Manuela Carmena: “La cultura femenina es absolutamente imprescindible en el mundo de hoy”
La exalcaldesa de Madrid ha participado en el Forbes Summit Women 2019

“Ojalá en el Congreso hubiera, en lugar de tantas discusiones interminables, una pantalla donde se pudiesen ver los resultados de las medidas que tomamos, que en nuestro caso se llaman leyes”, bromeaba ayer la anterior alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en su intervención en el Forbes Summit Women. Carmena se refería a la presentación que había tenido lugar justo antes, la de la última edición del informe sobre igualdad de Grant Thorton. Según ese informe, el porcentaje de mujeres en puestos directivos en España ha crecido este año tres puntos y se sitúa en el 30%. A los empresarios encuestados se les preguntó también por las medidas que están implantando en sus empresas para favorecer la igualdad y por los obstáculos que limitan el desarrollo profesional de las mujeres. Como cabía esperar, la maternidad y la falta de conciliación fueron los más citados.
“Muchos de los problemas vienen de que no hemos asumido que la vida doméstica no es de las mujeres, sino de hombres y mujeres al 50%”, coincidió Manuela Carmena, entrevistada durante el evento por la periodista Sandra Barneda. “Hasta que no estemos convencidos de que hombres y mujeres tienen la misma responsabilidad a la hora de traer hijos al mundo y cuidarlos no cambiaremos”. La exalcaldesa recordó que en el Ayuntamiento de Madrid no se permitió que los concejales participasen en los plenos desde casa hasta que los hombres no empezaron a cogerse el permiso de paternidad. “Hasta ese momento ni se había planteado que el permiso de maternidad impedía a las mujeres participar en las votaciones y los debates, y si solo las hubiese seguido afectando a ellas, a lo mejor no se hubiera planteado”, sugirió.
“Este es un momento interesante en el que empezamos a darnos cuenta de que las políticas de igualdad son parte de las políticas de valores. La gran aportación del feminismo no es la reivindicación de la igualdad, que es algo obvio, sino los valores de la mujer”, explicó la exalcaldesa de Madrid. “Las mujeres aportamos otros valores, que no son biológicos, no los tenemos por el hecho de ser mujeres, sino culturales, por el papel que hemos desempeñado. A lo largo de la historia, las mujeres hemos garantizado la paz, el cuidado de los niños, los enfermos, del hogar,…” Carmena defendió que esos valores tradicionalmente vinculados a la vida doméstica y el ámbito privado se extiendan al ámbito público y al resto de la sociedad. “La cultura femenina es absolutamente imprescindible en el mundo de hoy. Si muchos de esos valores femeninos formasen parte de las estructuras, serían más prácticas y razonables, y no tan verticales y autoritarias. Seguimos teniendo una visión de la autoridad demasiado masculina”.
El movimiento feminista, recordó, tiene una trayectoria larga y, sobre todo, pacífica. Es una revolución que no ha dejado víctimas y se ha basado siempre en la persuasión y no en la fuerza o la imposición. “¿Quién duda de que en un momento histórico como este, esa capacidad de convencer, de llegar a acuerdos, será determinante para el desarrollo de las empresas, de la sociedad y del país?”, se preguntó. “El verdadero objetivo no es la igualdad, sino el cambio de la realidad que permita que la igualdad y los valores de la cultura femenina formen parte de la sociedad”.
Carmena reconoció que ese cambio será, como todos, difícil, y para ilustrar esa dificultad, repasó los principios de la Ley del Cambio. “Cuando alguien plantea un atisbo de cambio, la primera reacción es la indiferencia. Después, cuando se produce realmente llega la confrontación”. Ahora estamos en el momento álgido de esa confrontación, que en cualquier caso tiene, a juicio de Carmena, más de espectáculo que otra cosa. “La oposición es intensa, pero también marginal, viene sobre todo de grupos de extrema derecha especialmente conservadores. Es una oposición llamativa, pero muy minoritaria”. Al contrario que el feminismo, porque como recordó la exalcaldesa de Madrid, si las últimas convocatorias del 8M han demostrado algo es que “el feminismo no es un movimiento minoritario”. Según Carmena, hay que asumir esa oposición como parte del proceso y no dejarse vencer por ella, porque pasará. “Después llega la aceptación y la última fase viene cuando los que al principio rechazaban los cambios aseguran que los han hecho ellos”, concluyó.