El tenis, a un paso de la igualdad real
El proyecto, anticipado por Federer, de fusionar los circuitos masculino y femenino podría hacerlo realidad

Al grupo de mujeres tenistas que a principios de los setenta se rebelaron contra la injusticia de cobrar hasta doce veces menos que sus colegas masculinos se las conoce como las ‘nueve originales’. Lideradas por la histórica Billie Jean King, las jugadoras Rosie Casals, Nancy Richey, Judy Dalton, Kerry Melville Reid, Julie Heldman, Peaches Bartkowicz, Kristy Pigeon y Valerie Ziegenfuss tomaron la valiente decisión de desvincularse de la ATP y montaron, con la ayuda de Gladys Heldman, fundadora de la revista World Tennis Magazine, su propio circuito. El 23 de septiembre de 1970 las ‘nueve originales’ jugaron, por la simbólica cantidad de 1 dólar, el Virginia Slims Invitational, su primer torneo. Nacía así la WTA, la organización que controla el tenis femenino a nivel mundial.
Fue una jugada osada por su parte que de no haber funcionado habría dado al traste con sus carreras, pero la apuesta les salió bien y gracias a las ‘nueve originales’ y a las tenistas que han continuado su lucha el tenis es hoy uno de los deportes en los que la igualdad parece un objetivo más cercano. En los setenta, las tenistas decidieron organizarse por su cuenta para defender sus derechos. Ahora está sobre la mesa la posibilidad de volver a unir la ATP y la WTA en un único gran circuito. Paradójicamente, quizá sea el último paso para lograr la paridad en este deporte.
Abría el debate hace unos días Roger Federer al escribir en su cuenta de Twitter: "Solo me preguntaba... ¿soy el único que piensa que este es el momento para que el tenis masculino y femenino se unan?" El suizo aclaró que no se refería a que hombres y mujeres compitan en la pista, sino a fusionar los dos órganos de gobierno que supervisan los circuitos masculino y femenino. "Probablemente debería haber sucedido hace mucho tiempo, pero tal vez este sea realmente el momento. Son tiempos difíciles para todos los deportes y podemos salir de esto con dos cuerpos debilitados o con uno más fuerte".
Just wondering…..am I the only one thinking that now is the time for men’s and women’s tennis to be united and come together as one? — Roger Federer (@rogerfederer) April 22, 2020
Parece que Federer no es el único que piensa que esta es una buena idea. Las reacciones a la propuesta por parte de sus compañeros no se han hecho esperar y han sido mayoritariamente positivas. Se han pronunciado a favor Rafa Nadal, Stan Wawrinka, Simona Halep, Petra Kvitova o Alize Cornet. Incluso Billie Jean King, la mujer que en su momento lideró la revuelta de las jugadoras porque vio que independizarse del tenis masculino era el único camino para que el tenis femenino creciera, defiende la fusión. “Estoy de acuerdo y lo he estado diciendo desde principios de los setenta. Una voz, hombres y mujeres juntos, ha sido desde siempre mi visión para el tenis. Una WTA independiente siempre fue el plan B. Me alegra que ahora estemos en la misma página. Hagamos que suceda”, ha escrito en Twitter.
El único que de momento se ha manifestado en contra ha sido, cómo no, Nick Kyrgios. “No debemos fusionarnos", ha asegurado. “¿Alguien preguntó a la mayoría de la ATP qué piensa acerca de fusionarse con la WTA y si eso es bueno para nosotros?”. Serena Williams, por su parte, ha cuestionado no la idea, pero sí que Federer haya hablado ahora públicamente sobre el asunto. “Ummm, eso era confidencial y se supone que no debía ser compartido todavía”, escribió la jugadora en un tuit que luego borró.
Efectivamente, la ATP ha confirmado que lleva desde enero trabajando sobre la posibilidad de fusión con la WTA. “La reciente cooperación entre los órganos de gobierno solo ha fortalecido mi creencia de que un deporte unificado es la forma más segura de maximizar nuestro potencial y ofrecer una experiencia óptima para los fans in situ, en televisión y online”, ha declarado el italiano Andrea Gaudenzi, presidente del ATP. “Agradezco las opiniones de nuestros jugadores. El tenis ha liderado el camino cuando se trata de reunir a hombres y mujeres en los escenarios más grandes”. Gaudenzi seguramente se refiera a que hombres y mujeres ya juegan juntos en muchos de los grandes torneos, algo que, efectivamente, diferencia al tenis de otros deportes. Así pues, ¿por qué no aprovechar esa base para organizar desde ahí un único circuito más fuerte?

En la actualidad, los designios del tenis mundial están regidos por nada menos que siete organizaciones distintas: la ATP, la WTA, la ITF (la Federación Internacional de Tenis) y los cuatro Grand Slams (Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon y Abierto de Estados Unidos); cada una con sus intereses y a menudo contrapuestos. La fusión entre la ATP y la WTA (quizá incluso también con la ITF), y la creación de un comisionado, una figura superior, como existe en otros deportes, que unifique los intereses de circuitos y torneos, evitaría líos como el de la reorganización del calendario cuando se puede volver a la competición al que asistimos estos días. Un único organismo que agrupara bajo un mismo paraguas a hombres y mujeres tendría también mayor poder a la hora de negociar acuerdos de patrocinios o contratos televisivos.
Parece que el principal escollo para que el plan salga adelante podría ser el de siempre: el dinero. La brecha salarial no es en el tenis tan abismal como en otros deportes, pero todavía existe. Se han igualado los premios de los grand slams, pero no así en muchas otras competiciones. Y aunque en la lista de los jugadores mejor pagados del año pasado hay tantas mujeres como hombres, ellos siguen copando los primeros puestos, ya que ingresan más, tanto por torneos como por patrocinios.
Así pues, ¿estarían los tenistas dispuestos a renunciar a parte de esos beneficios para que las mujeres ganaran más? ¿Estarían las tenistas dispuestas a aceptar algo que no fuera un reparto 50/50? Después de las décadas de lucha y del esfuerzo que han hecho para que se igualaran los premios en los grand slams, parece poco probable que estuvieran ahora dispuestas a dar un paso atrás. Entre los hombres, Nick Kyrgios es el único que de momento se ha atrevido a pronunciarse públicamente contra la fusión, pero seguramente no sea el único jugador del circuito masculino que piense así. “Kyrgios parece expresar una idea bastante generalizada entre los hombres: en el tour de la ATP parece existir la vaga sensación de que las mujeres se aprovechan del tirón de los hombres para ganar visibilidad y ganancias. Durante mucho tiempo se ha cuestionado cuánto público y cuánta cobertura mediática tendría un slam femenino”, escribe Lorenzo Ciotti, en Tennis World. Cabría recordar a esos escépticos que sí se ha hecho algún análisis sobre la audiencia de los grand slams que apunta a la conclusión de que la expectación que genera un partido depende más de los jugadores o de su personalidad que de su género. También que el que las mujeres exijan cobrar lo mismo que los hombres por participar en los mismos torneos no parece una exigencia desproporcionada, sino más bien una cuestión de justicia.