Estas cinco mujeres hacen cosas extraordinarias en el ámbito de la tecnología
La usan para prevenir suicidios, luchar contra la COVID-19 o explorar el espacio
Tras conocer un poco mejor a las finalistas de la séptima edición de los Premios MAS en Ciencia, Comunicación, Cultura, Deporte y Economía, hoy le toca el turno a la última de nuestras categorías: Tecnología. Esther Borao, Ana Freire, Nuria Oliver, Carmela Troncoso y Begoña Vila son las candidatas en este apartado este año. Profesionales innovadoras y emprendedoras, referentes en sus respectivos campos, que con su trabajo están contribuyendo al desarrollo del sector STEM y demostrando que, aunque todavía hay un déficit de mujeres en estas carreras, ellas también brillan en el mundo tecnológico.
Esther Borao
Instituto Tecnológico de Aragón (ITAINNOVA)
Es ingeniera industrial, especializada en automática y domótica, y directora general de Itainnova, centro de referencia en investigación e innovación tecnológica. Entre sus muchos proyectos destacan el desarrollo de HAIZE, un dispositivo bluetooth que, conectado al móvil, pueda orientar a los ciclistas a través de la voz. Este proyecto, desarrollado junto a Luis Antonio Martín Nuez y Javier Soto, ganó un premio European Youth Award para jóvenes emprendedores. Como miembro de la asociación tecnológica zaragozana Makeroni Labs, formó parte también del equipo que desarrolló The Eye of Horus, un dispositivo que permite interactuar con elementos del entorno utilizando únicamente la mirada, y que fue uno de los ganadores del concurso Space Apps Challenge que organiza la NASA. También ha sido una de las responsables de The Ifs, un juguete educativo para enseñar a los niños a partir de 3 años a programar sin pantalla, que ganó en 2017 el Programa YUZZ de emprendimiento del Santander, entre otros reconocimientos. Ese mismo año creó, junto a dos socios, el estudio tecnológico creativo Innovart, y en 2018 fue una de las cofundadoras de la Academia de Inventores, un centro de formación para niños en robótica, mecánica, ciencia y programación. Además, Esther Borao participa habitualmente en iniciativas de apoyo a las mujeres del sector y es una de las impulsoras de la asociación Mulleres Tech.
Ana Freire
Universidad Pompeu Fabra
Está convencida de que el verdadero poder de la tecnología es su aplicación a los problemas sociales, por eso todos los proyectos en los que se involucra tienen un foco eminentemente social. Desde hace cuatro años lidera STOP, una iniciativa para detectar el riesgo de suicido en redes sociales, y en el que coordina a un equipo de investigadores, ingenieros y psicólogos que colaboran en el diseño de algoritmos que puedan identificar, de modo automático, un alto riesgo de suicido. En los últimos años ha trabajado también en otras líneas de investigación, como el análisis de datos clínicos de pacientes con enfermedades neurológicas como la esclerosis múltiple (en colaboración con el Hospital Clínic de Barcelona) y, fuera del ámbito de la salud, el estudio de nuevos modelos computacionales que permitan ahorrar consumo energético en grandes centros de datos. En 2016 lanzó Wisibilízalas, un concurso para niños que combate los estereotipos de género en las carreras STEM, en el que han participado ya más de 2.000 estudiantes de primaria y secundaria, tanto de España como de Latinoamérica. El año pasado ganó el Premio al Talento Joven Femenino otorgado por la Fundación de la Real Academia de las Ciencias, y el premio Ada Byron Joven de la Universidad de Deusto. Ana Freire es ingeniera y doctora en Informática, y antes de incorporarse a la Universidad Pompeu Fabra pasó por instituciones como Yahoo Research o la Universidad de Glasgow.
