Eva Hache, actriz: “Suelo ser bastante realista conmigo. En mi vida solo miento para gamberrear”
Con ‘Nunca he estado en Dublín’, Hache vuelve a la comedia y al teatro. O, como ella dice, a casa

Para cuando saltó a la fama con El club de la comedia, Eva Hache ya llevaba tiempo batiéndose el cobre en el escenario como actriz y monologuista. Fue una de las pioneras en nuestro país de la stand up comedy, por entonces, asegura, “un páramo por habitar”. Después hizo series, cine, radio y televisión, mucha televisión (entre otras cosas, fue la primera mujer en presentar un late night en España, La Noche Hache). Lejos de acomodarse, Eva Hache sigue, veinticinco años después, aceptado retos nuevos. El año pasado, por ejemplo, firmó su primera película como directora, Un mal día lo tiene cualquiera, y hasta finales de abril estará en el Teatro Pavón con Nunca he estado en Dublín, una obra sobre una familia que se reúne para una sorprendente cena de Navidad.
Llevabas ya un tiempo sin hacer teatro, ¿cómo ha sido volver a subirte a las tablas?
Como siempre, volver a casa. Una casa con nuevos muebles y nuevos compañeros de piso. Placentero, duro y tierno, interesante y, como la función, muy divertido.
En la obra se habla de las mentiras que todos nos contamos a nosotros mismos para seguir adelante. ¿Qué tal vas tú de capacidad de autoengaño?
Suelo ser bastante realista conmigo. Y no tengo una vida tan agitada como los personajes de la obra, que echan balones fuera sin parar, los pobres. En mi vida solo miento para gamberrear, la verdad.
¿Tienes algo en común con tu personaje, Begoña?
Soy madre, en la misma franja de edad y las dos tenemos un humor explosivo en la intimidad.
Quizá haya gente que no sepa que empezaste haciendo teatro clásico.¿Cómo te pasaste a la comedia?
Todo fue bastante natural. Y por necesidad: tenía ningún trabajo de actriz, produje con una amiga un espectáculo de cabaret y, puestas a probar, me presenté a Paramount Comedy para que me enseñaran a hacer stand up. Una casualidad coincidir con la llegada del monólogo a España justo cuando no estaba haciendo nada más. Y una sorpresa que se me diera bien.
¿Y te gustaría hacer más drama?
¿Por qué no? Si lo que me ofrecen es jugoso y me supone un aprendizaje, diré que sí. Lo que seguro me apetece siempre es aprender.
Cuando empezaste a hacer stand up comedy no había muchas mujeres. ¿Quiénes eran tus referentes en esa época?
¡Ni hombres! Era un páramo por habitar. Pero siempre me ha gustado ver comedia, y cómicas ha habido muchas en la televisión este país: Lina Morgan, las hermanas Hurtado, Beatriz Carvajal… Y las películas estaban llenas de actrices con mucha comedia: Rafaela Aparicio, Florinda Chico, Gracita Morales, Mary Santpere, Laly Soldevilla, Chus Lampreave… Las miraba y las admiraba muchísimo.
¿Es más difícil hacer humor ahora que entonces?
Para nada. Lo que es difícil es salir al escenario de un bar donde no saben lo que es el stand up ni quién eres. Así era entonces. Cada vez tenemos que ser más ingeniosos, buscar temas nuevos y ser más elegantes, eso sí. Pero eso es evolucionar.
¿Hay algún tema que para ti sea tabú?
No. Hay que servirlo con buenos aderezos, pero hay público para todos los humores. Pero vamos, como con la comida, como la coliflor.
“Cada vez tenemos que ser más ingeniosos, buscar temas nuevos y ser más elegantes. Pero eso es evolucionar”
El año pasado se estrenó tu primera película como directora. ¿Te planteas repetir tras las cámaras?
Sí. Dejaré pasar un tiempo porque es durísimo, y largo, y estresante, pero repetiré con un guion propio, espero. Supongo que irá sobre mujeres.
¿Te imaginaste cuando empezaste en este mundo que algún día te darían la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes?
¡Jamás! Me ha hecho muchísima ilusión. Además de por el reconocimiento de mi oficio, por el hecho de que se valore la comedia hecha por mujeres en diferentes medios. Una alegría inmensa.