Informar en igualdad
RTVE ha publicado la primera guía para evitar el sexismo y los estereotipos de género de un medio español
RTVE ha aprobado una Guía de Igualdad que recoge actuaciones concretas y pautas para llevar a cabo el tratamiento informativo de la violencia contra las mujeres, así como medidas para la eliminación del sexismo en el lenguaje, con el objetivo de aumentar la concienciación y prevenir los comportamientos sexistas. Son unas líneas estratégicas para la incorporación práctica de la perspectiva de género en el trabajo diario de los periodistas que actualizan el Manual de Estilo aprobado en 2010. “Los avances sociales y los cambios legislativos planteaban nuevas exigencias que se recogen en esta nueva guía, que se adapta mejor a la realidad social del momento actual”, explica la corporación en un comunicado de prensa.
La guía ha sido aprobada de forma unánime por el Observatorio de Igualdad de RTVE, formado por representantes de los trabajadores, la dirección y de asociaciones de mujeres. Entre los objetivos que marca destacan evitar perpetuar la hegemonía del modelo masculino, dejar de identificar a mujeres y hombres con determinados roles o actitudes estereotipadas y evitar la representación de las mujeres como objeto sexual o como víctimas.
Para ello ofrece pautas concretas como trabajar con perspectiva de género todos los contenidos y utilizar lenguaje inclusivo, fomentar la presencia paritaria de mujeres y hombres en las informaciones y debates (especialmente en los espacios donde estas están infrarrepresentadas), promover la diversidad física, funcional y de edad de las mujeres que aparecen en pantalla o promover la emisión de eventos culturales y deportivos de mujeres en igualdad de condiciones que los masculinos.
También se dan pautas para evitar el sexismo lingüístico, como utilizar el femenino de los nombres de profesiones o cargos cuando estos son desempeñados por mujeres. Sobre el uso del masculino genérico la guía reconoce que a veces es útil “por economía lingüística, pero su uso puede generar ambigüedad u ocultar a las mujeres. Se deben explicitar los dos géneros cuando la oposición de sexos es relevante. También cuando las formas masculinas generen ambigüedad o resulten discriminatorios para las mujeres”.
La guía incluye un apartado específico dedicado al tratamiento de la violencia contra las mujeres que, aclara, “no es un ‘suceso’ ni un ‘crimen pasional’, es un serio problema social”. El texto reconoce que el lenguaje puede cambiar percepciones y lo importante que es la elección de las palabras al elaborar la información. Por eso, recuerda, “las mujeres no mueren. Las mujeres son asesinadas”. También recomienda evitar explicaciones convencionales, como desavenencias conyugales o testimonios de conocidos y vecinos tipo “parecían una pareja normal”. Por contra, propone incluir opiniones de expertos e información sobre la asistencia que ha recibido la víctima, las actuaciones judiciales o policiales deficientes, las sentencias condenatorias y las víctimas que han logrado rehacer sus vidas. Evitar imágenes y detalles escabrosos, respetar la identidad de la víctima y del agresor hasta que haya sentencia (para respetar la presunción de inocencia) y hacer seguimiento de los casos son otras de las recomendaciones.
Algunos de esos consejos ya se habían incluido en otras guías publicadas por instituciones y medios para el tratamiento de la violencia machista. El diario Público fue pionero en este sentido con su código autorregulatorio para informar sobre la violencia de género. En 2018, la Fundación Once también lanzó una guía para un uso no sexista del lenguaje.