La adolescente que se ha propuesto salvar a los delfines
Olivia Mandle tiene 15 años y una larga trayectoria como activista

A sus 15 años, Olivia Mandle sueña con unos océanos libres de plásticos y basuraleza en los que delfines y cetáceos puedan vivir en libertad. Pese a su juventud, ya lleva años trabajando para conseguirlo. Su última campaña busca acabar con los delfinarios y acuarios donde los animales permanecen en cautiverio. El interés por la naturaleza, en su caso, llegó muy pronto. “He crecido sin pantallas, excepto la que usábamos para ver lo que escogíamos con mis padres, así es que mi mundo estaba lleno de documentales, libros y mucha naturaleza”, explica. “De pequeña jugaba con los Lego a salvar animales o a que iba en mi camión de bomberos con mi perrito adoptado”.
Admiraba a Jane Goodall, David Attenborough o Sylvia Earle, pero también a sus padres y sus abuelos, por “su interés por lo que pasa en el mundo y por ofrecernos siempre a mi hermano y a mí una visión muy realista de la vida, cargada de amor por la naturaleza y los seres vivos. Crecí sintiendo que había gente maravillosa que estaba haciendo cosas por el planeta y quise ser una de esas personas que no cierran los ojos ante los problemas, sino que actúan para hacer del mundo un lugar mejor”.
Olivia Mandle tomó conciencia muy pronto del problema de la basura en los océanos. “Cada vez que iba a nadar en lo que en su día fueron las aguas cristalinas de mi Mediterráneo, en la Costa Brava, me encontraba esquivando porquería, trozos de plástico asqueroso flotando en la superficie”, cuenta. Tras ver una exposición sobre el cambio climático en Nueva York decidió que había llegado el momento de actuar. “De poco servía seguir quejándome si nada cambiaba”. Así que decidió hacer algo al respecto.
En 2019, creó el Jelly cleaner, un utensilio para limpiar microplásticos de la superficie del mar fabricado con materiales reciclados que todos tenemos en casa. Se trata, en esencia, de un filtro flotante hecho de botellas de agua de plástico recicladas y medias de ballet viejas. El agua entra por la botella central y pasa a través del filtro que forman las medias, de forma de los plásticos y el reto de la basura quedan atrapados. El dispositivo lleva dos botellas exteriores más pequeñas que actúan para equilibrarlo. “Se puede usar en el mar, en lagos o ríos. Cuando terminas, simplemente das la vuelta a las medias, extraes los residuos, reciclas lo que puedas, enjuagas y reutilizas”.

Por esa época, Olivia se había interesado por la situación de los delfines. En 2020 creó su primera campaña en la plataforma Change.org pidiendo al Ayuntamiento de Barcelona que trasladara los tres delfines que quedaban en el zoo de la ciudad a un santuario marino. Pese al apoyo social que consiguió, la cosa no salió como ella esperaba. “Los trasladaron, sí, pero a otro zoo en Atenas. Me sentí muy decepcionada, muy frustrada, no entendía nada. Pero empecé a reflexionar y decidí lanzar mi actual campaña, mucho más potente y necesaria”. Se refiere a #NoEsPaísParaDelfines, una iniciativa que persigue la creación de una ley que prohíba el cautiverio de delfines y cetáceos. “Durante esa etapa de reflexión estuve estudiando a tope y vi que España era la mayor cárcel de delfines de Europa. Somos también el sexto país del mundo con más más cetáceos en cautiverio”, explica. “Estamos en el siglo XXI, ¿realmente tenemos que torturar y humillar a los animales durante toda su vida comendo palomitas mientras ellos saltan a través de un aro solo para nuestro ocio?”, se pregunta.
“Un montón de países como Francia ya han aprobado leyes como la que estoy pidiendo. ¿Cómo España, que quiere ser líder en materia de transición ecológica, justifica el cautiverio? Tenemos que cambiar drásticamente nuestra relación con la naturaleza. A medida que la destruimos nos estamos destruyendo a nosotros mismos”, asegura. En noviembre del año pasado, Olivia Mandle registró una Moción de Ley en el Senado para prohibir los delfinarios. “Estoy esperando a que la moción sea discutida en el Parlamento y creando una base de datos de apoyo internacional por parte de científicos y oenegés vinculadas con el mundo marino que están firmando un manifiesto para respaldar mi campaña.
La campaña ha logrado ya más de 118.000 firmas y el apoyo de marcas como Lush, que, inspirada por ella, ha lanzado el jabón Delfín, ya a la venta en tiendas físicas y online. Sus beneficios irán destinados a apoyar la labor de The BDRI (Bottlenose Dolphin Research Institute), un centro de investigación marina en la costa gallega dedicado a la investigación y a la formación académica que contribuye a la conservación del medio marino y sus habitantes.
Por su labor como activista medioambiental y de protección de los ambientes marinos, Olivia Mandle fue en 2020 reconocida por Raíces & Brotes, el Programa Educativo del Instituto Jane Goodall, y un año después recibió otro premio del Instituto Jane Goodall Global. Además, es embajadora del Pacto Europeo por el Clima de la Comisión Europea y en febrero de 2022 ha dado su primera charla TEDx Youth.
Ella tiene muy claro que su futuro pasa por la lucha medioambiental y la protección de la naturaleza. “Me veo estudiando a los cetáceos por todo el mundo, aunque también sueño con un santuario en la Costa Brava donde rescatar y curar animales marinos para volver a liberarlos”. Su interés no se limita a los delfines. “Pienso luchar por el resto de los animales en cautiverio. Realmente no tienen nada de educativo. Ni excusas como la ciencia sirven ya. Estamos en el siglo XXI y lo único que hay detrás de todo esto es negocio, puro negocio”.
