Leticia López-Cotelo (Acompartir): “Al hablar de productos de primera necesidad pensamos en alimentación, pero para llevar una vida digna se necesita mucho más”
La organización fundada por esta emprendedora social recupera los productos sin vender de las empresas para distribuirlos entre quienes más los necesitan

Leticia López-Cotelo tenía veintipocos y trabajaba en el departamento de marketing de Microsoft cuando se encontró con un almacén lleno de productos de merchandising nuevecitos (camisetas, forros polares, mochilas, bolígrafos, cuadernos, etcétera) a los que nadie hacía caso. López-Cotelo, que lleva toda la vida en el mundo del voluntariado y después de estudiar ADE hizo un master de Cooperación Internacional, empezó entonces a darle vueltas a la idea de hacer algo con esos tesoros olvidados que tienen muchas empresas. Así surgió la idea Acompartir, una organización sin ánimo de lucro que desde 2014 se dedica al rescate de productos nuevos no alimentarios para distribuirlos entre personas en riesgo de exclusión social. “Al hablar de productos de primera necesidad pensamos en alimentación, pero para llevar una vida digna se necesita mucho más”, asegura.
“Nos centramos en recuperar lo que llamamos los ‘invendidos’ de las empresas: los excedentes, devoluciones, fin de stocks o productos con errores en el packaging, pero que se pueden utilizar perfectamente. Es importante que las empresas sepan que cuando tengan productos así los pueden canalizar para que lleguen a las personas más vulnerables”. También hay empresas, como Nivea o Disney, que no comparten sus ‘invendidos’, sino productos de su stock. “Disney, por ejemplo, hace una campaña todas las Navidades y por cada compra de un libro, dona otro a Acompartir”.
Acompartir recupera esos productos y los distribuye entre organizaciones que ayudan a las personas más vulnerables. “Tenemos 583 ONGs inscritas en toda España. Cada vez que entran productos nuevos les avisamos, entran en la web y solicitan lo que necesitan”. Algunas, como Cáritas, los reparten entre sus usuarios. Otras las utilizan para sus proyectos: residencias, centros de día, comedores sociales, etcétera.
Detergente, pañales, desodorante o pasta de dientes son algunos de los más demandados. “Los productos de limpieza e higiene vuelan”, asegura López-Cotelo. “Cuando una persona va a buscar un trabajo, necesita ir limpia y aseada, si no, directamente se la rechaza. Y la higiene también es salud”. Pero al trabajar con organizaciones que atienden a todo tipo de colectivos, Acompartir no tiene problemas para encontrar destino para casi cualquier cosa: menaje del hogar, electrodomésticos, ropa, calzado, material escolar, etcétera. Todos son artículos imprescindibles para alguien en algún momento. “Los carritos, las cunas y los chupetes son fundamentales para las madres primerizas. Trabajamos con ONGs que preparan canastillas para embarazadas que están solas. Repartimos juguetes y material escolar a muchos niños que viven en hogares con ingresos insuficientes. El maquillaje y los productos de cosmética ayudan a aumentar la autoestima de las mujeres. Las organizaciones que trabajan con víctimas de la violencia nos cuentan que verse los labios pintados es para ellas un subidón de autoestima. También hemos recibido herramientas de trabajo que han ayudado a personas desempleadas. E incluso patinetes. Uno se lo llevó una persona refugiada a la que vino fenomenal para ir a trabajar”.
La red de empresas donantes de Acompartir ha crecido en el último año un 20% y el volumen de donaciones se ha duplicado. Al beneficio social de su labor, se une una derivada medioambiental también importante. “Las empresas cada vez están más concienciadas de la importancia de no destruir. La ley también les va guiando hacia ahí”, explica la fundadora de la plataforma. Antes, si una empresa quería ofrecer alimentos o productos a una entidad no lucrativa tenía que repercutirle el IVA o asumir su pago, si quería que fuera a coste cero para la organización. En consecuencia, muchos supermercados y fabricantes optaban por destruir sus excedentes, porque, pese al coste medioambiental, económicamente les salía más barato. Pero, en 2022, la Ley de Residuos eliminó el IVA para las donaciones solidarias de alimentos y productos. “Ahora las donaciones se han equiparado al menos a la destrucción”, apunta López-Cotelo.

En estos diez años de vida, Acompartir ha recibido casi 3 toneladas de artículos donados por 186 empresas que han beneficiado a más de 2 millones de personas. De cara a futuro, el deseo de la fundadora de Acompartir sería que más empresas “donasen a las personas necesitadas no lo que les sobra, sino parte de su producción, para que todo el mundo tuviera garantizado el acceso a los productos básicos del día a día”.