Hollywood las prefiere calladas
Si queremos más mujeres en pantalla y que estas tengan voz, el cambio tiene que empezar tras las cámaras

Siete frases es todo el diálogo que Anna Paquin tiene durante las más de tres horas que dura El irlandés, la película de Martin Scorsese en la que interpreta a Peggy Sheeran, la traumatizada hija del soldado de la mafia Frank Sheeran. Suficiente, según Robert de Niro, que da vida a su padre en la ficción. En una reciente entrevista en la que le preguntaron por la polémica, De Niro defendió la “poderosa” interpretación de Paquin. “Quizá en otras escenas podría haber habido más interacción entre Frank y ella, pero así es como se hizo. Ella es estupenda y eso se deja sentir”.
Cierto es que Anna Paquin aprovecha bien su escaso tiempo en pantalla, como también hizo Margot Robbie, maravillosa como Sharon Tate en Érase una vez en Hollywood. Cuando la película se presentó en el pasado Festival de Cannes, una periodista del New York Times le preguntó a Quentin Tarantino que por qué el personaje hablaba tan poco en la película. “Rechazo su hipótesis” es todo lo que respondió un enfadado Tarantino antes de apartarse del micrófono, lo que obligó a Robbie a intervenir. “Creo que los momentos en los que estoy en pantalla me dieron la oportunidad de honrar a Sharon”, dijo. “Sus maravillosas cualidades podrían ser mostradas sin diálogo, lo que resulta interesante”. Al final Tarantino se lo pensó un poco y añadió un par de minutos más de metraje en la versión definitiva de la película para darle algo más de peso a la trama de Tate.
La escasa locuacidad de los personajes de Robbie y Paquin no es algo raro en Hollywood. Cada año, el Centro para el Estudio de las Mujeres en la Televisión y el Cine de la Universidad de San Diego hace un análisis de las películas más taquilleras del año. El último indica que las mujeres interpretaron el 37% de los personajes principales de las cien películas más taquilleras del 2019 y el 34% de los personajes con diálogo. Los porcentajes son casi idénticos a los del año pasado.

Las cosas no son muy diferentes detrás de las cámaras. El informe indica también que las mujeres suponen solo el 20% de todos los directores, guionistas, productores, productores ejecutivos, directores y cámaras de las películas más taquilleras. Es el conocido como “techo de celuloide”. Si nos fijamos específicamente en la proporción de mujeres directoras, esta asciende al 12% Los datos mejoran en el cine independiente, donde ellas dirigen el 33% de los proyectos.
Esa cifra del 12% parece bajísima (y lo es), pero supone una mejora respecto al 4% del año anterior, que es también la media de la última década, según otro estudio de la Universidad de California del Sur (USC). Solo 13 de las 57 mujeres que consiguieron dirigir algún taquillazo entre 2008 y 2018 eran negras o de minorías étnicas. El director de Hollywood medio responde a un perfil muy concreto: la inmensa mayoría (82,5%) son varones blancos. Los datos resultan tan tristes que el año pasado dieron pie a la iniciativa ‘4% Challenge’ de Time’s Up, un reto por el que actores y actrices se comprometieron a trabajar con una mujer directora en los siguientes dieciocho meses siguientes, y al que se sumaron nombres como Reese Witherspoon, Brie Larson o Kerry Washington.
“Because only 4% of the top 100 studio films over the last DECADE have been directed by women, #TIMESUP is initiating a challenge, the 4% challenge, and I intend to take it: I commit to working with a female director in the next 18 months.” -@TessaThompson_x#TIMESUPX2pic.twitter.com/GjsuqeryKj — TIME'S UP (@TIMESUPNOW) January 26, 2019
Parece que la reivindicación empieza a dar sus frutos. "Es la primera vez que hemos visto un cambio en la forma de contratar [de los estudios] en trece años", asegura Stacey L. Smith, investigadora en la USC. El informe que coordina señala a Universal Pictures como el estudio que más directoras contrata (cinco el año pasado) y el único grande con una mujer al frente: Donna Langley. También, y de manera muy especial a Netflix, porque el 20% de sus películas del año pasado (solo películas, en la estadística no se incluyen series o documentales) tuvieron a una mujer al frente. En el extremo opuesto se sitúa Paramount Pictures, que en los últimos cinco años no ha estrenado ni una sola película dirigida por una mujer.
Las doce privilegiadas que consiguieron encabezar una de las grandes películas del año pasado fueron Anna Boden (Capitana Marvel), Gail Mancuso (Tu mejor amigo: un nuevo viaje), Greta Gerwig (Mujercitas), Jennifer Lee (Frozen II), Jill Culton (Abominable), Kasi Lemmons (Harriet), Lorene Scafaria (Estafadoras de Wall Street), Marielle Heller (Un amigo extraordinario), Melina Matsoukas (Queen & Slim), Olivia Wilde (Súper empollonas), Roxann Dawson (Más allá de la esperanza) y Tina Gordon (Pequeño gran problema). Ninguna de ellas fue nominada en los recientes Globos de Oro ni para los próximos Oscar, aunque los nombres de Greta Gerwig y Lorene Scafaria sonaban con mucha fuerza. Tampoco resulta demasiado sorprendente: ellas representan apenas al 5% de los nominados en esta categoría en los Globos de Oro, los Oscar, los DGA Awards y los Critics Choice Awards desde 2008. “Los logros de las mujeres detrás de las cámaras no son vistos ni celebrados, ni por sus compañeros ni por la prensa. Hasta que no rompamos el estereotipo de quién puede ser elogiado como director, no veremos cambios en esta área”, concluye Smith.

Está demostrado que con similares presupuestos a su disposición, directores y directoras consiguen parecidos resultados de taquilla y que hay menos películas con protagonistas femeninas, pero estas resultan más rentables. También que cuando hay más mujeres al frente de los proyectos, las hay también en el guion. En concreto, en las películas en las que hay al menos una directora o guionista, el 58% de los protagonistas son féminas, frente al 30% que hay como media en los proyectos liderados solo por hombres. No parece descabellado aventurar, por tanto, que si queremos más mujeres en pantalla y que estas tengan voz, el cambio tiene que empezar tras las cámaras.