Las claves de la extraordinaria longevidad de María Branyas Morera
Hasta su fallecimiento a los 117 años, Branyas era la persona más anciana del mundo. Un estudio ofrece algunas pistas sobre las posibles causas

Hasta su fallecimiento el 19 de agosto de 2024, la catalana María Branyas Morera era la persona viva de más edad del mundo. Tenía, en el momento de morir, 117 años. Durante los últimos años de su vida, y hasta poco antes de morir, un grupo de científicos le tomó muestras para intentar arrojar algo de luz sobre las claves de su extraordinario longevidad. El equipo, liderado por Manel Esteller, jefe del grupo de Epigenética del Cáncer del Instituto de Investigación contra la Leucemia Josep Carreras, hizo un estudio multiómico, analizando el genoma, microbioma y epigenoma de Branyas Morera, comparando sus datos con los de mujeres de distintas edades de la misma región.
Uno de los hallazgos más sorprendentes del estudio, cuyos resultados acaban de ser publicados por Cell Reports Medicine, fue la longitud de los telómeros de Branyas Morera, ya que resultaron ser excepcionalmente cortos. En concreto, hasta un 40% más cortos en comparación con la muestra de control. Los telómeros son las puntas protectoras de los cromosomas, una suerte de ‘tapas’ formadas por secuencias repetitivas de ADN que evitan que el material genético se degrade o se dañe. Unos telómeros cortos suelen ir asociados al desarrollo de enfermedades relacionadas con la edad. Sin embargo, Branyas no presentaba rastro de ellas. Tenía la movilidad limitada, pero no problemas cardíacos, tumores o enfermedades neurodegenerativas. “Esto nos indica que la pérdida de telómeros no está necesariamente asociada con una enfermedad, sino simplemente con la edad”, ha explicado Esteller a Nature.
A cambio, la supercentenaria catalana tenía buenos genes. Los investigadores hallaron en ella variantes genéticas que ofrecen protección frente a enfermedades cardiovasculares, deterioro cognitivo y diabetes y no las variantes asociadas a un mayor riesgo de enfermedades graves como el alzheimer.
También tenía un sistema inmune muy potente, marcadores de inflamación bajos y un metabolismo lipídico eficiente (bajos niveles de colesterol LDL, el malo, y altos de colesterol HDL, el bueno). Los relojes epigenéticos usados para analizar a Branyas indican una edad biológica 23 años menor que la que marcaba su CNI. El estudio de su microbioma también confirma esa juventud biológica: al comparar el perfil de su microbiota intestinal vieron que era similar a la de una persona muy joven, casi adolescente.
Genética y estilo de vida saludable
Más allá de la buena suerte con los genes, los investigadores apuntan también al estilo de vida (dieta mediterránea, ejercicio habitual, bajos niveles de estrés) como causa del excelente estado de salud de María Branyas Morera. Pese a lo interesante de los resultados, los autores del estudio reconocen que presenta una importante limitación, y es que se basa en un único sujeto. Sería interesante, apuntan, comparar sus resultados con los de otras personas extremadamente longevas.
Según una estimación de Naciones Unidas de 2022, en ese momento había 593.000 centenarios en todo el mundo. Con todo, es un grupo de edad que crece de forma importante, y las proyecciones apuntan a que en 2050 serán 3,7 millones.