Así ha sido el primer Mujeres que Cambian el Mundo
Desarrollo sostenible, cambio e igualdad han sido los temas sobre los que ha girado el foro

Ayer se celebró, en el Auditorio Rafael del Pino del Madrid, el primer foro Mujeres que Cambian el Mundo organizado por Mujeres a Seguir, en el que se abordaron cuestiones relacionadas con la Agenda 2030, el compromiso con el cambio desde la empresa, la educación, la ciencia o las organizaciones y, por último, la igualdad, vista desde la perspectiva de diferentes partidos políticos. El encuentro, que contó con la colaboración de Loterías y Apuestas del Estado y Shiseido, y el apoyo de DDB, Dentsu Aegis Networks, GroupM, TBWA y Fiverooms, es el primero de los foros que con carácter temático prevé realizar MAS durante este año. "Un ágora abierta de conversación continua y conocimiento, donde todos tengamos cabida y donde se pueda hablar de todo, sin discriminación ni por ideas políticas ni por condición, porque queremos una sociedad que promueva la inclusión y la diversidad; una sociedad más justa y libre, sin estereotipos ni etiquetas”, señaló Esther Valdivia, presidenta de Publicaciones Profesionales y editora de MAS, durante la presentación del acto
El foro se desarrolló en torno a ponencias y mesas redondas que siguieron en directo, además de los asistentes, más de trescientas personas vía streaming. El público colaboró, además, con sus donaciones a beneficio de Mensajeros de la Paz y Amigos del CNIO.
El evento comenzó con un mensaje por vídeo de Vera Jourová, la comisaria de Justicia e Igualdad de Género del Parlamento Europeo, y abrió el turno de intervenciones Cristina Gallach, alta comisionada del Gobierno de España ante Naciones Unidas para la Agenda 2030. La igualdad de género es uno de sus grandes objetivos de desarrollo de la ONU, junto con la lucha contra el cambio climático o el trabajo digno, entre otros. Gallach habló de cómo se está trabajando para que el programa forme parte de la agenda política, pero no partidista, con una clara voluntad inclusiva, lo que ha facilitado que sea ratificada por más de 190 países. En relación a la cuestión de género en la Agenda 2030, ofreció dos meridianos mensajes respecto a su implantación: uno de alerta, porque aún queda mucho por hacer (teniendo en cuenta, además, que lo que se está todavía defendiendo fue aprobado hace veinte años en Pekín), y otro de reconocimiento de los progresos alcanzados. Por ejemplo, en el tema de la mutilación genital femenina, uno de los grandes objetivos a erradicar. Gallach recordó que “hay signos claros de que en África Occidental se está avanzando porque hay alianzas con los líderes locales que lo están interiorizando. Esta batalla se está ganando”, dijo.
La alta comisionada habló también de otros de los objetivos que contempla la Agenda 2030, como por ejemplo la sostenibilidad –aludió también al movimiento impulsado por las jóvenes para apoyar este objetivo— y señaló que las empresas ya son conscientes de que llevar el planeta a sus límites no tiene futuro y que “la sostenibilidad ya es rentable”.

Comprometidas con el cambio fue el título de la primera de las dos mesas redondas que se celebraron y fue moderada por la periodista y escritora Teresa Viejo. En ella participaron mujeres referentes de distintos ámbitos: la ciencia, la tecnología, la educación, la economía y el activismo. “La película ha cambiado mucho en los últimos años. En el banco se ha evolucionado en política de maternidad y, de hecho, la baja de paternidad es igual que la de las mujeres. Antes no había directoras y ahora el 30% son mujeres”, comenzó diciendo María Ruiz Andújar, directora de desarrollo de negocio y miembro del comité de dirección de Santander. Durante su intervención también habló de dos retos que se ha marcado la entidad bancaria en el terreno de la igualdad: “Internamente, el objetivo es conseguir en 2025 el cierre de la brecha salarial dentro del banco y, hacia el exterior, hemos lanzado Generación 81, a través de la cual tenemos una responsabilidad en el desarrollo profesional de la mujer y buscamos impulsar la visibilidad de referentes”. Ruiz de Andújar reconoció que el Banco Santander todavía cuenta con una baja proporción de mujeres dentro de su consejo de administración (un 20%) pero 7 de los 13 territorios en España en las que tiene presencia el banco están dirigidas por mujeres. “Estos centros territoriales impulsan la promoción de mujeres”, dijo.
