La última (y más íntima) sesión de Marilyn Monroe
Posó desnuda, enrollada entre sábanas o cubriéndose con pañuelos de gasa

A finales de junio de 1962, Marilyn Monroe fue retratada por el fotógrafo Bert Stern en la suite 261 del Hotel Bel Air en Los Ángeles. Lo que ninguno imaginaba es que seis semanas después ella fallecería y la sesión, ahora conocida como The Last Sitting, se convertiría en la última (y más íntima) de la actriz.
Stern logró capturar la faceta más sensual y desenfadada de Monroe. Prácticamente sin maquillaje, posó desnuda, enrollada entre sábanas o cubriéndose con pañuelos de gasa que dejaban entrever prácticamente todo su cuerpo. Aunque la mayor preocupación de la actriz era que no se viera la cicatriz dejada por su reciente operación de vesícula.

El fotógrafo tomó 2.571 imágenes (que tras la criba se quedarían en 59), algunas de ellas forman parte de las más emblemáticas de Monroe y han contribuido a perpetuar su mito. Lo que muchos desconocen es que la actriz llegó cinco horas tarde a la cita con Stern, algo insignificante después de dedicarle dos días enteros – y una noche- a la sesión.


La edición americana de Vogue, que encargó el reportaje, rechazó las fotos al considerarlas demasiado provocativas para ser publicadas. Al parecer, solo querían fotos de moda en blanco y negro. Stern entonces fotografió a la actriz vestida con varios diseños de Dior, con un look más sofisticado y elegante, aunque muy alejado de la naturalidad y espontaneidad alcanzada en la suite del Hotel Bel Air, la verdadera última sesión.

A punto de cumplirse 55 años de la muerte de la actriz, el DS World de Paris exhibirá hasta el 2 de enero la exposición titulada Marilyn, The Last Sitting, la icónica muestra con las 59 instantáneas de la que fue su última sesión.