De diputada a enfermera
Assumpció Lailla cambió la política por el hospital durante lo peor de la pandemia

“La vida es eso que pasa mientras estamos haciendo otros planes”, dijo una vez John Lennon. En el último número de nuestra revista en papel recopilamos historias de mujeres que, como muchos de nosotros, han tenido que reinventarse para adaptarse al mundo postcoronavirus. Nuestras protagonistas tenían pensadas otras vidas antes de la pandemia, pero el COVID-19 les ha obligado a imaginar otras formas de hacer y de crear. Assumpció Lailla i Jou es un buen ejemplo de ello.
“Volví al hospital por obligación moral. La semana anterior al estado de alarma, viendo cómo se ponían las cosas y que faltaban manos, lo tuve claro. Me dije: soy enfermera y puedo ayudar”, explica Assumpció Lailla, diputada y portavoz de Demòcrates al Parlament. Viendo la saturación del sistema sanitario, Lailla escribió el 13 marzo una carta al presidente del parlamento catalán, Roger Torrent, pidiendo autorización para compatibilizar temporalmente su escaño con el ejercicio de la enfermería, la profesión para la que estudió.
Entró en el hospital de Sant Joan de Deu cuando la curva de contagiados y fallecidos ascendía imparable. Y aunque hacía trece años que no se ponía una bata, pronto vio que en lo esencial de su trabajo, el trato humano al paciente las veinticuatro horas del día, no había diferencias. Se incorporó al área de salud mental para tratar a personas con trastornos crónicos, su especialidad. Los pacientes estuvieron pronto aislados y no sufrieron la pandemia en todo su horror. No obstante, sí hubo casos puntuales de COVID-19 en la planta y, como el resto del personal médico, Lailla tuvo que disfrazarse con toda la parafernalia exigida para la ocasión. Dice que no sintió miedo, aunque “quizás sí incertidumbre, la duda de si esa protección sería suficiente. Además, durante el tiempo que ejercí fueron cambiando los protocolos y eso generaba alarma entre los profesionales”.
Como enfermera, espera que esta crisis haya ayudado a visibilizar la importancia de los cuidados. “Es una lástima que tengamos que aprender a golpes. Por supuesto, hay que aplaudir a los sanitarios, hay que reconocer que han dado mucho más del 100% y que han estado por encima de lo que se les pedía, pero además debemos revisar sus salarios, la formación que reciben, las horas que dedican a investigación…”, apunta desde una perspectiva más política. Porque Assumpció Lailla tampoco se quitó durante esos días el sombrero de política. Cuando llegaba a casa del hospital asistía telemáticamente a las comisiones a las que pertenece (pidió para ello que se hiciesen en horario de tarde).
Considera que tantas muertes deberían darnos una lección de humildad y hacernos entender lo vulnerables que somos. No solo ante un virus, también de cara a las incertidumbres sociales y políticas que se avecinan. “Debemos ser conscientes de que esto no va de colores. Tenemos que aprovechar la pandemia para hacer cambios estructurales. No podemos olvidar que muchas personas y familias han quedado en situación de vulnerabilidad y desventaja social”. Como madre de dos niños de 3 y 5 años, espera que esta crisis haga de esta una sociedad más justa. “Ojalá me equivoque, pero creo que ellos tendrán que vivir otros COVID y entenderán perfectamente que hay que dar el callo. Ojalá para entonces hayamos aprendido”.
Este artículo se publicó primero en el número diez de nuestra revista en papel.