“El trabajo esclavo no debería ser normal”
Hablamos con el estudiante que ha creado Ethical Time, la primera ‘app’ de moda sostenible

Ignasi Eiriz estudia segundo de Publicidad y Relaciones Públicas en la Pompeu Fabra y hace dos años tomó la decisión de no seguir comprando ropa “con la que fomentase el trabajo esclavo”, explica. “La gente de mi entorno también estaba de acuerdo con estos valores y empezaba a interesarse por comprar ropa sostenible, pero no sabían dónde hacerlo”.
De modo que se puso manos a la obra para elaborar su propio mapa de tiendas que garantizan que la ropa que venden se ha producido con criterios éticos, respetando el medio ambiente y los derechos de los trabajadores. Así nació la idea de Ethical Time, la primera app de moda sostenible, que desde ayer está más cerca de convertirse en una realidad.
Y es que el proyecto ha logrado superar el objetivo inicial de 20.000 euros que se había marcado en su campaña de crowdfunding en Verkami. En los ocho días que le quedan en la plataforma pretende ahora llegar a los 30.000 euros, lo que les permitiría incluir, además de ropa, complementos como mochilas o carteras.

Su plan es que la app esté disponible a finales de abril o mediados de mayo. Será gratuita, pero también ofrecerá una suscripción de 20 euros anuales que implicará ventajas y descuentos en las tiendas.
Los requisitos para que una marca forme parte de Ethical son tres. El primero es que asegure que las condiciones laborales de los trabajadores de toda la cadena de producción son dignas. También que la producción sea local o que más del 70% de los materiales que utilicen sean sostenibles. Y que la empresa sea española o cuente con alguna tienda física en España.
“Cuando pensamos en la moda sostenible lo primero que nos viene a la cabeza es que es cara y ‘hippie’ o alternativa. Que no es ropa, digamos, ‘normal’, pero lo que realmente no tendría que ser normal es el trabajo esclavo”, asegura Eiriz, que aclara que no se trata de competir con las grandes cadenas —algo imposible, reconoce—, sino de concienciar a la gente. “Por supuesto una camiseta no te costará los 4 euros de, por ejemplo Zara, porque eso no es sostenible, pero en ningún caso será más cara que una camiseta de Nike o Adidas”, indica.
En su opinión, “al final es uno mismo el que tiene que decidir dejar de subvencionar la moda que explota al trabajador”, asegura. Él solo lo pone un poco más fácil: “Se acabó la excusa del ‘no sé dónde comprar’”.
