Si se cerrase la brecha laboral el PIB español podría crecer en 200.000 millones
Para ello habría que aumentar la tasa de ocupación femenina y acabar con la parcialidad en su jornada. En la actualidad, el 24% de las trabajadoras tienen contrato parcial

El impacto económico de la brecha de género en el empleo es de 201.913 millones de euros, lo que equivale al 16,8% del PIB español de 2018. Esta es una de las principales conclusiones del séptimo informe de ClosinGap, la iniciativa puesta en marcha por doce grandes empresas que analiza el coste de la desigualdad de género en diferentes ámbitos (en el ocio, la salud, la movilidad, etcétera) para la economía española. Este último estudio, liderado por PwC, se centra en el mercado laboral, y evidencia que, pese a haber más licenciadas que licenciados y más mujeres en edad de trabajar que hombres (+5,4%), ellos todavía tiene tasas más altas de ocupación más altas: por cada diez mujeres ocupadas, hay doce hombres trabajando. La tasa de desempleo, sin embargo, es ligeramente superior entre ellas: 17% frente al 14%
En términos salariales, ellas cobran de media 5.784 euros menos al año que los hombres. De eliminarse esa diferencia (que es del 21,9%), los ingresos de las mujeres aumentarían en 49.502 millones de euros.
Uno de los puntos en los que más se siente esa brecha es en la elección del tipo de jornada. Son muchas las españolas que trabajan con un contrato a tiempo parcial. En concreto, el 24%, es decir, una de cada cuatro trabajadoras, y la mayoría lo hace para cuidar de los hijos o de personas mayores. En el caso de los hombres, solo el 7% tenía reducción de jornada en 2018. En total, las españolas trabajan unas 5.300 millones de horas menos al año que sus compañeros debido a su menor tasa de ocupación y al mayor porcentaje de contratos a tiempo parcial.
Son varias las causas que se combinan para explicar esa importante distancia que, pese a lo que se ha avanzado, sigue separando a hombres y mujeres en el mercado laboral. Entre ellas, el parón que muchas veces implican el embarazo y la lactancia, cuyos efectos a menudo no se limita a esos años, sino que afectan a toda la carrera laboral de la mujer; su incorporación más tardía al mercado laboral, que en algunos casos implica una menor antigüedad; las diferencias en la elección de estudios y profesiones (ellas suelen evitar las carreras tecnológicas y técnicas, en las que los sueldos tienden a ser más altos); la falta de corresponsabilidad en roles familiares y domésticos (las mujeres dedican dos horas más y unos 45 minutos más al cuidado del hogar y de los hijos, respectivamente, que los hombres) , y otros factores de índole social y cultural, estereotipos y sesgos que inciden de forma directa en las barreras de acceso de la mujer a puestos de dirección (ocupan solo el 26% de los asientos en los consejos de administración y el 9% de los puestos de alta dirección), en sus decisiones sobre qué carrera elegir y en su forma de participación en el mercado laboral.
Como decíamos al principio, el informe señala que en un escenario en el que la tasa de empleo de la mujer se igualase con la de los hombres, el PIB español podría incrementarse en 201.913 millones. Este incremento potencial de la producción vendría de la creación de empleo femenino (2,3 millones de puestos de trabajo) y de la igualación de las tasas de parcialidad y jornada completa entre hombres y mujeres. “El potencial económico que estamos perdiendo por no salvar esta brecha es tremendo”, aseguró, en la presentación del informe, Manuel Martín España, consejero delegado de PwC, que hizo hincapié en la responsabilidad de todos, especialmente de las empresas, para cambiar esta situación. “Tenemos que trabajar dentro para que se refleje fuera”, aseguró.