IA democratizada, ciberseguridad y ética: la hoja de ruta hacia un futuro tecnológico más justo
El III Foro MQCM también abordó las formas en que la tecnología está reinventando la manera en que vivimos, trabajamos y nos comunicamos.

Agentes de IA que se encarguen de nuestras tareas más engorrosas, gemelos digitales que permitan predecir comportamientos, ordenadores cuánticos capaces de resolver problemas hasta ahora imposibles… El futuro ya está aquí, señalaron las participantes en una conversación sobre las nuevas posibilidades de la tecnología que acogió el III Foro Mujeres que Cambian el Mundo. Las protagonistas fueron cuatro referentes del sector: Paloma Castellano (directora general de Wayra, la plataforma de innovación abierta de Telefónica), María Garaña (CEO global de ClarkeModet), Cristina González Pitarch (general manager EMEA de Google Cloud Security) y Natalia Pérez (directora de comunicación, innovación y relaciones institucionales de Málaga TechPark).
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Política de cookiesVer en youtube.comEntre las cuatro dibujaron una suerte de hoja de ruta hacia un futuro tecnológico democratizado, seguro y con propósito, aunque para llegar a ese desaeable objetivo, el camino pasa, necesariamente, por formar talento, actualizar las reglas del juego y convertir la innovación en un bienestar tangible para los ciudadanos. El impacto, coincidieron, puede ser especialmente profundo en salud (medicina preventiva y personalizada), educación (tutores digitales) y energía (modelos avanzados de eficiencia energética). También en el ámbito de los servicios públicos. “Yo no quiero tener que ir a un ayuntamiento y llevar cuatrocientos papeles para que me empadronen”, aseguró González Pitarch. “Si podemos aplicar la tecnología o la inteligencia artificial para hacer nuestro día a día muchísimo mejor, [este] será uno de los sectores con mayor impacto”.
Este salto exigirá reconfigurar perfiles y procesos. Se habló de automatizar tareas repetitivas para liberar creatividad y de cerrar el gap de habilidades con programas de upskilling y reskilling a gran escala. En el plano normativo y de gobernanza, las ponentes pidieron marcos que protejan sin frenar la innovación. Paloma Castellano advirtió también sobre el riesgo de los sesgos algorítmicos y defendió “sistemas éticos por diseño”. María Garaña, por su parte, subrayó que “detrás de esta tecnología hay personas” y que la conversación debe ir más allá de lo técnico —propiedad intelectual, incentivos a la invención y criterios de éxito—. En esa línea, Natalia Pérez reclamó que la “legislación que vaya a ritmo de las tecnologías” y puso como ejemplo Málaga TechPark, “resultado de una colaboración público-privada desde el principio”.