Los 22 hombres más ricos del mundo poseen más riqueza que todas las mujeres de África
Oxfam denuncia que los ricos son cada vez más ricos y los pobres (especialmente ellas) son cada vez más pobres

Mañana martes arranca el Foro Económico Mundial de Davos, en Suiza, donde se reunirá la élite financiera global, una élite eminentemente masculina, pese a los intentos de la organización por cambiar esto, que no podría existir sin el trabajo de cuidados no remunerado, el “motor oculto” que mantiene en funcionamiento economías, empresas y sociedades, denuncia Oxfam Intermón en su informe Tiempo para el cuidado.
Las mujeres y niñas dedican 12.500 millones de horas diarias a ese tipo de trabajo, que engloba actividades como el cuidado de niños y niñas, personas mayores, enfermas o discapacitadas, además de tareas domésticas como cocinar, lavar o ir a buscar agua o leña. Ese tiempo supone una contribución a la economía mundial de al menos 10,8 billones de dólares anuales, una cifra que triplica el tamaño de la industria mundial de la tecnología, es decir, del gasto total en tecnología que realizan en todo el mundo personas, empresas y gobiernos. El informe muestra cómo el modelo económico sexista está alimentando la crisis de desigualdad, permitiendo a una élite millonaria acumular vastas fortunas a expensas del resto de la ciudadanía, especialmente de las mujeres y niñas en mayor situación de pobreza. Como muestra, un dato contundente: los veintidós hombres más ricos del mundo poseen más riqueza que todas las mujeres de África.
“El trabajo de cuidados recae principalmente sobre las mujeres quienes, a menudo, apenas tienen tiempo para recibir una educación, lograr un empleo con un salario digno o participar en la toma de decisiones en la sociedad. Esto las atrapa en la parte más baja de la pirámide económica”, explica Lara Contreras, responsable de incidencia política e investigaciones de Oxfam Intermón.
Las mujeres y las niñas realizan más de las tres cuartas partes del trabajo de cuidados no remunerado, de modo que a menudo se ven forzadas a reducir su jornada laboral o renunciar a su empleo remunerado. En todo el mundo, el 42% de las mujeres no puede acceder a un empleo con sueldo porque son las responsables del trabajo de cuidados, en comparación a solo el 6% de los hombres.
Las mujeres también constituyen dos terceras partes de la mano de obra que se ocupa del trabajo de cuidados remunerado en empleos como enfermera, trabajadora del hogar o cuidadora, empleos que a menudo están mal pagados, no tienen derechos laborales, conllevan un horario irregular y pueden suponer un importante desgaste físico y emocional. Solo el 10% de las trabajadoras del hogar están protegidas por la legislación laboral.
En España, el trabajo de cuidados no remunerado equivale al 14,9% del PIB, según datos de la OIT de 2018. Las mujeres son el 74,8% de la población trabajadora que recibe los salarios más bajos, mientras que sólo representan el 35,6% de las personas trabajadoras que reciben los salarios más altos.
Lejos de reducirse, la desigualdad en el mundo aumenta. El número de milmillonarios se ha duplicado en la última década. “La brecha entre ricos y pobres no puede eliminarse sin la adopción de políticas contra la desigualdad. Pero muy pocos gobiernos se han comprometido a adoptarlas”, dice Lara Contreras. La oenegé asegura que un incremento de tan solo el 0,5% adicional en el tipo del impuesto que grava la riqueza del 1% más rico de la población mundial durante los próximos diez años permitiría recaudar los fondos suficientes para crear 117 millones de puestos de trabajo en sectores como la educación, la salud, el cuidado infantil y la asistencia a las personas mayores.
Se prevé que durante la próxima década aumente la presión sobre las personas que se dedican al trabajo de cuidados, tanto remunerado como no, debido al crecimiento y envejecimiento de la población mundial. Se estima que para el año 2030, 2.300 millones de personas necesitarán cuidados; esto es, 200 millones más que en 2015.

Según Oxfam, el cambio climático podría empeorar la inminente crisis de cuidados. Se calcula que en 2025, hasta 2.400 millones de personas vivirán en zonas donde no habrá agua suficiente, y serán las mujeres y niñas las que se verán obligadas a recorrer grandes distancias para conseguirla.
En el caso concreto de España, la organización pide al nuevo Gobierno de coalición medidas de corresponsabilidad, la igualación de los derechos laborales de las trabajadoras del hogar con el resto de trabajadores, la aprobación de una renta mínima garantizada que acabe con una pobreza que perjudica más a las mujeres, revisar los impuestos a las grandes fortunas y a las grandes empresas para que se cumpla con el compromiso de que estas últimas paguen un 15% de tipo efectivo y una política exterior feminista que contribuya a un reparto más equitativo del trabajo de cuidados y a los derechos laborales de las mujeres en el mundo.