La paradoja de la monomarentalidad: las mujeres que crían solas a sus hijos son las que más necesitan un empleo, pero tienen más dificultades para conseguirlo
La mayor parte de ellas creen que las circunstancias de su situación personal truncan sus perspectivas profesionales

En España se contabilizan en la actualidad 1,9 millones de hogares monoparentales y la mayor parte de ellos están encabezados por una mujer. Son casi 1,6 millones las mujeres que sacan adelante a sus familias en nuestro país sin más ayuda que ellas mismas. La última edición del informe ‘Monoparentalidad y Empleo’ de la Fundación Adecco se centra por ello en las mujeres, que son abrumadora mayoría en el colectivo monoparental. Es también el perfil más común entre quienes acude a la Fundación Adecco en búsqueda de una oportunidad laboral, indican desde la institución.
Las familias monoparentales son la composición familiar que presenta un mayor riesgo de pobreza y/o exclusión social en España. Los datos del INE cifran en un 49,1% este riesgo, muy superior a la media nacional (27,1%) Los hogares monoparentales están en una situación todavía más vulnerable que los que tienen hijos dependientes (33,1%) y los unipersonales (32,4%)
El desempleo actúa como un agravante de la pobreza y exclusión en las familias monoparentales, que ven severamente limitada su capacidad para cubrir sus necesidades básicas. Así, el 80% de las mujeres al frente de una familia monoparental y en situación de desempleo se identifica con una situación de pobreza y/o exclusión y “lucha” diariamente por combatirlas. Dicho de otro modo, ocho de cada diez mujeres enfrentan grandes dificultades económicas para mantener a su familia, cuentan con redes de apoyo muy limitadas y tienen sensación de aislamiento, problemas de autoestima y de salud mental. “El desempleo en las familias monoparentales coloca a las mujeres en una situación de vulnerabilidad extrema. La pobreza en este contexto no solo es material, sino que está profundamente conectada con una exclusión social que se manifiesta en la dificultad para acceder a servicios esenciales como salud, educación o vivienda, además de la marginación en espacios sociales y laborales. Esta privación de bienes y servicios merma su salud emocional y perpetúa la espiral de pobreza entre estas familias”, explica Begoña Bravo.
En este sentido, el 93,8% de las mujeres encuestadas manifiesta algún grado de dificultad para llegar a fin de mes. Y en casi de la mitad de los casos, lo consiguen a duras penas. Estas dificultades económicas explican que la mayoría de las mujeres encuentre obstáculos para cubrir gastos básicos como la vivienda, la educación de los hijos, la alimentación, los suministros, la ropa o el ocio. Fundación Adecco señala que este año son más las mujeres con problemas para hacer frente a estos gastos, lo que confirma que el incremento del coste de vida no ha ido acompañado de un mayor poder adquisitivo de las familias monoparentales, que son las más expuestas a la pobreza y a la exclusión en un contexto de polarización económica.
Monomarentalidad y empleo
Las mujeres que lideran familias monoparentales afrontan una situación contradictoria: aunque necesitan empleo de manera urgente, al ser el único sustento económico del hogar, encuentran más dificultades que otras personas para conseguirlo. Entre estas barreras destacan prejuicios y estereotipos que cuestionan su capacidad o dedicación, la ausencia de medidas de conciliación en los entornos laborales, así como falta de oportunidades para formarse en áreas de alta empleabilidad.
“Las mujeres al frente de una familia monoparental encuentran barreras de entrada al mercado laboral, ya que a menudo se cuestionan sus competencias y dedicación, así como su capacidad para equilibrar trabajo y familia”, destaca Bravo. “Estas barreras también tienen su reflejo en mayores dificultades para promocionar y/o progresar en sus carreras profesionales. Sin embargo, nuestra experiencia avala una realidad muy diferente. Diariamente, nos sorprenden con su esfuerzo y perseverancia, desarrollando una gran fidelidad al proyecto al que se vinculan y viendo reforzadas actitudes como el esfuerzo, la responsabilidad o la resiliencia, que aportan gran valor a cualquier equipo de trabajo”.
De hecho, un 93,1% de las mujeres encuestadas considera que el acceso a un empleo digno sería la principal vía para salir adelante y dar a sus hijos un futuro más prometedor. También creen que existen otros factores que les ayudarían a mejorar su situación, a saber: apoyo psicológico (87,5%), oportunidades de capacitación que incrementen su empleabilidad (81,9%) y un mayor acceso a subvenciones económicas y/o ayudas públicas (75,9%).
El 46,9% de las mujeres que crían solas a sus hijos llevan más de un año buscando empleo y el 52,6% se plantea trabajar en la economía sumergida o irregular, ante la urgencia de su situación. Son muchas (82%) las madres solas que creen que las circunstancias asociadas a su situación personal truncan sus perspectivas profesionales, bien porque no encuentran una jornada laboral adaptada a sus necesidades, la existencia de prejuicios y estereotipos que cuestionan su capacidad para cumplir con las responsabilidades del trabajo, y la carga emocional que dificulta la concentración y el foco en la búsqueda activa de empleo.