

El sueño de Charo Marcos era dedicarse al periodismo cultural, un palo que, al menos de momento, no ha tocado, y eso que ha tocado ya bastantes: empezó trabajando en prensa (La Razón) y televisión (Antena3), después se pasó a los medios digitales (formó parte de la redacción de Elmundo.es y del equipo que fundó RTVE.es, donde fue directora de informativos web y subdirectora de nuevos formatos y de su laboratorio) y en 2017 lanzó Kloshletter, la primera newsletter independiente de información general editada en España. Recientemente ha entrado también en el mundo de los podcast; dirige dos, A.M. y Geopolítica Pop, que se emiten en Spotify. Marcos, ganadora de los X Premios MAS en la categoría de Comunicación, ha vivido en primera persona los muchos cambios que ha experimentado el panorama de los medios en las dos últimas décadas. En su opinión, ha llegado la hora de que los medios aprendan de los errores cometidos en estos años (también muchos) y empiecen a ver la tecnología como una herramienta para volver a los orígenes y recuperar la esencia del oficio periodístico.
Háblanos del proyecto Kloshletter, ¿cómo nació?
Nació hace ya seis años, aunque en realidad llevaba bastante tiempo dándole vueltas. Cuando se me ocurrió la idea, traté por todos los medios posibles de que se me olvidara o descartarla, porque hasta entonces siempre había trabajado por cuenta ajena, y eso de lanzarme a hacer algo por mi cuenta se me hacía un poco cuesta arriba. Kloshletter ha sido el proyecto más personal de mi carrera y el que el que más alegrías me ha dado. Pero también el que más dolores de cabeza me ha provocado. Fue la forma que encontré de reinventarme para seguir haciendo periodismo. En aquella época había detectado una tendencia que venía, sobre todo, de Estados Unidos. Algunos medios de comunicación empezaban a utilizar las newsletters como vía para distribuir sus contenidos, un poco para contrarrestar el efecto de las redes sociales, que estaban haciendo que perdieran el control de su difusión. Y luego también había newsletters que funcionaban como prescriptoras de contenidos y que se estaban convirtiendo en medios en sí mismas. La idea me gustaba, pero estuve un tiempo diciendo “si aquí no lo ha hecho nadie antes, por algo será”. Al final decidí intentarlo, aunque, la verdad, sin muchas aspiraciones. Mi objetivo con Kloshletter es, como decía un periodista del New York Times, que los lectores encuentren cada día un lugar seguro del que salir, por lo menos, con una idea general de lo que está ocurriendo en el mundo.
Seis años después, ¿cuántos suscriptores tenéis?
Tenemos una comunidad de más de 30.000 suscriptores. Es una comunidad superfiel, porque la tasa de apertura de la newsletter es altísima, de cerca del 65%. El perfil es el de personas de entre 35 y 55 años. El 70% son mujeres y un 30%, hombres.
Te encargas personalmente de editar los contenidos y escribir la newsletter. ¿Cuántos medios puedes llegar a consultar al día?
Una vez hice el cálculo y me salieron como treinta, entre medios nacionales, internacionales y prensa regional, que es muy valiosa para mí, porque no le llega a todo el mundo. En realidad, el trabajo consiste en bucear en la información todo el rato. La que está en los medios tradicionales es fácil de encontrar. En ese caso se trata de leerla a fondo, intentar explicarla bien y ofrecerla a los suscriptores sin una visión partidista, de la forma más amplia y objetiva posible para que sean ellos los que se forman su propia opinión. Para mí, esa es la parte más fácil. Lo difícil es buscar los temas que no forman parte de los titulares de la jornada y que me parece que son los que dan personalidad al boletín. Al final se trata de leer, leer y leer.
"No sé si ha habido algo tan disruptivo como la inteligencia artificial en los años que llevo en esta profesión, pero el surgimiento de internet también se iba a cargar el periodismo y antes, el vídeo iba a matar a la estrella de la radio, como decía la canción".
La curación de contenidos es, en estos tiempos de infoxicación, más necesaria que nunca. ¿Qué criterios tienes en cuenta a la hora de elegir los temas?
Kloshletter incluye, para empezar, las cinco noticias del día, los titulares de la jornada. Intento concentrar la información política nacional de la mejor manera posible, evitando los dimes y diretes que generan tanto ruido. Procuro que haya información internacional y también cuestiones que tengan que ver con la sanidad, la educación y ese tipo de temas. Después incluyo un tema que procuro que sea siempre un reportaje más de largo recorrido, que puedas leer en cualquier momento y que te invite a dar una vuelta a cosas que estén pasando. Además, está trufada de temas que tienen que ver con arte, literatura, tecnología, salud mental, estilo de vida, gente que haga cosas interesantes… Esa sección se llama ‘Apuntes para el ascensor’ y siempre la imaginé como un lugar para encontrar temas de conversación más allá del tiempo y la política.
¿Cómo intentas esquivar las ‘fake news’?
Nadie está a salvo de que se la cuelen, pero lo que hago es acudir a fuentes fiables de información e intentar respirar antes de dar las noticias. Yo, que he trabajado tanto tiempo en la última hora, prefiero no dar un tema si no lo veo claro y esperar hasta el día siguiente. Los periodistas sentimos una urgencia brutal que nos lleva a cometer errores. Yo misma los he cometido, así que hablo en primera persona.
