Las claves para entender el conflicto en la Selección femenina de fútbol
Las jugadoras niegan haber renunciado al equipo nacional

La tensión en torno a la Selección española femenina de fútbol parece haber alcanzado un punto insostenible. De momento, no se ve solución al tira y afloja que desde hace meses mantienen las jugadoras, el entrenador nacional, Jorge Vilda, y la RFEF. Las consecuencias de la guerra abierta en el equipo nacional son imprevisibles y los motivos todavía no están del todo claros. Esto es lo que por ahora ha trascendido del conflicto:
El primer enfrentamiento público
A principios de este mes se publicaron las primeras informaciones que apuntaban a un enfrentamiento entre el seleccionador y las capitanas del equipo nacional: Irene Paredes, Jenni Hermoso y Patri Guijarro. Los rumores indicaban que las jugadoras habían solicitado la destitución de Vilda a Luis Rubiales, presidente de la RFEF, quien, lejos de atender su solicitud, había ratificado su confianza en el técnico.
Las tres capitanas dieron una rueda de prensa, antes del partido de clasificación del Mundial que jugaron contra Hungría, para negar haber exigido la destitución del entrenador, aunque sí admitieron haberse reunido con Vilda para transmitirle el “malestar del vestuario” y pedirle cambios en la gestión del equipo, desilusionadas por su temprana eliminación en la Eurocopa de Inglaterra celebrada este verano. Vilda, por su parte, aseguró sentirse “decepcionado” por lo ocurrido y confirmó su intención de seguir al frente del equipo.
Los correos (filtrados) de las jugadoras
Nada más se supo hasta que, el jueves a última hora, la RFEF emitió un comunicado en el que aseguraba haber recibido un total de quince correos electrónicos de jugadoras, “casualmente todos con la misma redacción”, en los que estas manifestaban que la actual situación afectaba "de forma importante" a su "estado emocional" y a su "salud", y “anunciaban que renunciaban a la Selección nacional de España” hasta que no se revierta la actual situación.
“La RFEF no va a permitir que las jugadoras cuestionen la continuidad del seleccionador nacional y de su cuerpo técnico, pues tomar esas decisiones no entra dentro de sus competencias. La Federación no va a admitir ningún tipo de presión por parte de ninguna jugadora a la hora de adoptar medidas de ámbito deportivo”, aseguraba el organismo en el comunicado. “La selección necesita jugadoras comprometidas con el proyecto, con la defensa de nuestros colores y orgullosas de vestir la camiseta de España”. La RFEF aclaraba también que futbolistas que habían presentado su renuncia únicamente podrían regresar “a la disciplina de la selección si asumen su error y piden perdón”.
La respuesta de las jugadoras
Un día después, las quince futbolistas aludidas más Alexia Putellas, que decidió sumarse a sus compañeras, hicieron pública su respuesta. En un comunicado, las futbolistas aclararon que “en ningún caso” habían renunciado a la Selección. Según su relato, ellas solo solicitaron no ser llamadas “hasta que no se reviertan situaciones que afectan a nuestro estado emocional y personal”, en respuesta a una “petición de la propia Federación”, que había solicitado saber qué jugadoras preferían no ser convocadas.
Las futbolistas lamentaron también que la Federación expusiera públicamente comunicaciones que pertenecen al ámbito privado e insistieron en que en ningún momento habían pedido el cese de Jorge Vilda. “Entendemos que nuestro trabajo no es en ningún caso elegir dicho cargo, pero sí expresar de forma constructiva y honesta lo que consideramos puede mejorar el rendimiento del grupo”, concluían. El último capítulo, hasta ahora, de un conflicto que a buen seguro seguirá dando titulares en las próximas semanas.
pic.twitter.com/OwKIr3tWt3 — Alexia Putellas (@alexiaputellas) September 23, 2022