Fallece la diseñadora Mary Quant, creadora de la minifalda
Quant, una figura clave de la moda en los años sesenta, nos ha dejado a los 93 años
El mundo de la moda está de luto. La revolucionaria diseñadora Mary Quant murió ayer a los 93 años, según ha confirmado su familia a través de un comunicado. A ella se le atribuye la invención de la minifalda (André Courrèges le disputa el título) y su popularización primero en Reino Unido y después en todo el mundo.
Quant escribió su nombre en la historia de la moda en los años sesenta, revolucionando el panorama con sus diseños atrevidos y coloridos que distaban mucho de las prendas sobrias y formales que vestían por aquel entonces las británicas. Popularizó la minifalda, una prenda que escandalizó a la parte más conservadora de la sociedad, pero que se convirtió en un símbolo de la liberación de muchas mujeres.
Nacida en una pequeña localidad del sureste de Londres, Quant inició sus estudios de moda en los años cincuenta y abrió su primera tienda, Bazaar, en 1959 junto a su marido, Alexander Plunket Greene. La boutique, situada en King’s Road, se convirtió en el epicentro de la moda urbana londinense y en un referente para las jóvenes de la época. Al principio vendían ropa de otros diseñadores, pero cuando Quant se cansó de buscar lo que quería sin encontrarlo, comenzó a crear sus propios diseños.
La minifalda y los minishorts, las medias de colores, el estilo Chelsea y el corte de pelo bob de Vidal Sassoon fueron sus principales señas de identidad. Quant exploró los diseños geométricos, los lunares y los colores vivos, y jugó con nuevos materiales como el PVC y los tejidos elásticos para crear un look moderno y rompedor. Sus diseños se convirtieron en las preferidas de celebrities como Twiggy, Brigitte Bardot o Nancy Sinatra.
Sus modelos fueron tanto alabados como criticados, pero lo cierto es que consiguió mucho éxito tanto en Londres como en otros epicentros de la moda como París o Nueva York. En 1966, recibió, “por su destacada contribución a la industria de la moda”, la Insignia de la Orden del Imperio Británico, un galardón que recibió de manos de la reina Isabel II y que recogió, como no podía ser de otra manera, en minifalda.
