La ruta (financiera) a la tranquilidad
Plantear objetivos económicos concretos en cada etapa de la vida es fundamental si queremos afrontar el futuro con garantías

Cada fase de la vida presenta retos y oportunidades financieras que, si se gestionan adecuadamente, pueden significar disfrutar de una jubilación desahogada.
Cuando somos jóvenes solemos pensar que la planificación financiera es algo que no va con nosotros y que ya tendremos tiempo de preocuparnos por la jubilación cuando se acerque, pero los expertos en la materia coinciden: si queremos llegar a ese momento con los deberes hechos, hay que trazar un plan lo antes posible y, desde luego, atenerse a él. Porque la mejor estrategia financiera no sirve de nada si no se implementa. Para garantizarnos una buena jubilación “deberíamos planificar con tiempo y no depender únicamente del sistema público”, explica María Luisa Medrano, directora del máster de Asesoramiento y Planificación Financiera de la Universidad Rey Juan Carlos. “El tiempo es una herramienta poderosa: cuanto antes empecemos a ahorrar e invertir, mayor será nuestra tranquilidad y libertad financiera en el futuro”. El esfuerzo, sin duda, merecerá la pena. Como dice el refrán, nunca es tarde si la dicha es buena, y es que, una vida financiera planificada ofrece algo que el dinero por sí mismo no garantiza: tranquilidad.
Contar con un plan financiero bien estructurado nos permitirá anticiparnos a imprevistos, aprovechar oportunidades de inversión y, sobre todo, reducir el estrés asociado a la incertidumbre económica
Este viaje requerirá organización, disciplina y visión a largo plazo. El primer gran bache que solemos encontrar al iniciarlo es no saber por dónde empezar ni cómo hacerlo. “Es clave ahorrar de forma constante, revisar nuestras decisiones financieras cada cierto tiempo e invertir con visión a largo plazo. Ya sea en planes de pensiones, fondos de inversión o incluso en inmuebles que generen rentas. Lo importante es ir poco a poco, pero con constancia, como hormiguitas. A largo plazo, la disciplina pesa más que la cantidad”.
Saber cómo invertir nuestro dinero también marcará la diferencia de forma sustancial. Lo ideal, según Medrano, es hacerlo “de forma diversificada y adaptada a nuestro perfil e inclinación al riesgo. Es importante mantener una parte de los ahorros en productos líquidos que nos permitan hacer frente a imprevistos. Los fondos de inversión mixtos son una buena opción para combinar renta fija y variable de manera equilibrada”. La experta recomienda invertir en activos, mercados y sectores económicos diferentes para disminuir el riesgo. “Los activos inmobiliarios son una inversión alternativa muy interesante, cada vez más rentable por la alta demanda en las principales ciudades españolas, aunque requieren un coste de entrada elevado. Lo fundamental es no dejar el dinero parado, sino ponerlo a trabajar para nosotras”. Para quien se encuentre muy perdido ante tantas posibilidades, buscar un asesor financiero que le ayude a sacar el máximo partido de sus ahorros también puede ser una excelente inversión.
El tiempo es una herramienta poderosa: cuanto antes empecemos a ahorrar e invertir, mayor será nuestra tranquilidad y libertad financiera en el futuro
La clave, para Medrano, está en ir estableciendo objetivos a corto, medio y largo plazo. “Por ejemplo, crear un fondo de emergencia, ahorrar para una vivienda o planificar la jubilación. En cada etapa de la vida cambian nuestras prioridades, por eso es fundamental tener metas claras, un plan flexible y revisar nuestros avances con regularidad. Con enfoque y disciplina, cualquier objetivo financiero se vuelve alcanzable”.

Cómo aprender a manejar el dinero desde los primeros ahorros hasta la jubilación:
En la juventud es importante trabajar los buenos hábitos. Ahorrar aunque sea una pequeña fracción del sueldo es fundamental. Destinar, por ejemplo, un 10% de nuestros ingresos a un fondo de ahorro automático puede marcar una diferencia radical gracias al poder del interés compuesto. También es un buen momento para empezar a invertir. Aunque la cantidad sea pequeña, el factor tiempo permitirá que ese dinero crezca significativamente. Muchos bancos y entidades financieras ofrecen entre sus productos los denominados planes de ahorro a largo plazo (PALP), herramientas sencillas y efectivas para que los jóvenes puedan ahorrar mientras se benefician de incentivos fiscales.
A partir de los 30-40 años es recomendable aumentar la tasa de ahorro al 20% de los ingresos. Podemos seguir alguna regla de ahorro como la del 50/30/20, que consiste en dividir tu nómina en tres categorías: el 50% destinado a necesidades básicas como hipoteca o alquiler, luz, gas o alimentación, el 30% a gastos personales, ocio o compras, y el 20% restante, a ahorro. En esta etapa de la vida es importante priorizar la estabilidad financiera. Es el momento para hacernos con un ‘colchón’ para emergencias que debería cubrir unos nueve o diez meses de nuestros gastos habituales. También es tiempo de maximizar el ahorro de cara a la jubilación. Aprovechar planes de pensiones privados, fondos de inversión y beneficios fiscales disponibles son buenas ideas. Destinar el 10%-15% de los ingresos anuales a planes para la jubilación podría ser un objetivo adecuado.
Entre los 40-60 años toca evaluar si el ritmo de ahorro y la rentabilidad de las inversiones están alineadas con nuestros objetivos de jubilación. Existen infinidad de aplicaciones y calculadoras financieras que pueden ayudarnos a hacerlo. También hay herramientas que nos permiten llevar un control detallado de gastos e ingresos y otras como los simuladores de pensiones para calcular cuánto tenemos que ahorrar. Los expertos sugieren que en esta fase lo ideal sería aumentar la cifra de ahorro destinada a la jubilación a entre el 20% y el 30% de los ingresos.
Desde los 60 hasta la jubilación nuestra prioridad debería ser reducir al mínimo las posibles deudas que tengamos. Lo ideal es llegar a esa etapa libre de hipotecas u otras cargas relevantes. Una vez nos retiremos del mercado laboral, podemos aplicar alguna fórmula como la del 4%, diseñada para alargar tus ahorros y que no se agoten. De acuerdo con este método, si te limitas a retirar un 4% de tu cartera de inversión al año, actualizando el porcentaje a la inflación, no tendrás problemas.
En resumen, contar con un plan financiero bien estructurado nos permitirá anticiparnos a imprevistos, aprovechar oportunidades de inversión y, sobre todo, reducir el estrés asociado a la incertidumbre económica. Nunca es tarde para empezar a ahorrar a invertir, y es que cada paso que demos en esta línea nos acercará a esa deseada estabilidad financiera.
Este reportaje se publicó primero en la edición número 21 de MAS en papel.