Otro de los temas que se abordó fue el de la brecha salarial. Mientras la directora del Santander consideró que estos incrementos deben ir relacionados con el esfuerzo (“es difícil que la estructura salarial se equipare”, aseguró), otra de las participantes, Irene Milleiro, directora europea de Change.org, explicó que según su experiencia, son los hombres los que suelen pedir más aumento de sueldo. “Las mujeres no los piden, hay que ofrecérselos”.
La responsable de la mayor plataforma de participación ciudadana del mundo aseguró que las mujeres son más eficaces en este tipo de canales. “Nos da menos vergüenza compartir en las redes sociales y somos más efectivas”. Durante su intervención insistió en que es el momento de que las mujeres tomen postura y defiendan lo que piensan. Change.org, contó, ha igualado los permisos de paternidad y maternidad. “Damos 18 semanas pagadas a los hombres y les obligamos a cogerlas, juntas o separadas. Ha sido un descubrimiento y para mí eso es disruptivo. Es valiente y arriesgado”.
En la conversación también se habló de educación. Sonia Díez, activista educativa y autora de ¡EducAcción!, habló de la importancia de este sector. “Se nos deposita toda la responsabilidad sobre lo que está por pasar, pues todo gira en torno a la educación, por lo que estamos muy bien posicionados para impulsar el cambio”. En su opinión, el modelo educativo actual ya no es válido: “Es muy masculino en su patrón de diseño, donde todo es secuencial. Tenemos que evolucionar hacia un paradigma diferente, donde todo sea más orgánico y en el que seamos capaces de adaptarnos a los horizontes que se nos planteen”. Por ello dijo esperar la llegada de un “superministro” o “superministra” de educación que sea capaz de impulsar el cambio en el sector hacia lo que de verdad es importante. Asimismo mencionó que “la búsqueda de igualdad tiene que ser una búsqueda normalizada, no una conquista. Lo importante es que ese camino ya no se hace en solitario, sino de forma colectiva”.
También la directora general de Facebook, Irene Cano, habló de formación. “Educamos a las niñas para gustar, mientras que enseñamos a triunfar a los niños. Tenemos que trabajar para educarlas a ellas en el no miedo y en la no renuncia”. Aunque en Europa vivamos una situación privilegiada si nos comparamos con otras zonas del mundo, Cano recordó queda mucho por alcanzar la igualdad real –“estamos a 108 años de eliminar la brecha de género”, apuntó–. “Yo no solo le echaría la culpa a la educación y a las instituciones”, dijo, “sino también a las mujeres que entienden la conciliación como algo completamente excluyente. Creemos que conciliar es elegir esta en casa o en el trabajo, pero en realidad es conciliar ambos ámbitos. Hay gente que se retira de puestos directivos precisamente por ello, pero conciliar no significa renunciar”. En otro orden de cosas, abogó por conseguir que las mujeres mentoricen a otras mujeres, pero también a hombres. “El cambio pasa por la igualdad, no por conseguir que las mujeres tengan ahora más oportunidades que los hombres”.
En el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) solo tres de cada diez jefes de investigación son mujeres, y esto lleva siendo así los últimos veinte años, señaló Marisol Soengas, investigadora en este centro. Y ello a pesar de que en el área en el que ella trabaja, biología molecular, la mayor parte de las investigadoras son mujeres. E problema es que se van perdiendo según se escala en liderazgo. ¿Por qué pasa esto? Soengas citó distintas variables, casi todas relacionadas con cuestiones de carácter y educacionales. Como la tendencia a no poner en valor los propios logros o los problemas de autoconfianza en las mujeres científicas, que a partir de un momento suelen mostrar signos de duda sobre si van a ser capaces de avanzar en su carrera. Soengas explicó que en investigación médica “nunca hemos estado mejor que ahora, nos encaminamos a la medicina personalizada y eso supone grandes estudios colaborativos”, por lo que, dijo, el reto de la mujer en la ciencia es convencerse de que “claro que podemos, aunque somos pocas todavía”.

