La brecha de género en la salud mental tiene un coste personal y social, pero también económico
Según ClosinGap, la mayor prevalencia de la ansiedad y depresión entre las mujeres le cuesta 6.800 millones de euros a la economía española

La salud mental se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los españoles, y por buenos motivos, ya que los indicadores en este ámbito han empeorado de forma importante en los últimos años, especialmente a raíz de la pandemia. De hecho, el 74% de la población considera que la salud mental de la sociedad se ha deteriorado, según la última encuesta de la Confederación de Salud Mental de España. A diferencia de la creencia popular, nuestra salud emocional no es mejor que la de nuestros vecinos europeos. La comparativa que de forma anual realiza la consultora Gallup en sus informes ‘Global Emotions’ señala que los países con mayor índice de bienestar (>75%) son los del norte de Europa, mientras que los países con mayor índice de malestar (>30%) corresponden al sur. España, en concreto, se sitúa en una posición intermedia (17 posición de 26) de una tabla que lidera Dinamarca.
Como en tantos otros aspectos de la vida, en este ámbito existe una brecha de género que tiene un coste personal y social, pero también económico, como destaca el último informe de ClosinGap, realizado por Merck con el apoyo de PwC. Su análisis concluye que la depresión y la ansiedad comportan una pérdida de 18.590,4 millones de euros para la economía española. De esa cifra, Closingap estima que el 37% (6.872,4 millones) se debe a la brecha de género por la mayor prevalencia de dichas enfermedades en la mujer.
El informe destaca que las mujeres presentan valores inferiores en el índice de bienestar emocional (54,6% frente al 67,4% de los hombres) y valores superiores en el de malestar emocional (27,3% frente al 17,5% de los hombres). En definitiva, las mujeres reconocen un peor estado de salud emocional. Una mala salud emocional puede evolucionar a lo largo de la vida a trastornos de somatización y problemas mentales como la depresión o la ansiedad, que las mujeres tienen mayor riesgo de padecer. Esto tiene que ver, en primer lugar, con el mayor peso que asumen en las actividades de cuidado tanto de la familia como del hogar, lo que hace que a menudo tengan que hacer frente a una carga desproporcionada de tareas, disminuyendo su tiempo de descanso y desconexión. Un estudio anterior de ClosinGap relacionado con la brecha de género en conciliación y ocio ponía de relieve que las mujeres disponen de menos tiempo de ocio que los hombres, en muchos casos debido a mayores responsabilidades en el ámbito familiar.
En experiencia del psicoterapeuta y divulgador Luis Muiño, “las diferencias de género en ansiedad y depresión tienen su origen en que desde la infancia a las mujeres se les exige que aguanten la carga emocional de los demás, que encuentren justificación para los actos de otras personas, aunque les generen malestar, que satisfagan las expectativas ajenas y que no conecten con sentimientos transformadores como la ira. Este tipo de educación las lleva a sentirse responsables de sostener emocionalmente a las personas de su alrededor olvidándose de su propio bienestar psicológico y pagando un alto precio en su salud mental”.
Salud mental y trabajo
Por otro lado, las mujeres han encontrado históricamente barreras en su proceso de incorporación al mercado laboral y actualmente continúa existiendo una brecha de género en cuanto a salarios y oportunidades de desarrollo. En general cobran menos, presentan una menor tasa de ocupación y una mayor tasa de temporalidad. Esta situación se agrava debido a que son ellas quienes suelen asumir responsabilidades adicionales en el ámbito familiar, lo que supone un catalizador del malestar emocional y deriva en bajas laborales por depresión o ansiedad.
El 63,1% de las bajas laborales debidas a trastornos mentales y del comportamiento en España en 2021 se las tomaron las mujeres. Esas bajas tienen, además, mayor duración en el caso de pacientes femeninas (24,4 millones de días vs 13,6 millones de días para los hombres). Como consecuencia, el impacto económico de la brecha de género en las bajas por dichos trastornos fue de 1.642,6 millones de euros.
La mujer, impulsora de la economía del bienestar
Del informe se desprende que, a pesar de contar con menos tiempo para sí mismas, las mujeres son más conscientes de la importancia del autocuidado para mejorar su salud emocional (54,9% frente al 43,1% de los hombres). De esta forma, juegan un papel clave como impulsoras de la economía del bienestar, que se ha convertido en una actividad económica de gran envergadura a nivel mundial que representa 1.288,6 miles de millones de euros en Europa.
Jóvenes y salud mental
“Hay un dato positivo”, apunta Marieta Jiménez, presidenta de ClosinGap, “y es que las mujeres, especialmente las generaciones más jóvenes, son más conscientes de su estado emocional y toman medidas para mejorarlo, convirtiéndose así en potenciales motores de cambio para una sociedad menos discriminatoria con los trastornos de salud emocional”.
En concreto, el 92% de los jóvenes españoles, entre 19 y 36 años, considera la salud emocional como un aspecto importante de su vida. Sin embargo, en 2023 todavía más de la mitad de las mujeres jóvenes ha sentido tristeza, falta de energía, problemas para concentrarse, poco interés por hacer las cosas y miedo al futuro o a los riesgos del presente de forma recurrente.