“Necesitamos todo el talento: no podemos permitir que nadie se quede atrás”
Laura Baena (Club de Malasmadres), Marta Pérez Dorao (Inspiring Girls) y Sonia Díez (EducAcción) reflexionaron sobre liderazgo femenino, conciliación y el papel de la educación en el III Foro Mujeres que Cambian el Mundo

¿Cómo avanzar hacia una sociedad más igualitaria y justa para las mujeres? ¿Qué papel juegan la educación en este proceso? Estas y otras cuestiones centraron la primera mesa redonda del III Foro Mujeres que Cambian el Mundo, organizado por Mujeres a Seguir en colaboración con la Fundación Unicaja. Las protagonistas de la conversación fueron tres referentes en el ámbito del liderazgo femenino: Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres; Marta Pérez Dorao, presidenta ejecutiva de la Fundación Inspiring Girls, y Sonia Díez, fundadora de EducAcción.
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Política de cookiesVer en youtube.comLa lucha por la conciliación
Desde su experiencia al frente de una comunidad de madres activistas, Laura Baena reivindicó un liderazgo con propósito: “No puedes ser una lideresa sin valores como la coherencia, el respeto y la responsabilidad social y sin entender que cuando lideras una causa, como hago yo, esa causa es mucho más grande y tú te pones a su servicio”. Baena situó el origen del movimiento por la conciliación y la corresponsabilidad que lidera en “una herida” personal —la renuncia a su carrera tras la maternidad— y recordó la dimensión estructural del problema: “Siete de cada diez mujeres siguen renunciando a algún aspecto de su vida laboral porque ser madre y profesional es incompatible hoy en día”. La fundadora del Club de Malasmadres subrayó que sin derechos y servicios públicos no hay igualdad material: “Estamos realmente en una pobreza de tiempo”, aseguró, “atrapadas en los cuidados por arriba y por abajo”. Y acabó con un mensaje directo a los hombres: “Que se incomoden y que den un paso al frente. Tienen que soltar privilegios para que nosotras podamos delegar y ocupar los espacios que nos corresponden”.
Educación: del diagnóstico a la acción
Sonia Díez, por su parte, presentó algunas conclusiones de un reciente estudio realizado por EducAcción sobre la percepción del sistema educativo español, por ejemplo, que el 91% de los ciudadanos piensan que no va a cambiar, independientemente del gobierno y de la legislación del momento. Esa aparente resignación ha llevado a la sociedad civil a un inmovilismo. “Quizás estamos dejando de hacer lo que nos corresponde como sociedad civil”, aseguró. “La confrontación con respecto al modelo educativo es irreal. Los españoles estamos de acuerdo en cuáles son sus necesidades, pero nos han llevado a pensar que de esto del cambio educativo se tiene que ocupar el poder legislativo, es decir, los políticos, y es al revés”. En su opinión, la transformación se tiene que impulsar desde la ciudadanía. Por eso acabó con un llamamiento a la esperanza activa: “Yo creo que ilusionándose, comprometiéndose, teniendo pasión y no perdiendo la confianza en que siendo hormiguitas, pero hormiguitas unidas, las cosas pueden cambiar”.
Romper estereotipos y multiplicar referentes
“Surge de las propias niñas”, explicó Marta Pérez Dorao al relatar el origen de Inspiring Girls. “Las niñas manifestaron hace ya tiempo su percepción de que no tenían las mismas oportunidades que sus compañeros”. La organización trabaja para solucionarlo en tres frentes: estereotipos de género, pérdida de autoestima (las niñas pierden un 30% más de confianza entre la infancia y la adolescencia, aseguró) y falta de referentes visibles. Con más de 9.000 voluntarias en España, sus talleres impartidos por mujeres profesionales de distintos ámbitos están teniendo un impacto real: “Un 98% de las niñas se dan cuenta de que ser [tecnóloga] es compatible con ser madre”, indicó, “y más del 50% afirma que se ha motivado a considerar carreras STEM”.
Las tres coincidieron en que el cambio debe ser estructural, pero también cotidiano. En este sentido, Pérez Dorao apeló al efecto multiplicador de los pequeños gestos: “Pequeñas acciones en casa y en los colegios pueden cambiar mucho”. Y resumió la ambición compartida: “Como sociedad necesitamos todo el talento, que ninguna persona se vea desperdiciada por falta de oportunidades”.