Está la brecha salarial y luego está lo del fútbol
La mitad de las jugadoras profesionales no cobran, las que lo hacen ganan 500 euros de media
“Si dices que juegas al fútbol profesional algunas personas se ríen. Suponen que no se gana dinero, que no es algo real”, dice Shea Groom, una de las futbolistas que participan en un informe elaborado por el sindicato internacional de futbolistas (FIFPro) junto con la Universidad de Manchester que pone en evidencia las tremendas desigualdades que existen entre géneros en este deporte.
Los que piensan que del fútbol femenino no se puede vivir no andan en realidad tan desencaminados, porque dinero, lo que se dice dinero, se gana poco. Y eso las que lo hacen, porque el 49% no gana nada por jugar. El 60% de las que sí lo hacen perciben solo entre 1 y 485 euros al mes, el 30% cobra entre 485 y 1.600 euros, el 9% entre 1.600 y 6.480 euros, y tan solo el 1% cobraría por encima de 6.480 euros mensuales. La media –insistimos, de las que cobran— es de poco más de 500 euros al mes.
En el caso de los compensaciones extras, las desigualdades son igual de exageradas. Un ejemplo reciente: el año pasado, las jugadoras del Atlético de Madrid, campeonas de la Liga Iberdrola femenina se llevaron una prima de 54 euros por cabeza, una cantidad irrisoria, sobre todo si la comparamos con los más de 300.000 euros que percibieron cada uno de los jugadores del Real Madrid por ganar la Liga masculina.
Esto pasa en las competiciones nacionales, pero también en las continentales. “La Liga de Campeones europea debería revisar su modelo de reparto de ingresos y darse cuenta de que también debe ser rentable para los clubes y las jugadoras. Es desalentador que recibamos un porcentaje tan pequeño del dinero”, cuenta Anja Mittag, jugadora alemana y otra de las encuestadas (han participado más de 3.300 jugadoras de 33 países).
La cosa no mejora si hablamos de selecciones. A diferencia de los hombres, que en general cobran por jugar para su país, el 35% de las jugadoras que lo hacen no reciben ningún tipo de compensación y un 38,5% no cobra ni en plazo ni la totalidad de la suma acordada. No es de extrañar que el 66% de las jugadoras diga estar insatisfecha. El 42% afirma que lo que reciben no es suficiente si quiera para cubrir gastos.
La maternidad y la conciliación también son retos pendientes. El 47% de las jugadoras se han planteado dejar de competir para poder empezar una familia. El 61% de las que han sido madres no han recibido apoyo para cuidar de sus hijos, y tan solo el 8% de las jugadoras con hijos ha cobrado durante su baja por maternidad por parte de sus clubes o federaciones.
Por todo ello, un alto porcentaje de ellas están dispuestas a renunciar al fútbol para tener una carrera que les permita mayores ingresos y reconocimiento. Concretamente, el 87% se plantea dejar su carrera deportiva antes de cumplir los 25 años. Dejar de estudiar o prepararse no es para ellas una opción. “Además de jugar para el Melbourne Victory, recientemente me he graduado con una doble titulación en Ciencias e Ingeniería”, cuenta la jugadora australiana Alexandra Gummer.
La brecha no empieza ni mucho menos en la etapa profesional, sino mucho antes. La semana pasada el Valencia CF anunciaba que para la próxima temporada ningún niño tendrá que pagar por jugar en su cantera, mientras que la escuela de niñas continuará siendo de pago (abonan unos 800 euros anuales).