El programa se cerró con una mesa redonda con representantes de distintas formaciones políticas, moderada por la directora de Mujeres a Seguir, Silvia Ocaña, y centrada en el tema de la igualdad. Las políticas comenzaron explicando qué entienden cada una por feminismo e igualdad. Sus definiciones son ciertamente distintas.
Para Sofía Miranda, concejala de Cultura y Deporte en el Ayuntamiento de Madrid por Ciudadanos, la declaración más importante que cualquier persona puede hacer es: Yo soy feminista. “Es una expresión de libertad y no es patrimonio de ningún partido político”, dijo. En su opinión, la clave es el apoyo entre unas y otras. “La igualdad es sororidad”. Miranda insistió en la conveniencia de que los partidos políticos “no manoseen” el movimiento feminista y defendió que las políticas públicas deben liderar la lucha contra la violencia de género: “Tenemos que no poner en duda la lacra que supone la violencia machista, hay que dotar económicamente al Pacto de Estado y educar en igualdad”.
“El feminismo es histórico y cuenta con una trayectoria que ha venido a mejorar la sociedad, a hacerla más democrática”, aseguró Lorena Morales, secretaria de Igualdad del PSOE-M, que acusó también a otras formaciones de tergiversar el movimiento. “Este es un movimiento pacífico. Se manipula el concepto. Somos mujeres inteligentes, autónomas, no manipulables”.
La eurodiputada de ALDE y vicepresidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, Beatriz Becerra, participó en el debate por videoconferencia desde Bruselas. Para ella, la igualdad debería significar que hombres y mujeres tuvieran las mismas posibilidades. “A veces perdemos de vista lo que las mujeres de algunas partes del mundo se juegan para ver sus derechos protegidos. No se puede dar un paso atrás, estamos ante una lucha universal”. En la búsqueda de la igualdad real, la eurodiputada cree que “no hay que pensar solo en la próxima generación. Hay que ponerse de acuerdo para poner en marcha iniciativas concretas y eficaces. Hay que luchar para que la maternidad no se convierta ni en objeto de discriminación ni en un freno de las trayectorias profesionales”.
También habló del impulso hacia delante Nadia Padilla, diputada por el PP en la Asamblea de Madrid y portavoz de la Comisión de la Mujer: “Tenemos que seguir avanzando sin retroceder. Necesitamos a toda la sociedad para alcanzar la igualdad real. Quedan muchos retos por superar, pero tenemos que ir de la mano”. Hizo también mención al papel de las instituciones, cuyo trabajo estaría precisamente en legislar “para que ninguna mujer tenga que elegir entre su carrera profesional o su vida personal. Tenemos que poner en valor todo lo que hemos avanzado, contando con todos y sin partidismos”. Padilla también se lamentó de que exista lo que en su opinión es “un feminismo radical que no beneficia ni a las mujeres ni a la sociedad. En el Partido Popular compartimos muchas de las reivindicaciones que se hicieron en la manifestación del 8M, pero no compartimos el uso partidista de esta cuestión”.
“La igualdad ya no es un reto, sino una necesidad, porque en la desigualdad nos estamos dejando talento, gente y futuro. Esto es un hecho”, señaló Mónica García, presidenta del grupo parlamentario de Podemos en la Asamblea de Madrid, que tiró de su formación como médico para plantear un análisis científico de la realidad. “La desigualdad es una ineficiencia”, dijo, y apuntó varios aspectos en los que esto se demuestra (techo de cristal, atención de la mujer a tareas del hogar o familia…) “Se pierde el desarrollo del 50% de la sociedad sobre lógicas que no van a cambiar por su propio peso; por tanto, tenemos que tomar medidas que actúen para que se produzca el cambio”. Para ello, dijo, su partido propone “que se feminice la política”.
Por su parte, Rocío Monasterio, presidenta de Vox Madrid, aludió a Concepción Arenal como su modelo de feminismo. Se definió como una defensora de ese tipo de feminismo de “mujeres españolas con voluntad y que luchan”, pero no de “alguno que hay ahora que no me soluciona nada”. Monasterio se mostró contraria de “cambiar el patriarcado por la tutela del estado”.
Recuperando las palabras de la representante de Podemos, el resumen de esta mesa podría ser: “Estamos de acuerdo en el diagnóstico, pero no en el tratamiento”.
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