Safe in Nairobi, un refugio para que las víctimas de la ablación y el matrimonio forzado puedan empezar una nueva vida
Es un proyecto de Save a Girl Save a Generation en Kenia

En países como Kenia, la mutilación genital femenina y el matrimonio forzado son prácticas, desgraciadamente, muy habituales todavía hoy en día. Safe in Nairobi es un proyecto de la oenegé Save a Girl Save a Generation en ese país que busca no solo ofrecer un refugio a las mujeres supervivientes de estas formas de violencia de género, sino también concienciar sobre su brutalidad a una sociedad que las considera parte de su cultura. Con el fin de reunir fondos para sacar adelante este hogar de acogida, la organización ha puesto en marcha un crowdfunding a través de la fundación Mi grano de arena.
Según datos de Unicef, al menos 200 millones de niñas y mujeres en el mundo han sido víctimas de mutilación genital femenina y otros 3 millones se enfrentan cada año al riesgo de sufrirla. En cuanto al matrimonio forzado, se estima que unos 650 millones de niñas y mujeres han sido víctimas. “Concretamente en Kenia, una de cada cinco niñas ha sido mutilada y en las comunidades donde más se practica, el 94% de ellas ha sufrido esta práctica”, explica Hayat Traspas, una de las ganadoras de la última edición de los Premios MAS y fundadora, junto a su madre, Asha Ismail, de Save a Girl Save a Generation, una organización desde hace años lucha contra la ablación, el matrimonio forzado y cualquier otra forma de violencia contra las mujeres. “Además, el 40,7 % de las mujeres kenianas sufren algún tipo de violencia física y/o sexual. En nuestro refugio acogemos a mujeres que hayan pasado por la mutilación genital o el matrimonio forzado, y que, además, sufren violencia de género”.
La casa se encuentra en un barrio residencial de Nairobi (prefieren no dar la localización exacta por motivos de seguridad) y Save a Girl Save a Generation ya la está acondicionando y preparando para empezar a acoger mujeres. También está trabajando en el proceso de selección del personal keniano que gestionará la casa. Esta cuenta con espacio para alojar a diez mujeres. Tras un periodo de cuatro meses, se apoyará a esas mujeres para buscar otro alojamiento alternativo duradero. De esta forma, otras mujeres que lo necesiten podrán acceder a los mismos servicios. En la casa, las mujeres dispondrán de alojamiento seguro y tendrán todas las necesidades básicas cubiertas, además de la asistencia y apoyo de una house manager y una trabajadora social. “Nuestra idea es que las mujeres reciban atención sanitaria, psicológica y legal para continuar su vida fuera de la violencia”, asegura Traspas. “Para nosotras es importante, además del trabajo de prevención a través de la sensibilización con comunidades afectadas por la mutilación o el matrimonio forzado que hacemos y seguiremos haciendo, no olvidar a las mujeres supervivientes que siguen en ese ciclo de violencia y no tienen recursos para alejarse y comenzar de nuevo”. Para localizarlas, la organización trabaja con las autoridades e instituciones como la policía.
Save a Girl Save a Generation pretende que la casa sea también un lugar seguro donde las mujeres puedan hablar libremente de su situación, al tiempo que crean una red de apoyo entre ellas. Lo principal, dicen, es dar a las mujeres que pasen por la casa herramientas para salir de la situación de violencia que viven y que se conviertan, además, en agentes del cambio dentro de sus círculos. “Creemos que lo más importante es que encuentren un espacio libre de prejuicios donde puedan compartir sus miedos sin ser juzgadas por mostrar rechazo a esta práctica, cosa que no ocurre en sus comunidades”. La fundadora de la organización explica que en muchas de las comunidades en las que se llevan a cabo estas prácticas está casi prohibido hablar de ellas y mucho menos cuestionarlas. “Saber que tienen una red de apoyo que piensa como ellas es lo que les va a ayudar a reafirmarse en su decisión de no seguir con esta costumbre en sus círculos inmediatos”.
Es la primera casa de este tipo que Save a Girl Save a Generation pone en marcha, pero el objetivo es que no sea la última. “Nuestra idea es comenzar con este refugio en Nairobi, que es donde se concentra más población procedente de todas las regiones de Kenia, y más adelante replicar el proyecto en otros lugares”.El plan es abrir centros de acogida en las comunidades con mayor número de casos de mutilación genital femenina y matrimonio forzado del país: Garissa, Tanariver, Isiolo y Wajir.