Más malamadre que nunca
De postparto y reivindicando la conciliación para todas las familias; así ha vivido Laura Baena estas semanas

“La vida es eso que pasa mientras estamos haciendo otros planes”, dijo una vez John Lennon. En el último número de nuestra revista en papel recopilamos historias de mujeres que, como muchos de nosotros, han tenido que reinventarse para adaptarse al mundo postcoronavirus. Nuestras protagonistas tenían pensadas otras vidas antes de la pandemia, pero el COVID-19 las ha obligado a imaginar otras formas de hacer y de crear. Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres, es una de ellas.
La presidenta del Club de Malasmadres pensaba que la llegada al mundo de su tercera hija, Lucía, el pasado 27 de febrero, unos días antes de que el país echara el cierre, sería la ocasión de disfrutar de verdad de un nacimiento buscado, pensado y hasta calculado en fechas. Nada que ver. Laura Baena ha tenido que vivir confinada entre las cuatro paredes de su casa lo que ella había soñado como un “postparto normal”. Si tal cosa existiese, apostilla. Su pequeña está muy bien, aunque dice que quizá es algo más asustadiza de lo normal (puede que para encajar mejor en este convulso momento en el que le ha tocado nacer). Ha tenido la suerte, eso sí, de estar más cuidada y mimada que nadie: ha contado con toda la familia, cuatro personas (sus padres y dos hermanas mayores) a sus pies contemplándola las veinticuatro horas al día.
Baena cree que quizás ha sentido algo más de apego por la pequeña Lucía del que una tercera criatura recibiría en circunstancias normales, pero el obligado encierro tiene sus consecuencias y cero normalidad. “Yo hubiese querido parar, pero de repente lo que se paró fue el mundo”, comenta al teléfono con su bebé en brazos. Mientras habla, otra de sus hijas interrumpe para decirle que tiene hambre. No hay problema, Laura sabe teletrabajar, gestionar y cuidar a la vez. Lo hace desde hace años. Y aunque dice haber congelado parte de su actividad (las charlas, su tienda y algunas acciones de lobby), su activismo gana, y sus reclamaciones a favor de la conciliación y la corresponsabilidad han surgido con tanta fuerza como antes. Quizás ahora incluso más. La situación ha provocado un tsunami de consultas al Club por parte de mujeres necesitadas de asesoría sobre su nuevo día a día: problemas laborales, custodias compartidas, dudas sobre emprendimiento, salud, educación, etcétera. Afortunadamente, la malamadre jefa de una comunidad que cuenta con 800.000 seguidoras ha tenido el apoyo de su organización para responder a los cientos de mensajes recibidos. También el del buenpadre, su pareja.
Ver esta publicación en InstagramCada maternidad es distinta e igual al mismo tiempo. Cada maternidad te cambia y te revoluciona por dentro. Cada maternidad te da la oportunidad de vivir de nuevo todo aquello que no se olvida, pero se siente lejos. El otro día mi amiga @julilipelos me decía “a ti siempre un bebé te trae algún cambio”. Y es verdad. Esta crisis que todas y todos estamos viviendo me había hecho no ser consciente de ello. Pero es así: - La buenahija1 llegó para cambiar mi mundo, para remover los cimientos de mi realidad y de lo que esperaba de la maternidad. Me di cuenta con ella y gracias a ella de tantas cosas... Tuve que renunciar a mi carrera y reinventarme. - La Buenahija2 llegó con mi libro “Soy buena MAlamadre” debajo del brazo. A las 2 semanas estábamos presentando el libro en Barcelona y fue el impulso que necesitaba para creer en esta comunidad que pasó de un tweet de desahogo a una comunidad emocional, de la que cada día estoy más orgullosa. - La buenahija3 llegó hace 3 meses con el anhelo de parar, desconectar y disfrutar. No ha podido ser así, pero si una cosa tenía clara en este confinamiento era que esto nos tenía que dar un aprendizaje en positivo. Me obligó a parar a mí y a toda la sociedad y con ello a pensar y reflexionar sobre lo que realmente quiero. - Se acercan cambios, Malasmadres. - 💗 Gracias a las que estáis desde entonces por aquí. ¿Qué te ha supuesto a ti la maternidad? - Reflexiones de sobremesa de domingo. #soymalamadre #maternidadreal #malasmadres Una publicación compartida de Malasmadres (@malasmadres) el
“¿Dónde ha quedado durante esta crisis el Estado para las madres, para las familias, para los niños y niñas, que han sido los grandes olvidados?”, se pregunta. “Solo en lo laboral, una medida clave como el teletrabajo, algo que venimos reclamando desde hace tiempo, no se ha impuesto por normativa legal y se va a ir sin haberse normalizado. Y, ojo, porque puede ser una solución sin ningún coste para conciliar”, advierte. Laura Baena lleva años reclamando que las mujeres no tengan que renunciar a su profesión por hecho de convertirse en madres, algo que en su momento ella tuvo que hacer con su carrera en publicidad. Quiere que las madres dejen de ser el eslabón más débil de la cadena, que se feminice el discurso político y que seamos conscientes de que para que las mujeres compitamos en igualdad, las políticas de conciliación no pueden basarse en recortes y excedencias, sino en una mayor flexibilidad y corresponsabilidad.
Habla rápido sobre los muchos temas que le preocupan (la vuelta del fútbol y las discotecas cuando todavía no se ha resuelto qué hacer con los niños, la falta de inversión en educación, la lógica caída de la natalidad de los últimos años…), asuntos que, de no resolverse, nos podría situar en el peor de los escenarios: que las mujeres volviesen a quedarse en casa. Si eso ocurriese esta malamadre y sus 800.000 aliadas están preparadas para presentar batalla. Y su voz tiene peso. En el momento de escribir estas líneas, Laura Baena estaba siendo recibida por la ministra de Igualdad.
Este artículo se publicó primero en el número diez de nuestra revista en papel.