Gloria Carrión (La Gloria Vegana): "Comer es un placer, y no todo el mundo está dispuesto a renunciar a ese placer por sensibilidad o conciencia"
La 'influencer' y empresaria comparte en redes recetas que demuestran que es posible disfrutar de la comida sin utilizar productos de origen animal. Ahora también ha lanzado un servicio de catering ‘plant-based’

Hace ya diez años, Gloria Carrión decidió hacer un cambio que en principio afectaba solo a su dieta, pero que acabó teniendo mucho más calado. “Dejé atrás cualquier producto de origen animal, pero al investigar más, me di cuenta de que tenía sentido extender ese cambio a otros ámbitos que también involucran a los animales, como la cosmética o los espectáculos, por ejemplo, cualquier cosa que estuviese relacionada con la explotación animal”. Una década después tiene más de un millón de seguidores en Instagram y se ha convertido en uno de los referentes del veganismo en nuestro país. En sus redes comparte infinidad de recetas plant-based y da recomendaciones de restaurantes veganos. También ha escrito varios libros para quienes quieran introducir más alimentos vegetales en su dieta. Además, recientemente se ha lanzado con un nuevo proyecto: un catering con propuestas veganas.
¿Qué te inspira a la hora de crear nuevas recetas?
Sobre todo, me inspiro en la cocina de siempre. La comida no es solo alimentarse y nutrirse, también son sentimientos y recuerdos. Siempre me ha gustado buscar la versión vegetal de los platos tradicionales. Cuando hice el cambio de alimentación pensaba que no iba a volver a comer determinados platos de mi infancia, de los que cocinaban mi madre o mi abuelo. Además, intento ofrecer opciones atractivas y accesibles que la gente pueda preparar en casa. Cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero trato de mostrar que es posible alimentarse sin necesidad de incluir productos de origen animal o, al menos, sin depender tanto de ellos.
¿Lo de adaptar platos tradicionales para que sean veganos se puede hacer con cualquier tipo de receta?
Casi con cualquiera. Evidentemente, no va a ser exactamente igual, pero por suerte hoy en día tenemos muchísimas opciones y productos que se asemejan bastante a la carne, el huevo o el queso. Hay platos que se pueden replicar sin problema. Por ejemplo, un merengue, que normalmente se hace con huevo, se puede preparar 100 % vegetal sin ninguna dificultad. Mi plato estrella en cuanto a imitaciones es el cuscús de mi abuelo, que lleva cebolla caramelizada y un guiso de pollo. Hace años que preparo ese cuscús usando proteína vegetal en lugar de pollo, y queda increíble, en casa nos encanta. Reconozco que me emocioné cuando conseguí clavarlo. Lo que todavía no he logrado replicar al 100 % es la tarta tres leches. No consigo que la textura me quede tan esponjosa, pero sigo investigando cómo conseguirlo.
¿Ha cambiado en los últimos años la mentalidad de la sociedad hacia la dieta vegetariana o vegana?
Por supuestísimo. Hace diez años, cuando empecé con la alimentación vegana, iba a algún restaurante y muchas veces ni siquiera sabían lo que significaba ser vegana. Vegetariano sí que era un término un poco más conocido, pero el veganismo no. Incluso había quien lo confundía con otras cosas, como las dietas sin gluten. Hoy en día, la gente está mucho más concienciada, como debe ser, porque es una forma no solo de cuidar a los animales, sino también de proteger el medioambiente. He notado un cambio enorme para bien. Cada vez hay más personas conscientes, comprometidas o, al menos, familiarizadas con el término y lo que implica.
¿Sigues encontrando prejuicios?
Sí, alguno que otro, pero ya no me pongo a la defensiva. Sobre todo en redes sociales, a veces llega el ‘cuñado’ de turno y te hace la broma o te cuestiona. Hay gente que realmente no quiere ver o no le interesa, y no tiene sentido perder el tiempo con ella, porque no están dispuestos ni siquiera a recibir una explicación del por qué las personas que queremos respetar a los animales y llevar este tipo de vida lo hacemos.
“Una dieta vegana es perfectamente sostenible y viable en cualquier etapa de la vida”
¿Cuáles son los mitos más extendidos en torno a los veganos?
Uno de los que más se escuchaba es el mito de que la proteína vegetal no es suficiente, pero está demostrado científicamente que no es así. De hecho son muy completas. Otro mito es que la comida vegana es siempre sana. La comida vegana es sana solo si comes saludable. Como cualquier otra, también puede ser ultraprocesada. Creo que la gente ya es consciente de esto, y no asocia el término vegano a todo verde, sano y bueno. La clave está en el equilibrio. Lo que tienes que hacer es alimentarte bien, tanto si te alimentas de una forma 100% vegetal como si no.

¿Cómo recibió tu entorno tu decisión de dejar de comer carne?
