María Jesús Villanueva (Susi Profe): “La educación todavía no está aprovechando todas las posibilidades de los nuevos medios”
Villanueva, divulgadora educativa y creadora del canal Susi Profe, es la ganadora de los XI Premios MAS en la categoría de Comunicación

Si tienes hijos en edad escolar es probable que conozcas a Susi Profe, la profesora más famosa de internet y ganadora de los XI Premios MAS en la categoría de Comunicación. María Jesús Villanueva (Susi es su apodo familiar) abrió en 2017 su canal de YouTube, donde ofrece explicaciones sencillas y prácticas sobre matemáticas, lengua, física y química. Con la pandemia, sus vídeos se convirtieron en la tabla de salvación de muchos profesores, y a día de hoy su comunidad (que incluye Instagram, Tik Tok y YouTube) supera los 2 millones de seguidores. Desde sus inicios, el proyecto ha tenido un marcado carácter social, con el objetivo de garantizar que cualquier estudiante, independientemente de su situación socioeconómica o ubicación geográfica, pueda acceder a un contenido educativo de calidad.
¿Cómo te convertiste en Susi Profe?
Cuando empecé con el proyecto todavía no había conseguido la plaza en el colegio. Daba clases particulares, que es algo que hago desde los 15 años. A veces salía con la sensación de que había dado una clase chula y que estaba ayudando a muchos chavales con dificultades, pero luego se esfumaba, no quedaba ningún registro. Además, los chicos me escribían la noche antes de los exámenes, porque no les salían los problemas, y yo me ponía a ayudarles. Todo eso me llevó a pensar lo estupendo que sería tener mis clases en vídeo, y YouTube me parecía una opción genial para hacerlo. Con el apoyo de mi marido, que me ha ayudado mucho con la parte técnica, en enero de 2017 empecé a grabar vídeos. La verdad, nunca imaginamos todo lo que vendría después.
En este momento tienes 1,6 millones de suscriptores y tus vídeos acumulan 225 millones de visualizaciones. ¿Cuál crees que es el secreto de ese éxito?
No creo que haya una clave. Por los comentarios que me han ido llegando, sé que hay cosas que ayudan a que los vídeos funcionen. Primero, que permite acceder a las explicaciones en cualquier momento. Si en clase no han atendido tanto como debieran, se han distraído o el profesor iba muy rápido, pueden llegar a casa y tienen la explicación para verla cuando ellos quieran. También puedan pararla para tomar apuntes, repetirla, etcétera. El formato vídeo es un plus. Además, son explicaciones breves. Intento contar en diez minutos todo lo importante y, como están editadas, no se pierde tiempo. También cuido mucho los ejemplos. Siempre empiezan de menor a mayor dificultad. Si estoy explicando las ecuaciones de primer grado, empezaré con una ecuación sencillita, luego le añadiré una fracción, a ver cómo te defiendes, y luego un paréntesis.
Supongo que los contenidos relacionados con las ‘mates’ son los más buscados.
Supones bien, las matemáticas siguen siendo la asignatura ‘callo’. Los contenidos más buscados son, sobre todo, los de álgebra. En el momento en que se mezclan letras y números, en Primero de la ESO, los pobres cortocircuitan un poco. Es una pena, porque las matemáticas pueden ser muy divertidas, pero hay varias cosas que hacen que a la mayoría les cueste.
¿Qué cosas?
Hay factores que van más allá de la materia en sí. Principalmente, cómo está diseñada su enseñanza. Las matemáticas no se pueden explicar deprisa y corriendo, pero tenemos un currículum que aprieta a los profesores. En secundaria la cantidad de contenido que hay es una barbaridad. Esto te obliga a pasar por encima, no da tiempo a reflexionar, a asentar los conceptos. Las matemáticas son un proceso lógico y cuando lo entiendes y llegas a la solución, la sensación es increíble, como si de repente tuvieras un superpoder. Se puede ver hasta en la cara de los chicos. Cuando de repente su cerebro hace ‘click’, les cambia.
¿Hay diferencias entre enseñar en un aula y hacerlo a través de YouTube?
Sí, es muy diferente. Cuando das clase en un aula recibes mucha retroalimentación de los alumnos. Hay un lenguaje no verbal, ves si lo que estás contando llega, si Pepito no se está enterando o Juanito se está aburriendo. Lo que hago en YouTube es hablar a una cámara. Eso hace que me tenga que preparar muy bien el guion, porque no puedes reajustar en función de ese feedback. Cuando ahora veo mis primeros vídeos, me da hasta un poco de vergüenza, porque en este tiempo he cambiado mucho.
