"No compartir información sobre lo que cobramos o pagamos es absurdo"
Lupina Iturriaga, fundadora y CEO de Fintonic
Cuando, en 2012, Lupina Iturriaga puso en marcha Fintonic junto a sus socios, Sergio Chalbaud y Aitor Chinchetru, lo hizo con una idea en mente: ayudar a la gente a sacar más partido de su dinero en un momento económicamente complicado para muchos. “En España había una crisis más fuerte que la actual, porque era estructural, no coyuntural como esta”, explica. En ese contexto lanzaron esta aplicación que busca ayudar a los usuarios a entender qué pasa con su dinero y a controlar a sus bancos a través de un sistema de alertas que les informa de si les han pasado algún movimiento duplicado, les han cobrado alguna comisión de más, les vence su seguro, etcétera. En definitiva, a estar al día de sus finanzas para que no les cuelen ningún gol. Más de 700.000 usuarios han confiado ya en la app.
Con el tiempo, Fintonic ha ido ampliando servicios y ahora, por ejemplo, también ayuda al consumidor a ahorrar en los recibos de la luz o la telefonía. “Acompañamos al usuario desde la independencia y la transparencia. No nos casamos con nadie, trabajamos con todas las compañías, siempre que sean sólidas”, puntualiza Lupina Iturriaga. Se han convertido, además, en corredores de seguros, actuando como intermediarios de varias aseguradoras. También ayudan a 100.000 clientes cada mes a lograr un préstamo a través de su marketplace de préstamos y ofrecen el servicio FinScore, un perfil crediticio que te indica qué tipo de interés mereces si vas a pedir un préstamo. “Te da mucho poder como usuario, porque te permite entender mejor cómo te ven los bancos”, explica la CEO de la compañía. Recientemente Fintonic ha lanzado también una cuenta y una tarjeta bancaria propias, de forma que el usuario pueda hacer pagos a través de la aplicación. O no, porque los usuarios de Fintonic pueden elegir usar todos sus servicios o solo algunos. “Nosotros no somos un banco. Lo que nos motiva es seguir buscando los mejores productos para el usuario, que este tenga más poder sobre sus datos, los entienda y tome mejores decisiones. Así nacimos y seguimos trabajando”.
Siempre se ha dicho que en este país vamos muy justitos de cultura financiera. ¿Eso está cambiando?
Es normal que sea así, porque no nos han enseñado ni siquiera las nociones básicas. Nosotros trabajamos para que la gente entienda qué gastos tiene, qué ingresos tiene, qué tipo de interés se merece y qué ha provocado que tenga ese tipo de interés. Hay gente que piensa que porque se lleva bien con el director de su oficina le va a ofrecer un buen tipo, y las cosas no funcionan así. Es muy importante dejarse ayudar. No podemos saber de todo y, además, tenemos muchas cosas en la cabeza. A mí también me pasa. Antes de lanzar Fintonic me enfadaba con mi marido, que es director financiero de una multinacional, porque no entendía a dónde se iba nuestro dinero. Tratamos de ponérselo fácil a la gente que llega cansada a casa y no quiere ponerse a pelearse por teléfono para revisar sus recibos. Incluso si lo intentas, a veces no lo consigues. Puedes pasarte dos o tres horas colgada al teléfono y acabar con el mismo producto. Una vez tuve que llamar doce veces para hacer un cambio en la alarma de casa.
¿Por qué a los españoles nos sigue costando tanto negociar y hablar de dinero?
Aquí sabemos pelear, pero también nos cansamos y los del otro lado son muy buenos. Lo que todavía nos cuesta más es hablar de lo que cobramos o lo que pagamos. No compartir este tipo de información es absurdo. Yo no quiero pagar más que mi vecino por la luz. Y si te cobran más comisiones que a nadie, cuando hay entidades que no las cobran, a lo mejor te interesa evaluarlo. Pero es complicado hacerlo si en tu entorno no se habla de estos temas.
¿Cuál es vuestra relación con los bancos? ¿Os ven más como amigos o como enemigos?
Colaboramos bastante. De hecho, están conectados en nuestros marketplaces. A ellos les interesa y a nosotros también. Además, creo que somos muy complementarios. Las entidades van a ser proveedores de producto, que es lo normal y algo que hacen muy bien, pero luego tiene que haber una capa intermedia, sea Fintonic, Google o quien venga, que te recomiende lo mejor para ti. Eso solo lo puede hacer alguien independiente.
Pero, como en muchas otras fintechs, en vuestro accionariado también hay empresas del sector financiero.
Sí, por ejemplo, ING Group, pero ni siquiera están metidos en el marketplace de préstamos. La independencia es total. También están Atresmedia e inversores de diferentes perfiles, exdirectivos de banca, de marketing o del mercado latinoamericano, porque también estamos en México y Chile.
¿Cómo ves el papel de los gigantes tecnológicos, los Amazon, Apple o Google, que están entrando en el sector financiero?
Si los gigantes tecnológicos quieren meterse en esto, estoy segura de que lo harán fenomenal. Con Amazon firmamos un acuerdo que era el primero de este tipo que hicieron a nivel mundial. Los usuarios de Fintonic pueden financiar sus compras en la plataforma al 0% y pagarlas en cuatro meses. Si hay empresas como WeChat en China que te permiten hacerlo todo en su plataforma y dan un buen servicio, bienvenidas sean. Los únicos que seguro que van a estar aquí dentro de diez años son los usuarios. La gente va a seguir necesitando dinero, pero a lo mejor ya no tiene un banco tradicional. Deberíamos asumir que la gente no es tonta. Controlar tus datos, a tu banco, a tu compañía de seguros o de electricidad es un deber. No lo puedes delegar en otro que, como es lógico, tiene su propio interés.
Estamos en un momento de muchos cambios, con un panorama financiero muy convulso, con fusiones, cierre de oficinas, nuevos players,... El móvil y el big data también han cambiado mucho las cosas. ¿Cuál será la próxima gran revolución del sector?
Creo que no va a parar de haber revoluciones en este sector. Ahora se habla mucho de blockchain, pero nosotros no usamos blockchain, usamos otro tipo de tecnologías también muy avanzadas. Yo creo que lo importante no son las tecnologías nuevas, que surgirán muchas, sino las soluciones innovadoras que se puedan ofrecer a la gente para de verdad simplificar su día a día.
Nacisteis durante otra crisis. ¿Cómo os ha afectado esta?
El equipo ha tenido que trabajar muchísimo, tanto a través de la app como directamente en persona, para dar respuestas a los usuarios. Los perfiles de nuestros usuarios son anónimos, pero llegas a tener relación con ellos por sus datos. Y luego hay otros que llaman a la oficina, chatean o piden ayuda en lo que necesitan. Ha llegado a la oficina gente con verdaderas emergencias. Hemos trabajado mucho, pero a mí levantarme cada mañana pensando que venimos a la oficina para ayudar a la gente me hace ser más feliz.