Cómo una red de voluntarios tecnológicos ha formado a más de 200.000 personas en un año
Hablamos con Yolanda Rueda, presidenta de la Fundación Cibervoluntarios

Emprendedora social, Yolanda Rueda es fundadora y actual presidenta de Fundación Cibervoluntarios, entidad sin ánimo de lucro que promueve el conocimiento y el uso de la tecnología como medio para generar empoderamiento ciudadano. Antes formó parte del equipo que puso en marcha las Campus Party y fundó la consultora TIC Futura Networks, que después vendió para centrarse en la Fundación Cibervoluntarios. Además, trabajó para Red.es y el Instituto de la Juventud de España (INJUVE).
¿Qué te llevó a fundar Cibervoluntarios?
El año que viene Cibervoluntarios cumple veinticinco años, ya ha llovido desde entonces. Lo que me llevó a dedicar todo mi tiempo y esfuerzo a ayudar a otras personas a usar y comprender la tecnología es que en su momento también hubo quien a mí me abrió un mundo de posibilidades descubriéndome lo que significaba internet y lo que la tecnología podía poner al alcance de mi mano. Yo estaba estudiando Periodismo, tenía un programa de radio y con unos compañeros que venían del mundo de la tecnología empecé a organizar parties informáticas. La más famosa fue la Campus Party, que empezó en Málaga. Esas conexiones me cambiaron la vida. Cuando en 2001 se empezó a hablar de brecha digital yo no entendía cómo la herramienta más poderosa que los ciudadanos tenemos para acabar con las brechas de participación, educación o salud pudiera estar generando una brecha. A partir de ese momento dediqué todo mi tiempo y conocimiento a ver de qué manera podía ayudar a la gente a aprender de tecnología.
¿Qué tipos de proyectos o iniciativas desarrolláis?
Nuestro principal valor es nuestra red de voluntarios, pionera a nivel internacional. Son personas apasionadas de la tecnología que ayudan a otras personas a comprender y usar esas herramientas en su día a día, para potenciar sus negocios o comunicarse mejor. Nuestro enfoque es social, todos nuestros proyectos están relacionados con cómo la tecnología puede ayudarnos a atender necesidades sociales, y siempre en colaboración con otras entidades. Trabajamos con más de 7.000 organizaciones, entre ayuntamientos, ONGs y centros educativos y hemos formado a más de 200.000 personas solo este año.
“La COVID puso en evidencia que había gente con un ordenador o un móvil de última generación que no estaba preparada para teletrabajar”
¿Cuáles son los colectivos más afectados por esa brecha digital de la que hablabas?
Hoy hay en España 15 millones de personas que carecen de competencias digitales básicas. Por supuesto, hay colectivos más desfavorecidos en este sentido. Por ejemplo, entre las personas desempleadas existe un 15% más de falta de competencias digitales básicas que en el resto de la población. Pero nosotros hablamos de la doble brecha, porque también hay gente que conoce esas herramientas e incluso las usa, pero no saben sacarle todo el provecho posible. La COVID puso en evidencia que había gente con un ordenador o un móvil de última generación que no estaba preparada para teletrabajar.
Ahora que la digitalización es prácticamente imprescindible, ¿qué se puede hacer para que el cambio tecnológico no acentúe desigualdades?
En España hay una gran implantación tecnológica, pero no todo el mundo tiene las mismas oportunidades. Por eso es tan importante, por ejemplo, que en los centros educativos haya acceso a esas herramientas para potenciar la igualdad de derechos y oportunidades. La pobreza digital tiene que ver con el acceso, pero también con la formación en las competencias. Tenemos que conseguir que todas las personas tengan acceso a esa formación.
¿Hasta qué punto sabemos hacer un uso positivo y, sobre todo, seguro de la tecnología?
Mucha gente ha entrado a la tecnología a través de las redes sociales, que han sido vistas como entornos de confianza, y eso ha hecho que se relajaran. Nosotros trabajamos para enseñarles de forma proactiva a detectar posibles riesgos, que sepan si les quieren sacar información personal, si les están colando noticias falsas... Todo eso pasa por formación. La tecnología evoluciona muy rápido y es muy fácil quedarse desfasado. Tenemos más de 200 programas diferentes y más de 500 tipos de opciones distintas de formación adaptadas a las necesidades.
Si pudieras cambiar algo del sistema educativo actual para impulsar la alfabetización digital, ¿qué sería?
Creo que deberíamos tratar y formar mejor a los docentes. En educación, hay ahora mismo hay posiciones muy polarizadas: por un lado se defiende la prohibición de las pantallas en los centros educativos, pero por otro queremos que los niños y adolescentes dominen las herramientas digitales. Es un debate esquizofrénico que nunca llega a nada. El gran reto es llegar a un punto común.



