Empiezan a quedar atrás los tiempos en los que tener un vibrador o hablar de sexo eran motivos de vergüenza. La cuarta ola del feminismo y el auge de la juguetería erótica ha contribuido a queel autoplacer femenino adquiriera un protagonismo que no había tenido nunca. Que actrices y cantantes hablen abiertamente de estos temas también está contribuyendo a su normalización. Christina Aguilera ha sido la última en hacerlo. La intérprete de Beautiful acaba de unirse al equipo de fundadoras de la marca Playground, con la que, asegura, quieren romper los estigmas que aún existen en torno a la salud sexual y convertir esta en una prioridad de la vida de las personas. “Espero inspirar a otras mujeres para que se sientan cómodas hablando de sus experiencias y siendo dueñas de su cuerpo y su sexualidad y lo que eso significa para ellas, porque cada mujer es diferente", ha explicado en una entrevista con la revista People. De momento, Playground ofrece una gama de lubricantes perfumados a un precio de 25 dólares. Son productos veganos y formulados a partir de ingredientes de plantas naturales que prometen “avivar los cinco sentidos y múltiples zonas erógenas, mejorar el estado de ánimo, la mente y la libido”.

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Pero Aguilera no es, ni mucho menos, la primera celebrity en fijarse en el potencial del mercado del wellness sexual. Lily Allen lanzó en 2020, con la empresa Womanizer, una edición especial de su succionador de clítoris en color rosa y naranja. La cantante, que se había declarado fan de Womanizer en sus memorias, publicadas un par de años antes, se convirtió, además, en embajadora de la marca y protagonizó su campaña #IMasturbate.

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La actriz Dakota Johnson es una de las inversoras de Maude, firma fundada por la empresaria Eva Goicochea. Maude es una de las marcas que ahora ha empezado a introducir Sephora en sus tiendas. Lubricantes, vibradores, condones, sales de baño y aceites esenciales son algunos de los productos, con diseños elegantes y minimalistas, que desde hace unas semanas se pueden encontrar en casi 300 de sus perfumerías. El movimiento es, según Goicochea, importante. “Siempre hemos creído que [los productos de cuidado íntimo] necesitaban estar en un minorista de prestigio, porque cuando solo se ven en sex-shops y farmacias, se perpetúa la incomodidad y la mercantilización de la categoría”, ha declarado. “Pero cuando comienzas a verlos en lugares en los que comprarías tus adorados artículos de cuidado personal o tus productos de belleza, empiezas a reconocer que esta categoría es igual de importante. El contexto lo es todo en términos de evolución del bienestar sexual”.

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También Cara Delevigne se unió hace un par de años en la empresa de juguetes eróticos Lora DiCarlo. “Crecí siendo bastante reprimida e inglesa en cuanto a la sexualidad. Esa relación que tienes contigo mismo es la más importante del mundo”, explicó entonces la modelo y actriz a la revista Fast Company. Poco antes de que Delevigne se uniera a su equipo, la marca había protagonizado una sonada polémica en el CES, el principal evento sobre tecnología del mundo. En sus premios a la innovación, la feria distinguió a su Osé Robotic Massager, un enorme vibrador que promete orgasmos en segundos. Pero los organizadores del evento decidieron después que la mejora de la masturbación no era un fin muy noble para la microrobótica y se agarraron al reglamento de los premios para descalificar el vibrador por ser un producto “inmoral, obsceno o indecente”. La decisión duró poco: después de una campaña de presión, Lora DiCarlo consiguió que le devolvieran el galardón.

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La polémica, aunque de otro tipo, también ha rodeado las vitaminas para la vagina, en formato gominola, que recientemente ha lanzado Kourtney Kardashian a través de su marca Lemme. Se supone que estas gominolas con sabor a piña contribuyen a la buena salud vaginal y disimulan su olor. Por un lado, los médicos han cuestionado la eficacia del producto y, por otro, las redes han cuestionado la idea de que el olor vaginal (el normal, no el que es síntoma de un problema de salud) sea algo que haya que disimular.

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Otra famosa que comercializa suplementos vitamínicos para mejorar la salud de la zona íntima femenina es Naomi Watts. La actriz es dueña de Stripes, una marca de belleza centrada en la menopausia que ofrece, entre sus productos, vitaminas vaginales con probióticos y geles y aceites formulados para el bienestar sexual. 

Pero, sin duda, la pionera en esto de convertir el bienestar en un negocio y en hablar abiertamente del sexo ha sido Gwyneth Paltrow. Su marca, Goop, ha presentado productos tan sorprendentes como los recordados huevos vaginales de jade que, se supone, regulan el ciclo menstrual, sus no menos famosas velas con aroma a la vagina de Paltrow (sí, Kourtney Kardashian, el olor vaginal es normal) o unas pastillas para potenciar el orgasmo femenino. Todo bastante bizarro y sin ningún aval científico, pero el que la ganadora del Oscar se atreviera con estos temas ha ayudado a derribar los estigmas que todavía rodeaban al bienestar sexual. Como reconoció Elizabeth Miller, vicepresidenta de Bloomingdale’s en una entrevista en el New York Times, “ver a Gwyneth Paltrow y a Goop tomar la delantera en esta categoría hizo que sintiéramos que era apropiada para nosotros, así que le concedo mucho crédito”.

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