¿Cómo ha cambiado esa experiencia en redes sociales tu forma de dar clase?
Me ha ayudado a organizar mejor los mensajes y a conocer las dificultades con las que tropiezan los alumnos, porque el feedback que recibo ahora no es el de los cien que a lo mejor tengo durante un curso, sino de cientos de miles de comentarios. Esto me ha empujado a seguir formándome y buscando nuevas metodologías. Creo que mi experiencia con Susi Profe me ha ayudado a ser mejor profesora en el aula y viceversa. Por eso quiero mantener ambas facetas, porque ambas me enriquecen. Acabo de tener un bebé, tengo tres niños pequeños y la logística empieza a complicarse, pero mi intención es seguir con las dos cosas.
Cuando llegó la pandemia y todos los profesores tuvieron que acostumbrase a dar clases online, tú ya tendrías mucho avanzado.
En ese momento yo no estaba dando clase en colegio, pero a cambio tenía el canal y un montón de contenido online. Fue una sorpresa ver lo útil que les resultó a muchos compañeros. Si tenían que dar, por ejemplo, las ecuaciones, podían mandar a sus alumnos el vídeo con la explicación, ponerles problemas y luego conectarse a través de videollamada para resolver dudas.
¿Esa experiencia ha cambiado la forma en la que el sistema educativo está utilizando los nuevos medios?
Lógicamente, ha obligado a muchos compañeros a formarse. Algunos que tenían un nivel cero en tecnología ahora saben manejarse un poco, y los que ya sabían manejarse ahora saben más. Muchos han visto los beneficios que puede tener la tecnología, pero creo que la educación todavía no está aprovechando todas las posibilidades de los nuevos medios. Incluso en los casos en los que hay acceso a herramientas digitales, no siempre se integran de una forma efectiva. No se usan como un recurso que pueda enriquecer a la enseñanza. Por ejemplo, las pantallas digitales. No son solo un soporte audiovisual, te pueden ayudar un montón, pero si solo las utilizas para proyectar un PDF, no estás exprimiendo todas las posibilidades pedagógicas que ese recurso puede ofrecer. También es verdad que si nos comparamos con otras profesiones, la formación de los docentes en este aspecto es bastante pobre, sobre todo, si tenemos en cuenta que nosotros somos los encargados de formar a las nuevas generaciones. A eso se suma las grandes diferencias que hay entre centros en cuanto a recursos e infraestructuras.
Pero también hay profesores y expertos en educación que están en contra del uso de las pantallas en el aula. Defienden que los métodos de enseñanza tradicionales fomentan otro tipo de competencias en los alumnos.
Yo soy Susi Profe y, pese a todo lo que te acabo de decir, soy de las que defienden los métodos tradicionales, pero eso no quiere decir que los profesores no tengamos que estar formada en nuevas tecnologías. Porque la tecnología, si no se sabe usar, puede ser un peligro.
¿Qué le recomendarías a los padres para controlar mejor la actividad de sus hijos en la red?
Lo más importante es enseñar con el ejemplo. Se habla mucho del problema de que los niños pasen tantas horas en internet, pero los adultos estamos peor en ese sentido. Que nos quiten el móvil unas horas se convierte en un drama. El primer paso sería que los jóvenes vieran que no dependemos tanto de la tecnología y las redes sociales. Lo siguiente es definir límites claros. Igual que hay horarios para muchas cosas, debe haberlos con el móvil y el ordenador. También es importante establecer un clima de comunicación abierta que permita a los hijos sentirse cómodos compartiendo con los padres sus experiencias en redes sociales. También puedes configurar controles parentales que ayuden a limitar el acceso al contenido inapropiado o restrinja la interacción con desconocidos. Y es fundamental educar en la importancia de la privacidad y la seguridad para que los niños aprendan a identificar conductas peligrosas.
Háblanos del proyecto en el colaboras con Code.org.
La misión de Code.org es hacer que la programación y la computación sean accesibles para todos los estudiantes, especialmente de primaria y secundaria. Es una misión importante. Creo que, a día de hoy y de cara a futuro, la alfabetización pasa por saber programar. Aquí en España ofrecen recursos y formación gratis para aprender a programar y, además, de una forma lúdica. Yo colaboro con ellos siendo altavoz de esa misión e intentando llevar la programación a la mayor cantidad de alumnos posible.