El nuevo ‘sexy’: Victoria’s Secret sustituye a sus famosos ‘ángeles’ por mujeres que trabajan por el cambio
La firma lleva años inmersa en una profunda crisis de imagen por las acusaciones de sexismo

Victoria’s Secret se ha embarcado en el que podría ser el cambio de posicionamiento más radical de los últimos tiempos. La marca que durante tantos años mejor representó la imagen hipersexualizada (y poco realista) de la mujer, ha dicho definitivamente adiós a sus icónicos ángeles, las supermodelos que protagonizaban sus desfiles ataviadas con atrevidos conjuntos de lencería repletos de pedrería, diamantes y plumas, y en su lugar ha contratado a un grupo de mujeres de alto perfil más conocidas por sus logros profesionales y compromiso social que por sus curvas.
Las integrantes del VS Collective, que es como ha denominado a este grupo, son la futbolista Megan Rapinoe, la actriz y activista Pryanka Chopra, la modelo y refugiada sudanesa Adut Akech, la periodista y fundadora de la plataforma GirlGaze Amanda de Cadenet, la modelo transgénero brasileña Valentina Sampaio, la esquiadora de estilo libre Eileen Gu y la modelo de tallas grandes Paloma Elsesser.
Su misión no será lucir los conjuntos de la marca, sino asesorarla en el desarrollo de nuevos productos y colaborar con ella en la creación de contenidos que inspiren “cambios y positividad”. Un podcast con varios capítulos en los que cada una de las integrantes del VS Collective contará su historia será la primera de esas acciones. “Con The VS Collective, estamos creando una plataforma que establecerá relaciones nuevas y más profundas con todas las mujeres”, indica Martha Pease, directora de marketing de Victoria's Secret, en la nota que presenta la iniciativa.
Se trata de un giro de 180º con el que la firma de lencería espera convertirse en una "defensora" del empoderamiento femenino, ha asegurado su consejero delegado, Martin Waters, en declaraciones a The New York Times. "Cuando el mundo estaba cambiando, fuimos demasiado lentos para responder", ha reconocido Waters. "Necesitábamos dejar de ser lo que quieren los hombres y ser lo que quieren las mujeres".
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De lograrlo depende la supervivencia de la empresa, que lleva años inmersa en una profunda crisis de imagen. A esto se han unido los escándalos provocados por los estrechos vínculos de Leslie Wexner, fundador y presidente de L Brands, el conglomerado propietario de Victoria’s Secret, con Jeffrey Epstein, y su pasividad ante los casos de acoso sexual e intimidación por parte de directivos que al parecer trabajadoras y modelos llevaban años denunciando y que recientemente han salido a la luz.
Tras unos tímidos (y fracasados) intentos por parte de la marca para parecer más inclusiva, la empresa decidió en 2019 suspender su famoso desfile. El año pasado, L Brands pactó la venta de una participación mayoritaria de Victoria’s Secret al fondo Sycamore por algo más de 500 millones de dólares, pero la operación se frustró poco después. La compañía decidió entonces separar esta marca (que cerró el último ejercicio con una caída de facturación del 28%) del resto de su negocio, que seguía creciendo. Así, Victoria’s Secret comenzará a operar y cotizar en Bolsa a partir de este mes agosto como una compañía independiente. También se ha cambiado a buena parte de la estructura directiva de la empresa y actualmente se prepara un nuevo consejo de administración formado casi exclusivamente por mujeres.