“Cuando gané el Ironman no podía dejar de llorar, pero no de alegría, sino de dolor”
Hablamos con la triatleta Saleta Castro


El triatlón es uno de los deportes más duros que hay, tanto por la preparación física como por la fortaleza mental que requiere. Saleta Castro lo sabe bien. La española que más veces ha participado en competiciones Ironman, logró el año pasado su sueño de ganar una, concretamente, la de Maastricht. Castro es también una de las protagonistas de la iniciativa #somosSMARTgirl de Samsung, el movimiento impulsado por Samsung para destacar a mujeres reales que brillan en distintos ámbitos.
¿Cómo empezaste en el mundo del deporte y cómo acabaste llegando al triatlón?
Empecé en triatlón a los 13 años. Venía del salvamento acuático, que hacía desde los 9 años. A los 11 comencé también a practicar natación y atletismo. Cuando ya me estaba resultando difícil compaginarlo todo, apareció el triatlón en mi vida, por medio del que entonces era mi entrenador y de Jose Manuel Cruces, que me llevaron a mi primera prueba. Antes ya había visto algún prueba, algún Ironman cuando lo televisaba Eurosport y a Ivan Raña en las Olimpiadas de Sydney.
¿Qué recuerdos tienes de tu primera competición?
Mi objetivo era terminar. Era un triatlón sprint (750 metros nadando, 20 kilómetros de bici y 5 kilómetros corriendo) y tenía 13 años. Me dejaron una bicicleta de carretera con los cambios en el cuadro y allá fui. Fue muy duro y en la carrera a pie iba corriendo a ratitos, caminando a ratitos, pero lo disfruté muchísimo. Aunque llegué la última.
De las tres disciplinas, ¿cuál es la que más te gusta y la que más te cuesta?
Me gustan por igual, pero dependiendo del momento de la temporada o de la carga de entrenamiento, me cuesta una más que otra. Por lo general, sufro más corriendo, pero en pruebas Ironman es lo que mejor se me da.
Está claro que es un deporte físicamente muy exigente. ¿Cómo es tu rutina de entrenamiento?
Entreno todos los días de la semana (incluyendo los días de recuperación activa, en los que se entreno, pero más suave) y no todos los días son iguales. Siempre hago mínimo dos sesiones, que pueden ser natación y bici, bici y carrera, natación y carrera… Y dependiendo de la carga de entrenamiento hay muchos días que también hago las tres disciplinas, más un par de sesiones de gimnasio. En horas semanales, entreno en torno a las 20-25 horas, hasta un máximo de 30 horas.
¿Es difícil ganarse la vida con este deporte? ¿Más en el caso de las mujeres?
Sí, es difícil ganarse la vida. Tienes que cuidar mucho tu imagen y hacerte valer. Yo siempre he tenido mucha suerte y he conseguido grandes marcas que me han apoyado. Ahora estoy en un equipo profesional belga, el ITZU TRI-TEAM, y todo es más fácil. Antes tenía que gestionarme yo todo: buscar patrocinadores, organizar viajes, echar números y depender mucho de los premios en metálico de las pruebas. No me han ayudado más o menos por ser mujer. Las marcas y personas me han apoyado me han valorada como deportista y como persona. Pero sí es cierto que en ocasiones vale más un resultado masculino que un femenino y que si las cosas salen mal, se acepta mejor la justificación masculina que la femenina.
El año pasado quedaste primera en el Ironman de Maastricht. ¿Cómo fue el momento de cruzar en la línea de meta?
Muy especial, de muchos sentimientos, no me lo podía creer. Llevaba desde el kilómetro 28 de la maratón con calambres en las piernas, y a pesar que de que llevaba ventaja suficiente, no me vi ganadora hasta el último kilómetro, porque todo puede pasar en un Ironman. Cuando por fin llegué a la alfombra roja, no podía dejar de llorar, pero no de alegría, sino de dolor. No aguantaba más los calambres de mis piernas y pensaba: ya está, Sale, se acabó el sufrir, has ganado un Ironman. Me lo repetí hasta que a los pocos minutos solté la primera sonrisa. Lo siguiente fue subir al pódium y bajar en silla de ruedas porque no podía dar un paso más.
¿Cuál es tu próximo gran desafío?
De momento descansar. En breve empezaremos a planificar la temporada que viene. Pero me gustaría luchar por ganar otro Ironman y clasificarme para el IM de Hawaii.
Eres muy activa en redes sociales y cuelgas fotos muy bonitas en Instagram. ¿Eres más de hacer fotos o de que te las hagan?
Prefiero que me las hagan, no me gusta estar muy pendiente de hacer fotos y perderme grandes momentos.
¿Y de móvil o cámara?
Desde que tengo el Samsung Galaxy S9+, solo utilizo el móvil. Antes siempre llevaba la cámara a mis viajes, pero ahora con mi móvil, que además es acuático, no necesito más.
Precisamente eres una de las protagonistas de la campaña #somosSMARTgirl de Samsung de este año.
Para mí es un tremendo orgullo. Cuando me lo propusieron ni me lo pensé, me hace muchísima ilusión poder formar parte de este equipo.