Aránzazu Riosalido, directora artística del Circo Price: “La gente no va al circo por desconocimiento”
El Price, uno de los espacios culturales de referencia en la capital, inicia una nueva etapa buscando acercar la diversidad de este arte al público

El circo ha formado parte de su vida desde que era bien pequeñita. “Con 3 o 4 años le dije a mi madre que quería aprender trapecio”, recuerda entre risas. Aránzazu Riosalido vivía muy cerca de la zona de Ventas, en Madrid, y pasaba muchos días, por no decir casi todos, por el Circo de los Muchachos. Durante su infancia y adolescencia acudía con asiduidad a espectáculos de este arte que, confiesa, “le fascinaba”. Asumir la dirección artística del Circo Price ha sido para ella todo un sueño. “Siempre me ha chiflado el mundo artístico: dirigir un teatro, estar dentro de él, ver cómo funciona...”, dice
Riosalido se licenció en Derecho por la Universidad CEU San Pablo, hizo un Máster en Propiedad Intelectual y trabajó diecisiete años en la fundación AISGE, entidad dedicada a la gestión de actores. Allí fue responsable de Centro Actúa, un espacio de formación y reciclaje de profesionales del sector. Cuando le llegó la oferta del Price, estaba sumergida en un proyecto que la fundación quería implantar en Málaga. “Estaba muy entusiasmada, porque era como un hijo para mí”. Pero también sentía que la propuesta del Circo Price iba un crecimiento personal para ella. “Soy una persona que sale de su zona de confort continuamente. Me venía bien un cambio, porque, aunque estaba muy a gusto y bien consideraba en mi anterior trabajo. Todos queremos nuevos retos. Pero el leitmovit, sin duda, fue el circo”.
Lo suyo por este arte es pasión. De hecho, durante el tiempo que permaneció en AISGE tampoco se desvinculó nunca de él. Por ejemplo, reeditó, con la editorial Pepitas de Calabaza, el libro Biografía del circo, que Jaime de Armiñán escribió antes de convertirse en cineasta. “Como con anterioridad había trabajado en una agencia literaria y tenía esa curiosidad por rescatar cosas interesantes, le propuse recuperarlo. Era una preciosidad, porque simulaba una función de circo y cada capítulo representaba un número. A través de cada entrega, el lector conocía la historia del circo en España. Es un proyecto en el que me embarqué ‘por amor al arte’, sin buscar el beneficio económico. Siempre animo a la gente a que persiga las cosas sin pensar en su propio interés. Hoy en día, todo lo medimos por el dinero. Si me lo pagan, lo hago; pero si no, paso. Yo creo que hay que prestar atención a otros valores que te hacen crecer”.
Pepe Viyuela la acompañó en otra de esas aventuras relacionadas con este arte. “Descubrí que en el 2020 se cumplían cincuenta años del derrumbe del Circo Price en la Plaza del Rey, así que decidí plantear una obra de teatro en la que se rindiese un homenaje a esos artistas y a esa última función. Se llamó Mil novecientos setenta sombreros”.

Entre los objetivos que se ha marcado como directora artística en su nuevo puesto destaca que la gente conozca la importancia y la historia de esta institución, porque, como señala, “hay muy pocos teatros de circo estables en el mundo y en España se encuentra uno de ellos. Los madrileños deberíamos sentirnos orgulloso de lo que tenemos”.
Por otro lado, quiere recuperar y potenciar la comunión entre el humor y el buen circo e integrar diferentes corrientes artísticas. Por ello, para este 2025 ha presentado una programación muy variada. “He querido traer representación internacional, porque muchas veces no tenemos acceso a las propuestas de fuera. Por supuesto, también hemos incluido a compañías españolas y una parte solidaria, con Payasos sin fronteras y Saniclown. Yo defiendo mucho la figura del payaso, porque hacer reír es dificilísimo. También he querido que esté presente el circo de carpa de toda la vida y habrá un momento para las artes más desconocidas, como la ventriloquía, el mentalismo, la hipnosis… El broche final será el espectáculo de Navidad dirigido por Juan Luis Iborra”, explica. “El público quiera ver buen circo y no división. La gente no va al circo por desconocimiento”.
Otros proyectos que se están gestando es la creación, en el patio del Price, de un museo mural. El muralista y artista urbano de origen malagueño Lalone ha sido el encargado de inaugurar 'El jardín del Teatro Circo Price', un espacio para la creación concebido como galería de arte contemporáneo, al aire libre, con el circo como protagonista. El jardín del Teatro Circo Price, diseño del ilustrador Ángel Idígoras, es el título de la obra que Lalone ha trasladado a un gran muro de 45 metros cuadrados y que el público puede disfrutar cada vez que visite este singular espacio. Igual que Picasso, Degas, Juan Gris o Toulouse-Lautrec se inspiraron en la magia del circo para sus obras, desde el Teatro Circo Price se invitará a distintos artistas plásticos a poner el foco en el circo y crear sus propias obras para este espacio.
Antes de despedirse nos adelanta que la forma de comunicar la programación del Circo Price también va a cambiar y, en unos meses, será más llamativa gracias a la mascota que han desarrollado y que será su ‘portavoz’ en redes sociales. Este personaje ha sido bautizado con el nombre de Max Price, en homenaje a Thomas Price, domador de caballos, caballista y acróbata, y creador y primer director del circo Price de Madrid.