Si hoy en día lo dijera en mi entorno, no pasaría absolutamente nada, pero hace diez años era distinto. No se sabía tanto del tema, mis padres ni siquiera conocían el término y cuando se lo dije se echaron las manos a la cabeza, porque, además, yo vengo de un trastorno de la conducta alimentaria de muchos años, tuve anorexia. Aunque era algo que ya tenía superadísimo, mi madre me decía preocupada ‘Ay, pero ahora te vas a restringir otra vez’. Ellos pensaban que no me iba a hacer bien, pero cuando les demostré día a día que no tenía absolutamente nada que ver con una restricción de alimentación por un trastorno, sino que iba más allá, hasta ellos se fueron animando a hacer muchos platos. También mis amigos y la familia de mi marido son ahora más conscientes. Todos han reducido muchísimo la ingesta o la utilización de los productos de origen animal en su día a día. Y eso solo en mi entorno más cercano, si hablamos de las redes sociales, soy consciente de que he influido en muchísima gente.
¿Todos podemos seguir una dieta vegana, incluso los niños pequeños?
La OMS lo respalda. Una dieta vegana es perfectamente sostenible y viable en cualquier etapa de la vida. Si tienes algún tipo de patología, siempre puedes contratar a un nutricionista especializado que te guíe. Lo único que hay que tener presente es el tema de la vitamina B12. Es indispensable que una persona que se alimenta de forma 100% vegetal tome esta vitamina.
¿Hasta qué punto la elección de los alimentos que comemos tiene un impacto directo sobre el planeta y el medioambiente?
Tiene un impacto importante por los recursos que utilizamos. No es lo mismo consumir los recursos que requiere, por ejemplo, un trozo de carne de vaca, que demanda mucha más tierra y agua, que una hamburguesa vegetal. Para que ese animal crezca y pueda producir carne, también necesita consumir vegetales, es el doble consumo. El 80 % de la soja que se produce a nivel mundial se destina a alimentar al ganado. A eso hay que sumarle el uso de agua, tierra, fertilizantes y las emisiones de gases que generan los propios animales. Todo eso tiene un impacto enorme.
¿Tendencias como el meatless monday, es decir, no comer carne un día a la semana, son suficientes para luchar contra la explotación animal?
Cada pasito cuenta, aunque hacer un lunes vegetal a la semana es poco. Se podría hacer más. Hay otra tendencia, el veganuary, que es pasar todo el mes de enero sin consumir productos de origen animal, algo que cada vez está haciendo más gente y tiene un impacto más potente. Todo suma. Soy partidaria de no juzgar a nadie. Cada uno tiene su forma de hacer las cosas.
“La comida vegana es sana solo si comes saludable. Como cualquier otra, también puede ser ultraprocesada”
¿Por qué parece que cada vez hay más gente que no usa productos de piel o testados en animales pero no da el paso con la comida?
Porque la alimentación es disfrute, no es solo alimentarte. Comer es un placer, y no todo el mundo está dispuesto a renunciar a ese placer por sensibilidad o conciencia. Hay personas que, incluso sabiendo lo que hay detrás, no son capaces de renunciar a ello. Mucha gente prefiere no enterarse y seguir disfrutando de su plato de gambas, su chuleta o su jamón. No quiero juzgar a nadie, pero es una realidad. De lo que más hacemos en nuestro día a día, lo que más impacto tiene sobre el entorno es la comida. Mi cocina es vegana porque yo soy vegana, no estoy todo el día haciendo activismo porque creo que no es mi forma de llegar a la gente, pero hubo un post en el que hablé de que hice un queso 100% vegetal sin crueldad animal que tocó a mucha gente. Molestó porque mucha gente no piensa que haya crueldad en ordeñar a una vaca y, para mí, evidentemente la hay. Una vaca no da leche si no la inseminas y la separas de su ternero. En la industria láctea si nace un ternero macho se le mata. Es muy cruel, pero eso la gente no lo quiere ver. Si una vaca está enchufada a una máquina ordeñadora durante varias horas al día, a mí sí me parece explotación animal. Basta con mirar la cantidad de cartones de leche que hay en el supermercado, sería imposible que existiera tal volumen sin ese sistema de producción intensiva.
Cuéntanos sobre tu último proyecto, COR. Tengo entendido que es un catering exclusivamente con propuestas plant-based. ¿Cómo nació la idea?
Me he unido a una cocinera que hace cocina plant-based que se llama Lluvia Caron. Nos seguíamos desde hacía mucho tiempo en redes y surgió la oportunidad de hacer un pop up juntas, una cena esporádica en un restaurante. Conectamos desde el primer momento, nos hemos nutrido mutuamente y hemos aprendido mucho, así que decidimos aunar fuerzas, obviamente sin dejar nuestros trabajos, para lanzarnos con este proyecto. Un proyecto con comida 100% vegetal, creativa, pero tampoco proclamando que es un catering 100% vegetal, porque realmente lo que queremos es que sea percibida simplemente como comida, que no genere rechazo o prejuicios por eso. Lo puede comer absolutamente todo el mundo y van a estar encantados de probar las delicias que hacemos, sean vegetarianos o veganos o no. Hacemos todo muy estético, pero muy rico, cuidando muchísimo los detalles y eso se nota. Eso es lo que queremos transmitir también con COR, que la comida va mucho más allá de la alimentación, que es un arte.