Cada 3 segundos, una niña es obligada a casarse: la lacra del matrimonio infantil persiste en todo el mundo
Plan International recoge la experiencia de 250 niñas y adolescentes que han vivido matrimonio o uniones infantiles en el informe ‘Déjame ser una niña, no una esposa’

En el marco del Día Internacional de la Niña, que se conmemora el próximo sábado, 11 de octubre, Plan International ha presentado en el Congreso de los Diputados el informe global ‘Déjame ser una niña, no una esposa”, un estudio que revela la persistencia del matrimonio infantil en todo el mundo y sus devastadoras consecuencias para millones de niñas.
El acto ha sido inaugurado por la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol y por la directora general de Plan International en España, Concha López, quienes han subrayado la urgencia de fortalecer las políticas, leyes y programas que protejan a las niñas frente a los matrimonios y uniones tempranas y de garantizar su educación, autonomía y participación social. “El matrimonio infantil persiste debido a la pobreza, la discriminación y la falta de oportunidades formativas y esta situación se amplía en situaciones de conflicto. Cada año se producen 12 millones de bodas y 21 millones de embarazos adolescentes y la legislación es imprescindible, aunque insuficiente. Cada 3 segundos, una niña es obligada a casarse; en la hora que dura este evento, 1.200 niñas se habrán convertido en esposas y perderán los derechos de su infancia. La vida de casadas es una carga demasiado grande para ellas y, de hecho, rechazan estas uniones para sus hijas e hijos. No quieren que pasen por lo mismo que ellas”, explicó Concha López. “Hay que seguir legislando, sabiendo que la principal causa es la pobreza y la desigualdad”, afirmó, por su parte, la presidenta del Congreso, que urgió a actuar ya “porque en la niñez no existe el mañana”.
12 millones de niñas son casadas cada año antes de los 18 años
Aunque la tasa de prevalencia global del matrimonio infantil ha descendido ligeramente –del 22 % al 19 % en la última década—, el progreso se ha ralentizado y en muchos contextos los avances se han visto amenazados por la pobreza, los conflictos, las crisis humanitarias y la desigualdad de género. El estudio, basado en entrevistas en profundidad con más de 250 niñas y jóvenes de entre 15 y 24 años en quince países de África, Asia y América Latina, evidencia que el matrimonio infantil pone fin a la educación, aumenta el riesgo de violencia y limita la independencia y el bienestar físico y mental de las niñas.
Según los datos del informe, en España los matrimonios infantiles representan una cifra muy baja. Esta práctica continúa afectando especialmente a mujeres y niñas, muchas de ellas pertenecientes a comunidades migrantes o en situación de especial vulnerabilidad social. Según datos del INE, en 2023 contrajeron matrimonio 27 niñas y 2 niños de entre 16 y 17 años.
Durante el acto, las jóvenes portavoces del comité juvenil Youth for Change Isabel, de 22 años (Venezuela), y Karishma, de 24 (Afganistán), han dado voz a las niñas que participaron en la investigación y han trasladado un mensaje directo a los representantes parlamentarios: “Señorías, ¿qué están haciendo y qué van a hacer desde el Congreso para luchar contra el matrimonio infantil y proteger a las niñas casadas?”.
Plan International hace un llamamiento a los gobiernos, instituciones y sociedad civil para fortalecer las leyes y políticas públicas que prohíban y sancionen los matrimonios y uniones infantiles. Además, considera fundamental invertir en educación, salud y empoderamiento económico de las niñas y adolescentes, así como apoyar a las niñas casadas con formación, protección y reintegración educativa. La ONG destaca la necesidad de transformar las normas sociales y de género que perpetúan la desigualdad y escuchar y apoyar el liderazgo de las niñas y jóvenes activistas, verdaderas agentes del cambio. “Las niñas que fueron obligadas a casarse no quieren que sus hijas vivan lo mismo. Su esperanza en un futuro diferente es la base del cambio. Dejémoslas ser niñas, no esposas”, señala Concha López, directora general de Plan International España.