¿Comprarías una barra de labios o una sombra de ojos usadas?
Sorprendentemente, el maquillaje de segunda mano es una tendencia que no para de crecer

Vendemos y compramos ropa, coches y todo tipo de objetos de segunda mano. No es de extrañar que esta tendencia ahorrativa haya llegado al sector de la cosmética. En países como Japón o Estados Unidos la compraventa de maquillaje usado está a la orden del día, y en nuestro país parece que cada vez gana más adeptos.
Al parecer, todo comenzó en el país asiático y se hizo fuerte en Estados Unidos, donde ya existen portales dedicados exclusivamente a este negocio como Glambot o Muabs. En ellos, los usuarios ponen a la venta los cosméticos que no usan o ya no quieren a un precio inferior al fijado originalmente por la marca. Eso sí, como en todo, existen reglas que varían según las webs. Glambot, por ejemplo, solo admite la venta de productos de un listado de 82 conocidas marcas y el envase, al que le debe quedar al menos la mitad del contenido, tiene que estar en perfecto estado. En Muabs, por el contrario, se pueden vender cualquier tipo de producto en cualquier estado siempre y cuando las fotos se ajusten a la realidad, es decir, que se vea claramente en qué estado se encuentra el producto. En España este fenómeno va ganando terreno y una simple búsqueda en internet nos da el resultado de varias plataformas que se dedican exclusivamente a ello como Beautiers, la más importante a nivel nacional, o Beautify. Y no solo eso, en Wallapop, aparecen miles de anuncios de particulares que venden productos cosméticos usados.
Ver esta publicación en Instagram¿Qué os parecen las mini paletas nude de @hudabeauty ? Los tonos son puro amor y algunos duo-cromo increíbles !!! Una publicación compartida por 💗Beautiers💗 (@beautiers) el
¿Pero qué lleva a los consumidores a comprar maquillaje que ha tenido un dueño anterior? Todo se resume en que brinda la posibilidad a muchos jóvenes de adquirir productos de belleza de lujo que no podrían poseer si tuvieran que pagar el precio original. Además, los simpatizantes de esta tendencia defienden que promueve el zero waste (o basura cero).
Pero no hay que dejar de lado los peligros que entraña comprar maquillaje usado. Los expertos alertan de que es una tendencia un tanto peligrosa. Entre otras cosas, la mayoría de productos de belleza tienen una duración determinada y una vez abiertos, al entrar en contacto con el aire empiezan a oxidarse y perder sus propiedades. Realmente no sabemos hace cuánto tiempo que se compró originalmente el producto, si se ha conservado siguiendo las pautas del fabricante o cuánto tiempo ha permanecido abierto. Tampoco podemos saber con exactitud la procedencia de los cosméticos y si la persona que los ha usado tenía algún tipo de infección. Si bien los cosméticos están preparados para evitar las bacterias, existe la posibilidad de que puedan contaminarse con organismos que pongan en riesgo la salud. El resultado puede ser contraer cualquier tipo de virus como herpes o conjuntivitis.
Sin embargo, si aun así estás decidida a adquirir productos de belleza de segunda mano los más seguros suelen ser las fragancias, los polvos o los cosméticos que no hayan entrado en contacto directo con la piel o los ojos de sus anteriores dueños, como pueden ser aquellos que vienen en botes que emplean una bomba dosificadora.