¿Dónde están las otras Alexias Putellas?: la deuda de los medios con el deporte femenino
Aunque la visibilidad de nuestras deportistas sea cada vez mayor, los prejuicios y el machismo siguen vivos en las redacciones

Nuestra futbolista más internacional, Alexia Putellas es, ahora mismo, el gran referente del deporte femenino español. A sus éxitos deportivos se suman los premios y reconocimientos (ha ganado dos veces el Balón de Oro y acaba de recibir su segundo The Best de la FIFA) y el interés de las marcas, que básicamente se la rifan: tiene acuerdos con Nike, Visa, Lego, Cupra, Martiderm o Mango, entre otras. Y pese a todo, su segundo Balón de Oro consiguió apenas un 17% de share of voice en los medios, frente al 65% que logró Karim Benzema, su homólogo masculino. Solo el 18% de las noticias sobre estos galardones mencionaban a ambos.
Es una demostración más de cómo, igual que en otros ámbitos, los medios de comunicación aplican una diferente vara de medir a la hora de reseñar las hazañas deportivas de hombres y mujeres. En el último año, y según un análisis de las empresas de comunicación Apple Tree y Rebold, la visibilidad mediática de las principales competiciones femeninas se ha incrementado ocho puntos llegando hasta el 22%. Sin duda, un avance, aunque estemos todavía a años luz de la paridad: en el caso del deporte masculino, la cobertura mediática alcanza el 78%.
La prensa dedica una desmedida cantidad de tiempo y espacio al deporte masculino o, más concretamente, al fútbol masculino, que es lo que, de forma sistemática, copa las páginas de los periódicos y las parrillas de la televisión y la radio. “España no es un país con una cultura deportiva amplia”, aseguró David Menayo, redactor de Marca, durante la conversación entre periodistas deportivos que siguió a la presentación del informe. “En Francia, los periódicos están acostumbrados a abrir las portadas con, por ejemplo, un esgrimista, lo que aquí sería impensable”. Si hablamos de mujeres, la invisibilidad ha sido todavía mayor. Históricamente, la prensa solo ha dirigido su atención hacia el departamento femenino cuando sucedía algo extraordinario, fuera un gran éxito (como la Champions League del FC Barcelona) o un gran escándalo (como la rebelión de jugadoras de la Selección).
A fuerza de tesón y títulos, nuestras deportistas han ido, poco a poco, haciéndose un hueco cada vez mayor en los titulares. Menayo, que lleva años cubriendo el deporte femenino (especialmente, fútbol), ha asistido en primera línea a este cambio. “Al principio era una parte residual de mi trabajo, algo a lo que dedicaba mis días libres o un rato que me quedara libre, pero ahora supone el grueso de mi jornada laboral”. Es un cambio que se está produciendo en muchos medios. Pese a ello, la diferencia de espacio y recursos sigue siendo abismal: Marca, por ejemplo, envío a un equipo de doce personas al Mundial de Qatar, mientras que solo dos periodistas cubrirán el mundial femenino que se jugará en Australia y Nueva Zelanda este verano.
“Cuando nosotros empezamos a tratar más deporte femenino y deporte inclusivo teníamos miedo”, admitió Juan Antonio Paredero, jefe de deportes de Antena 3, “pero hemos pasado de un share del 12% al 18,2%”. En su opinión, los medios deben sacudirse el temor a perder audiencia y apostar de forma decidida por el deporte femenino. “Es como un círculo: si empezamos a ofrecer más, la gente se acostumbrará y lo demandará más”, aseguró. “No debemos dar por sentado que a la gente no le interesa el deporte femenino o que no lo va a ver”, coincidió la periodista de TVE Paloma del Río. “Este año empezamos a dar el Tour femenino y funcionó. Hubo gente que entró buscándolo y quien pasaba por allí y se quedó”.
Como explicó la veterana reportera, al final se trata (como casi siempre) de una cuestión de dinero. “No es nuestro caso, porque somos una empresa pública, pero, en general, los medios son empresas privadas que quieren resultados, y estos vienen de la mano del fútbol masculino y de sus patrocinadores”. Los anunciantes también juegan, por tanto, un papel fundamental en la lucha por la igualdad en el deporte. “El deporte femenino es un filón por descubrir para la audiencia, pero también para las marcas. Ahora todo el mundo quiere patrocinar a Alexia Putellas, pero quizá haya muchas Alexias Putellas por ahí: mujeres que están teniendo resultados y que pueden transmitir valores y convertirse en referentes”, aseguró Menayo. “Nuestra obligación es poner el foco sobre esas deportistas que están logrando éxitos o que, como Carolina Marín, se dedican a deportes que sin ellas no existirían”.
La incorporación de redactores especializados en el seguimiento de las competiciones femeninas y el mayor apoyo de las marcas están consiguiendo aumentar, poco a poco, su visibilidad. Lo que no significa, ni mucho menos, que los prejuicios o el machismo hayan desaparecido de las redacciones deportivas. En este sentido, Sandra Riquelme, responsable de fútbol en Relevo (Vocento), denunció cómo desde los medios todavía se tiende a tratar “con paternalismo y condescendencia al deporte femenino”. Eso, dijo, al final va en su contra. “Si las mujeres han jugado mal, también hay que decirlo. Los medios tienen que empezar a tratarlas como deportistas profesionales y no como chicas que hacen deporte”.