La mujer que ha logrado llevar a un país árabe a Marte
Sarah Al Amiri es la líder científica de la primera misión espacial de Emiratos Árabes Unidos

Hace apenas unas horas, la sonda Hope ha mandado su primera imagen desde Marte, una espectacular fotografía capturada a casi 25.000 Kilómetros de distancia de un amanecer en el Planeta Rojo, en la que, entre otras cosas, se pueden ver el polo norte marciano y el volcán más alto del sistema solar, el Monte Olimpo, de 22.500 metros de altura y 610 Kilómetros de longitud. La sonda enviada por los Emiratos Árabes Unidos conseguía entrar el martes pasado en la órbita de Marte tras un largo viaje que había empezado siete meses antes en isla japonesa de Tanegashima. Durante los próximos dos años orbitará el Planeta Rojo, sin llegar a aterrizar sobre él, para estudiar su clima y atmósfera e intentar averiguar cómo se convirtió en el desierto árido y polvoriento que es hoy. Se trata de la tercera misión internacional que en apenas diez días alcanzará Marte, camino ya de convertirse en un lugar ligeramente abarrotado: China lo consiguió un día después y Estados Unidos tiene previsto llegar a la órbita marciana este jueves.
Pero el proyecto de Emiratos Árabes Unidos es histórico por varios motivos. Para empezar, es la primera misión interplanetaria liderada por un país árabe, un hito si cabe más destacable si consideramos que hasta hace poco Emiratos no tenía siquiera programa espacial. De cero a Marte en solo seis años: ese es el extraordinario reto en el que en 2014 se embarcó un equipo liderado por Sarah Al Amiri, directora científica del proyecto, cuando anunció su intención de llegar a Marte en 2021, coincidiendo con el cincuenta aniversario de este pequeño estado soberano de la península arábiga que no llega a los 10 millones de habitantes.
Al Amiri, ingeniera informática de 34 años, es también ministra de Ciencias Avanzadas del país y presidenta de la Agencia Espacial de EAU. Estudió Ciencias de la Computación en la Universidad Americana de Sharjah y comenzó su carrera en la Emirates Institution for Advanced Science and Tecnology. Aunque su rol es el más destacado, no está ni mucho menos sola en el proyecto. Las mujeres constituyen el 34% del personal y nada menos que el 80% del equipo científico del programa. Esto significa que, aunque puede resultar sorprendente, las mujeres están bastante mejor representadas en el programa espacial emiratí que, por ejemplo, en la Nasa.

No se ha hecho público lo que ha costado Hope, aunque se calcula que en su construcción y su lanzamiento se han invertido algo más de 180 millones de euros. Pero llegar a Marte no es una simple demostración de la capacidad tecnológica del país. La Emirates Mars Mision es en realidad un ambicioso proyecto diseñado por el Gobierno para inspirar a los jóvenes y fomentar la ciencia y la economía del conocimiento entre su población. El objetivo es más económico que científico. No se trata solo de reunir datos sobre la atmósfera marciana (que también), sino sobre todo de provocar un gran cambio en la mentalidad nacional buscando una transformación económica que reduzca su enorme dependencia del petróleo e ir plantando semillas que permitan a medio plazo resolver otros importantes retos a los que se enfrenta la región, entre ellos, la escasez de agua y comida. Como indica Al Amiri en un artículo de Nature, llegar a Marte es importante, pero "cómo llegamos allí es aún más importante". Ya en 2017, cuando el proyecto estaba todavía en pañales, su responsable científica dio una charla TED sobre cómo Hope podía ayudar a cambiar percepciones sobre los roles de género y el papel de la ciencia en la sociedad (fue la primera emiratí en participar en el evento).
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Aquí hay un vídeo que no puedes ver debido a tu configuración de cookies. Puedes ver nuestra política de cookies o abrir el vídeo en youtube.com
Política de cookiesVer en youtube.comAunque todavía sea pronto para asegurarlo, hay indicios de que el plan podría estar funcionando. Las principales universidades de los EAU han abierto en los últimos años nuevos cursos sobre astronomía, física y otras ciencias básicas, y la matriculación de jóvenes en disciplinas STEM ha crecido a un ritmo del 12% al año, seis veces más que en el resto de carreras, especialmente entre las mujeres. En la actualidad, ellas representan casi el 60% de todos los graduados universitarios y el 41% de los licenciados en carreras STEM, un dato por encima del de España y de la media mundial. El motivo no está claro, indica el citado artículo de Nature, aunque el interés de las mujeres por la educación superior y el hecho de que los hombres a menudo opten por carreras comerciales o militares o por estudiar en el extranjero puedan tener que ver. Una cuestión distinta es que, pese a sus altos niveles de educación, las mujeres emiratíes se encuentren luego con muchas dificultades para llegar al mercado laboral, sometidas a las férreas tradiciones y las leyes que, pese a lo avanzado en los últimos años, todavía las mantienen atadas al hogar. El cambio sigue siendo, efectivamente, todavía necesario.
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