Una investigación española confirma que tener contacto con modelos femeninos anima a las niñas a interesarse por la ciencia y la tecnología
El trabajo concluye que esa influencia puede ayudar a reducir la brecha de género en el ámbito STEM

El problema de la escasez de mujeres en las profesiones con un alto componente tecnológico y matemático (los campos conocidos como STEM, acrónimo en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) es bien conocido, como también lo son sus preocupantes consecuencias, puesto que no solo implica que las mujeres estén cerrándose las puertas del ámbito laboral que más crecerá en los próximos años, sino que también excluye la perspectiva femenina de la creación y desarrollo de las soluciones tecnológicas que modelarán nuestro futuro.
En los últimos años se ha investigado mucho sobre las creencias en torno a las competencias STEM y los factores motivacionales de género que influyen en las decisiones profesionales de las estudiantes. Así se ha averiguado, por ejemplo, que buena parte de la población siguen pensando que las mujeres no tienen las capacidades requeridas para dedicarse a estas profesiones, que la adolescencia es el momento en el que la mayoría de las chicas pierden el interés en estos campos y que las niñas empiezan a subestimar sus capacidades a una edad tan temprana como los 6 años.
Un estudio llevado a cabo en España y recientemente publicado por Frontiers in Psycology ha confirmado ahora que una buena forma de superar las barreras de estereotipos puede ser contar con modelos femeninos que aumenten el sentido de pertenencia al ámbito STEM y refuercen la idea de que el trabajo duro es la clave del éxito en estas profesiones. El estudio ‘Girls in STEM: is it a female role-model thing?’ ha sido realizado por Susana González y Ruth Mateos, de la Universidad CEU San Pablo, y Milagros Sáinz, de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), a partir del análisis del programa de role models femenino de Inspiring Girls en España, por el que mujeres profesionales de estas áreas acuden a colegios a compartir sus experiencies con niñas de entre 12 y 16 años.
El estudio se realizó a partir de una muestra de 304 niñas de dieciséis escuelas (once de ellas públicas y cinco privadas) durante el curso escolar 2018-2019. Las alumnas atendieron a tres sesiones con mujeres referentes en ámbitos científico-tecnológicos y respondieron a dos cuestionarios, antes y después de las sesiones, para comprobar cómo habían cambiado su forma de pensar. A partir de sus respuestas, las investigadores concluyeron que las charlas de las role models tuvieron un efecto positivo en el disfrute de las matemáticas –una competencia básica en todos los campos STEM–, la importancia que las niñas les atribuyen, sus expectativas de éxito en dicha materia, así como en sus aspiraciones a seguir una carrera STEM.“Encontramos que las charlas reducen los estereotipos de género relacionados con las habilidades matemáticas ya que el éxito en las matemáticas se asocia comúnmente con un alto grado de brillantez intelectual, y la brillantez se suele atribuir con frecuencia a los hombres”, explica Susana González. Finalmente, se comprobó que aquellas charlas en las que las role models hablaban a las niñas sobre la importancia de las habilidades sociales, como la comunicación o el trabajo en equipo, para seguir una profesión STEM, les motivaban más a la hora de elegir una carrera de este tipo.
Según Marta Pérez Dorao, presidenta de la Fundación Inspiring Girls, este modelo de medición de impacto ratifica “lo que veníamos percibiendo con nuestro programa: conocer a mujeres role model es determinante para que las niñas consideren las carreras STEM como una opción para ellas”.
En la actualidad, apenas el 35% de los estudiantes matriculados en el mundo en carreras STEM son mujeres. En España, y según datos del Ministerio de Educación, las mujeres están gravemente subrepresentadas en matemáticas (36,6%), ciencias físicas (25,3%), ingeniería eléctrica (20,5%), ingeniería electrónica (15,2%), informática (12,0%), ingeniería civil (28,3%), ingeniería industrial (24,7%) e ingeniería aeronáutica (23,5%)