La violencia contra las mujeres, una pandemia global
En muchos países no hay leyes, servicios ni sistema judicial que las proteja

Una de cada tres mujeres sufrirá violencia a lo largo de su vida. La ONU califica la situación de “problema global de proporciones epidémicas”. El problema no conoce fronteras geográficas o culturales, aunque son las mujeres en situación de exclusión las más vulnerables. Más de 700 millones de niñas se han visto forzadas al matrimonio infantil, 200 millones han sufrido mutilaciones genitales (la mayoría antes de los cinco años) y un 30% experimentará violencia en el ámbito familiar.
"En Marruecos, la violencia contra las mujeres adopta muchas formas diferentes: física, psicológica, económica, legal, etcétera. Mi marido me obligó a divorciarme porque no acepté que tomara una segunda esposa. Mi hija y yo nos vimos obligadas a abandonar nuestra casa que oficialmente pertenecía a mi marido. A pesar de la legislación, la mentalidad de la gente cambia muy despacio. Ni los abogados ni el juez me ayudaron", relata Saida (nombre ficticio), una joven que gracias a un programa de Oxfam Intermon logró salir adelante y ahora asesora a otras mujeres sobre cómo reclamar sus derechos.
Datos del Gobierno de la India proporcionados por la ONG indican que en esta región, donde más del 40% de las mujeres son analfabetas, se produjo en 2015 el mayor número de actos violentos contra mujeres y niñas en el país. En Indonesia, el matrimonio infantil y la violencia contra las mujeres en el ámbito familiar son prácticas aceptadas y comunes. Cheper, que se casó con una menor, ahora hace campaña en su comunidad para acabar con el matrimonio infantil y las violencias contra las mujeres. "Cuando era pequeño, mi padre solía golpear a mi madre. Yo quería denunciar a mi padre ante la policía, pero no lo hice. La comunidad lo consideraba algo normal".
"También los hombres deben decir que la violencia contra las mujeres y las niñas no es aceptable, tanto en las instituciones como en el resto del país", señala Nalishebo Kashina, una estudiante universitaria de 20 años de Zambia, donde el 17% de las mujeres experimenta violencia sexual a lo largo de su vida. "Las organizaciones y movimientos de defensa de los derechos de las mujeres llevan mucho tiempo cuestionando la aceptación y prevalencia de las violencias contra mujeres y niñas, pero se trata de algo tan enraizado en sociedades de todo el mundo que es necesario que muchas más personas actuemos", indica Winnie Byanyima, directora ejecutiva de Oxfam Internacional.
España
En España, el año pasado se registraron 129.193 denuncias por violencia de género el año pasado, según el informe publicado ayer por el Observatorio contra la Violencia Doméstica. La media es de 353 denuncias al día. El Congreso dio luz verde el pasado día 15 a la proposición no de ley para alcanzar un pacto de Estado para luchar contra la violencia de género. Esto pasa por reformar ley del 2004 y ampliar su marco de actuación: no solo se considerarán delitos de violencia de los cometidos por la pareja o expareja de la víctima, sino también aquellos ataques a la mujer por el hecho de ser mujer en el ámbito en el que sea (laboral, social, etcétera). Las violaciones, los abusos sexuales o el forzar a una mujer a la prostitución serán también considerados delitos machistas. Aunque todos los grupos apoyaron la iniciativa, la oposición criticó los recortes presupuestarios de los últimos años y exigió unos recursos que garanticen la protección de las víctimas. Las políticas de igualdad han sufrido el recorte del 43% y los recursos en prevención de la violencia de género se han reducido en el 17%
“Cuando las mujeres y las niñas sufren violencia, se atropellan sus derechos; viven con miedo y dolor, y en el peor de los casos, lo pagan con su vida. Sin embargo, todavía en muchos países las leyes y los servicios son inadecuados o no están disponibles, y el sistema de justicia penal es inalcanzable, oneroso y sesgado a favor de los agresores de género masculino”, afirma Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora ejecutiva de ONU Mujeres. “Estos cambios son costoso, pero el precio de no hacerlo es inaceptable. Incluso las pequeñas inversiones, cuando son oportunas y específicas, pueden generar enormes beneficios para las mujeres y las niñas y para sus comunidades”. La violencia contra las mujeres y las niñas no solo tiene consecuencias negativas para quienes la sufren, sino también para sus familias, la comunidad y la sociedad en general. Un estudio reciente estimó que el coste de la violencia perpetrada en 2013 por un compañero sentimental podía representar el 5,2% de la economía mundial.