Los ricos viven hasta once años más que los pobres en España
Oxfam denuncia que somos el cuarto país de la UE donde hay más desigualdad

En España la desigualdad se desbocó durante la crisis y aún no hemos podido controlarla. Esa es la conclusión de un amplio y esclarecedor informe sobre la cuestión publicado por Intermón Oxfam. No solo somos el cuarto país más desigual de la UE, sino que tras Bulgaria somos el segundo país europeo en el que la distancia entre clases crece más; es decir, que los ricos son cada vez más ricos, y los pobres, cada vez más pobres.
Por un lado, el descalabro sufrido por los hogares con ingresos más bajos no se ha paliado con el crecimiento económico. El año pasado aumentaron en 16.500 los hogares en los que no entra ningún tipo de ingreso (son ya 617.000). Por el otro lado, también creció el número de ricos. Los ‘ultramillonarios’ (personas cuyos activos netos equivalen o superan los 40 millones de euros) aumentaron en un 4% en 2017. Así, Oxfam concluye que el crecimiento económico está “beneficiando desproporcionadamente a las rentas altas”. El 1% más rico posee casi el 25% de la riqueza (exactamente 24,42 euros de cada 100), mientras que el 50% más pobre se tiene que repartir el 7%
En España, la cantidad de personas ricas y en situación de pobreza se había ido reduciendo desde los años setenta hasta la crisis. Para entonces, prácticamente 7 de cada 10 personas formaban parte de las llamadas clases medias (en línea con lo que pasa en otros países europeos). Sin embargo, tras crisis y a pesar de la recuperación económica, la sociedad se ha polarizado y ha sido a costa del adelgazamiento de las clases medias. “La crisis ha destapado la incapacidad de nuestros sistema de protección social contra la pobreza y la del empleo para rescatar a la población y reducir la pobreza”, indica el análisis. La tasa de pobreza aumentó en 5,8 puntos con la recesión hasta alcanzar al 24,6% en la población menor de 65 años, y solo ha bajado 1,4 puntos después. Esto quiere decir que la pobreza aumentó 4 veces más de lo que se ha reducido desde la recuperación. Los grupos más vulnerables y que más se están quedando fuera de la recuperación económica son migrantes, mujeres y personas sin estudios.
En España no solo hay cada vez más desigualdad, la movilidad social también es menor. Somos el cuarto país de la OCDE en el que las personas en situación de riqueza o pobreza tienen más posibilidades de seguir siendo pobres y ricos pasados cuatro años. La pobreza se ha convertido en una trampa de la que se hace complicado salir. Y no solo para el individuo, también para su descendencia. La riqueza se hereda, pero la pobreza también. Esto somete el futuro de los niños y niñas al nivel de ingresos del hogar en el que nacieron. La OCDE estima que en España hacen falta cuatro generaciones para que una familia del 10% más pobre llegue a los ingresos medios, es decir, unos 120 años.
La razón es que los padres y madres con mejor situación pueden proporcionar a sus hijos e hijas de herramientas y recursos que les permitirán mantener o mejorar su posición. En las sociedades más desiguales estas diferencias son demasiado grandes como para que las familias de renta baja consigan salvar los obstáculos que las separan del resto.
“Reducir la desigualdad es condición ‘sine quanon’ para garantizar la igualdad de oportunidades”, recuerda la oenegé. “La certeza que tuvieron muchas familias de que sus hijos e hijas iban a alcanzar un nivel de vida más alto que el que ellos tuvieron se acabó cuando terminó la modernización de nuestra economía y el sector servicios pasó a ser el predominante. Esto es algo que ha pasado en todos los países desarrollados, pero con matices: donde se ha invertido y desarrollado una economía donde priman puestos de mayor cualificación y remuneración, hay más posibilidades de movilidad social; por el contrario, en países como España, con un sector servicios que se ha ‘ensanchado por abajo’, con más puestos precarizados y de baja cualificación, aumentarán las probabilidades de vivir peor que tus progenitores”.
En la actualidad los chicos y chicas de las familias pobres tienen 11 veces más posibilidades que los otros de abandonar los estudios antes de acabar la educación secundaria (bachillerato o FP superior). En 2008 eran 3 veces más posibilidades.
La desigualdad hace que las personas no disfruten en la misma medida de derechos y oportunidades vitales. Cuestiones tan esenciales para la vida como nuestra salud, la esperanza de vida o si nos consideramos felices o no están determinadas por la desigualdad. Solo un ejemplo: la esperanza de vida entre barrios con distintos niveles de ingresos puede ser de 11 años en Barcelona y 7 en Madrid.