Un grupo de chicas está montando por su cuenta el programa espacial de Kirguistán
Son una docena de jóvenes de entre 17 y 25 años

Kirguistán es un pequeño país situado en Asia central que se convirtió en estado independiente tras la desintegración de la Unión Soviética en 1991. Su economía se basa en la agricultura, la ganadería y la minería. De los 195 países del mundo, 72 tienen agencias espaciales, y Kirguistán no es uno de ellos. Aunque esto puede cambiar si sale adelante el Kyrgyz Space Program, un proyecto de crowfunding que pretende enviar al espacio el primer satélite del país, construido, además, exclusivamente por mujeres.
Son una docena de chicas de entre 17 y 25 años que se reunieron por primera vez el pasado mes de marzo en un curso gratuito de robótica organizado por Kloop Media Foundation. Kloop es una agencia de noticias local con una red de colaboradores muy jóvenes comprometidos con la lucha contra la corrupción política y la defensa de los derechos humanos, especialmente los de la comunidad LGTB y las mujeres. Dado que hacen periodismo de datos, hace tiempo empezaron a ofrecer formación en programación y big data a estudiantes de periodismo. Más recientemente han incorporado también la robótica para enseñar a los futuros periodistas a utilizar drones. De las cincuenta personas que se apuntaron a su primer curso de robótica, solo dos eran mujeres, lo que, como explica, Betour Iskender, fundador de Kloop, en una entrada en el blog TED Ideas, es “reflejo de un problema en la sociedad kirguí: las chicas son educadas en la creencia de que la tecnología no es para ellas”. Iskender conoció hace tiempo a través de TED (ambos son colaboradores) a Alex MacDonald, un científico de la NASA que se dedica a viajar por el mundo para promocionar la creación de programas espaciales locales. Juntos decidieron crear el primer programa espacial de Kirguistán, con la particularidad de que debía estar formado, además, por mujeres.

Para ello han recurrido al crowdfunding. A través de la plataforma Patreon, han puesto en marcha una campaña para financiar la construcción y el lanzamiento de un CubeSat, un satélite pequeño y relativamente asequible (al parecer, producir uno sale por unos 150.000 dólares). Se ofrecen varias opciones de financiación, que van desde los 2 dólares a los 1.000 dólares al mes. Más de un centenar de personas se han comprometido ya a dar una cantidad mensual al Kyrgyz Space Program. Gracias a sus aportaciones se han logrado superar ya los dos primeros objetivos establecidos.
El primero les ha proporcionado los fondos necesarios para financiar el curso de formación a las participantes (una docena de chicas de entre 17 y los 24 años que se reúnen dos veces por semana para aprender los fundamentos de la electrónica y la física) y la compra de una impresora 3D. Con el segundo objetivo (1.000 dólares al mes), que acaban de conseguir, podrán construir un prototipo y probarlo aquí en la Tierra. Conseguir 2.500 dólares les permitiría tener el asesoramiento de NanoAvionics, el equipo que en 2014 construyó el primer satélite lituano (también un CubeSat). Con 5.000 dólares podrían pedir los componentes necesarios para la construcción del satélite y con 10.000 dólares al mes, el objetivo final, construirlo y enviarlo a la Estación Espacial Internacional. Esperan que esto suceda en 2020.
No es la primera experiencia de este tipo que se lleva cabo. El programa Copenhagen Suborbitals, con base en Dinamarca, ya ha conseguido, gracias al crowdfunding y el trabajo de sus voluntarios, construir y enviar al espacio seis cohetes y cápsulas espaciales desde 2011.