Nuria Oliver
Fundación Ellis
Los últimos seis meses los ha pasado dedicada a la lucha contra la COVID-19 como alta comisionada de la Generalitat Valenciana sobre inteligencia artificial y ciencias de datos. Desde este puesto lidera el trabajo altruista y voluntario de una veintena de investigadores que estudian la movilidad, intentan predecir el comportamiento de la pandemia y analizan el impacto de las medidas adoptadas. Desde mayo está también al frente de la Fundación Ellis Alicante, una unidad de investigación sobre la IA conectada a otros diecisiete centros de once países europeos (Ellis son las siglas en inglés de Laboratorio Europeo de Aprendizaje y Sistemas Inteligentes). Sus nuevas responsabilidades confirman el estatus de Nuria Oliver como una de las mayores autoridades de España en IA y ‘big data’. Tras licenciarse en Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Madrid, se doctoró en inteligencia perceptual en el MIT y allí creó uno de los primeros sistemas del mundo de reconocimiento de expresiones faciales. Empezó a trabajar en el 2000 en los laboratorios de investigación de Microsoft (Microsoft Research) en Redmond, y volvió a España en 2007 como directora científica en Telefónica I+D (fue la primera mujer que accedió a este cargo). En noviembre de 2016 dejó Telefónica y se unió a DataPop Alliance, una organización internacional sin ánimo de lucro creada por Harvard, el MIT y Overseas Development Institute, con el objetivo de aprovechar el ‘big data’ para mejorar el mundo. Desde 2017 asesora al Vodafone Institute for Society and Communications y desde hace unos meses es también consejera independiente de Bankia. Además, está comprometida con la divulgación científico-tecnológica (aparece frecuentemente en los medios) y con la atracción del talento joven, sobre todo chicas, a la ingeniería y la informática.
Carmela Troncoso
Escuela Politécnica Federal de Lausana
Afincada en Suiza, desde noviembre de 2017 ejerce de profesora en la Escuela Politécnica Federal de Lausana, donde lidera el laboratorio Spring, que se dedica a comprender y mitigar los impactos negativos de la tecnología en la sociedad. Su trabajo se centra en la construcción de sistemas de preservación de la privacidad y el desarrollo de metodologías que ayuden a la ingeniería a incorporar garantías de privacidad en sus diseños. También ha investigado sobre la privacidad genómica y la búsqueda de soluciones para permitir el intercambio seguro de datos genéticos. Durante la crisis sanitaria, Carmela Troncoso ha liderado un equipo de investigadores de ocho instituciones europeas con el objetivo de crear una aplicación para rastrear los contagios de COVID-19 sin comprometer la privacidad de la ciudadanía. Ella fue uno de los trescientos expertos internacionales que en abril dirigieron una carta dirigida a los gobiernos pidiéndoles que eviten implementar soluciones tecnológicas que a la larga puedan derivar en “sistemas que permitan una vigilancia sin precedentes de la sociedad”. Ha colaborado con el Consorcio Internacional de Periodistas (una red internacional que agrupa a periodistas de investigación de más de 65 países) para desarrollar una herramienta que les permita intercambiar información de manera segura, y que estará lista a finales de año. Licenciada en Ingeniería de Telecomunicaciones por la Universidad de Vigo, Carmela Troncoso completó su formación en Francia, Bélgica y Suiza. Antes de marcharse definitivamente a Suiza, trabajó en el Centro Gallego de I+D en Telecomunicaciones Avanzadas y el IMDEA Software Institute de Madrid.
Begoña Vila
SGT/NASA
Actualmente, la doctora Vila es ingeniera principal de sistemas en el Centro Espacial Goddard de la NASA. Se ha encargado de desarrollar dos de los instrumentos del Telescopio Espacial James Webb, el sucesor del icónico Hubble. Uno de ellos es el sensor de guiado, responsable de la orientación y estabilidad del laboratorio. El lanzamiento del telescopio, desarrollado en colaboración por diecisiete países, está previsto para el 31 de octubre del 2021. Begoña Vila estudió en Santiago de Compostela y Tenerife, y recibió su doctorado en Astrofísica en la Universidad de Manchester (Reino Unido) con una investigación sobre el análisis de curvas de rotación de galaxias espirales y actividad galáctica nuclear. Ha estado trabajando en el James Webb desde 2006, primero en la Agencia Espacial Canadiense y desde 2012, en la NASA. Entre los reconocimientos que ha logrado destacan la medalla de la agencia espacial estadounidense al Logro Público Excepcional, el Premio Wonenburger, otorgado por la Xunta de Galicia a científicas gallegas relevantes, y el Premio Gallego del Año en 2019.