El que la gente en internet no lee de verdad es una creencia muy extendida, incluso en círculos periodísticos. ¿Estás de acuerdo?
Es verdad que la gente se queda en los titulares, por eso pensé Kloshletter como un sitio que te contara las cosas más allá del titular. Mi objetivo es hacerlo de una forma breve, concisa y amena para que te puedas formar tu propio criterio más allá de ese titular que te ha llegado a través de WhatsApp o Facebook y que a veces es engañoso.
Mar Cabra, una de nuestras finalistas de los premios en esta categoría el año pasado, tiene un proyecto que defiende el derecho a la desconexión digital en los periodistas. ¿Tú logras desconectar en algún momento?
Creo que sanísimo que los periodistas también desconectemos. Primero, por nosotros mismos, como en el caso de cualquier otro trabajador, pero, además, creo que nuestro producto es mejor cuando lo hacemos. Muchas veces los periodistas estamos tan metidos en la vorágine informativa que somos incapaces de ponernos en el lugar del lector y dejamos de hacer bien nuestro trabajo. Perdemos la perspectiva. La desconexión es necesaria también para tomar un poco de distancia y hacernos preguntas. Deberíamos recuperar la idea de que esto es un servicio que prestamos a los lectores.
También trabajaste en Prodigioso Volcán, donde participaste en diversos proyectos de transformación digital de medios. ¿Hacia dónde crees que evolucionarán a corto plazo, dónde ves las mayores oportunidades creativas y de negocio ahora mismo para ellos?
Si supiera responder a esa pregunta, sería CEO de una compañía de medios. En vez de sacar la bola de cristal, te voy a decir lo que me gustaría a mí que ocurriera. Me gustaría que los medios aprovecharan las oportunidades que les da la tecnología para hacer mejor su trabajo y recuperar la práctica del oficio periodístico. A los periodistas cada vez se nos pide que utilicemos más herramientas y sepamos hacer más cosas y se nos exige menos calle, menos fuentes y menos historias. Deberíamos utilizar la tecnología para facilitarnos el trabajo, pero si no sabemos ejercer nuestro oficio, entendido como un trabajo artesanal, que es lo que es, tendremos problemas.
Periodismo, IA y redes sociales
Hablando de herramientas, ¿consideras la IA como una amenaza o como una oportunidad?
Esto es lo de siempre, cada vez que irrumpe una herramienta superdisruptiva en el ecosistema, nos echamos a temblar. No sé lo que va a pasar con la inteligencia artificial, creo que tiene enormes ventajas y algún inconveniente. No sé si ha habido algo tan disruptivo como la inteligencia artificial en los años que llevo en esta profesión, pero el surgimiento de internet también se iba a cargar el periodismo y antes, el vídeo iba a matar a la estrella de la radio, como decía la canción. Cuando hay un cambio tecnológico tan brutal tener miedo es entendible, pero tenemos que tratar de aprovechar las ventajas de la IA para que nuestro trabajo sea mejor, porque la tecnología bien utilizada siempre nos ha ayudado, el problema es cuando se usa para mandar a la gente a su casa. La tentación de sustituir personas por máquinas es enorme para las empresas.
"Yo dirigía un medio de comunicación cuando irrumpieron las redes sociales y tomé la misma decisión equivocada que tomaron muchos otros: centrar toda nuestra estrategia en la distribución de contenidos. Entregamos los contenidos a las redes para que crecieran, pero el retorno que hemos recibido no ha sido bueno".
Las redes sociales también han cambiado mucho el panorama para los medios. Por un lado, se han convertido en una nueva forma de expandir sus contenidos, pero ahora parece que muchos medios que fiaron su estrategia a los contenidos virales y el tráfico procedente de estas plataformas, o bien han quebrado o bien están pasando por serias dificultades. ¿Crees que las redes son más un aliado o un enemigo para los medios?
Esta es la gran pregunta. Yo dirigía un medio de comunicación cuando irrumpieron las redes sociales y tomé la misma decisión equivocada que tomaron muchos otros: centrar toda nuestra estrategia en la distribución de contenidos. Entregamos los contenidos a las redes para que crecieran, pero el retorno que hemos recibido no ha sido bueno. Creo que esos errores que cometimos en su momento nos han hecho aprender. Ha llegado el momento de recuperar el contacto con nuestros lectores o suscriptores sin intermediarios. Por eso defiendo el uso del correo electrónico como una herramienta valiosísima para reforzar el vínculo con ellos. Las redes sociales son los bares del siglo XXI. Todo el mundo quiere allí, y nosotros también tenemos que hacerlo, pero les hemos dedicado muchísimo esfuerzo y a lo mejor es el momento de poner esos recursos en otro sitio.
Fuiste una de las promotoras del proyecto ‘No me cuentes cuentos’. ¿Os planteáis una segunda parte?
Me encantaría, porque fue un proyecto precioso y lo que ocurrió fue mágico. A mí me tocó coordinar esa idea que en realidad surgió en Prodigioso Volcán, y fue maravilloso descubrir que a cualquier periodista que le pedíamos un cuento se sumaba en seguida. Nadie nos dijo que no. Y las ilustraciones llegaron porque la gente nos las mandaba de forma espontánea. La pandemia acabó truncando un poco el proyecto, pero ojalá en algún momento podamos hacer otra cosa así.
Noticia actualizada el 15 de noviembre de 2023 tras el anuncio de las ganadoras de los X Premios MAS.