Las españolas consideran ser económicamente independientes una prioridad, pero muchas nunca lo serán
La mayoría de las mujeres reconocen tener escasos o nulos conocimientos financieros

Hasta 1981, las mujeres españolas tenían que pedir permiso a sus maridos para poder abrir una cuenta corriente en el banco. Las finanzas eran, por entonces, cosa de hombres. Afortunadamente, los tiempos han cambiado y la igualdad ha avanzado también en este terreno, aunque todavía quede mucho camino por recorrer.
La independencia económica no es cuestión baladí. Poder mantenerte a ti misma y ser capaz de tomar decisiones financieras es algo muy relacionado con la capacidad de desarrollarte como profesional y persona. “La liberación de la mujer pasa por tener controladas tus finanzas”, recordó Carmen García, presidenta de la Fundación Madrid Woman’s Week, en el debate que siguió a la presentación del informe Mujer y Finanzas de Mastercard. La investigación, realizada a partir de 12.000 entrevistas a mujeres de entre 25 y 75 años de doce países europeos, desvela que casi un 25% de las españolas no se sienten económicamente independientes. El 66% de ellas creen, además, que nunca lo serán.
La mayoría de las mujeres consideran que en general las mujeres son todavía menos independientes económicamente que los hombres, sobre todo, porque asumen trabajos no remunerados, ganan menos, en ocasiones deciden ser madres a tiempo completo y abandonar su carrera profesional o porque sencillamente han elegido depender económicamente de otra persona. Eso sí, el 74% considera ser financieramente independiente un objetivo prioritario en su vida y siete de cada diez están convencidas de tener más independencia que las mujeres de generaciones anteriores.
“Los esfuerzos que estamos haciendo como compañías y a nivel de sociedad están ayudando a que se produzcan cambios en cómo las mujeres toman decisiones y viven sus vidas”, aseguró Paloma Real, directora general de Mastercard. Sin embargo, en el ámbito financiero existen barreras que todavía no hemos superado. Por ejemplo, hay un gap importante en lo que respecta a conocimientos financieros. La mayoría de las mujeres (casi el 70%) reconocen tener pocos o ninguno. A muchas todavía le siguen costando comprender conceptos relacionados con inversiones, impuestos, nuevas aplicaciones y tecnologías bancarias digitales e hipotecas. “Es preocupante, porque tener independencia económica está muy bien y es el primer paso, pero el siguiente es hacer crecer ese dinero”, indicó Real. Manejar el propio salario, saber invertirlo o gestionar los impuestos podría suponer un nuevo nivel de independencia para ellas. “La mujer es consciente de que tiene mayor aversión al riesgo y a la contratación de productos de inversión. Es ahí donde tenemos que apoyar con formación”, aseguró Elena Bermejo, head of cards en Banco Santander.