El hilo de Twitter en el que una madre cuenta que su hija hace ‘bullying’
Y que demuestra que puede pasar hasta en las familias más concienciadas

“Mirad cómo es el bullying de discreto, pillo, cabronazo y difícil de detectar”. Así empieza el hilo en el que la tuitera Cronopia describe los mecanismos del acoso escolar a partir de la historia de dos niñas, amigas de toda la vida, que al llegar a 6º de primaria empiezan a tener algún problema. “Nada importante. Cosas de crías”, apostilla. Una (Tiburcia, nombre ficticio) empieza a juntarse con otros niños y un buen día les dice a sus padres que quiere dejar de ser amiga de la otra niña (Erífila, otro nombre ficticio). Ellos le contestan que muy bien, que es libre de elegir a sus amistades. A raíz de eso, otros niños dejan de jugar con Erífila.
La madre de Tiburcia le advierte: "nada de dejar a nadie de lado, eh. Una cosa es no ser amigas, y otra muy distinta hacerle el vacío a alguien", porque en casa de Tiburcia están muy concienciados con el tema del bullying. — Cronopia (@2Cronopia) 15 de febrero de 2018
Tiburcia explica que no hay problema, que Erífila tiene más amigas y que no está sola. — Cronopia (@2Cronopia) 15 de febrero de 2018
De vez en cuando explica "hoy a Erífila le han dicho tal cosa", pero nunca es un insulto, siempre son pequeñas frases un pelín desagradables pero aparentemente sin importancia.
Hasta que un día Tiburcia llega a casa diciendo que la directora la ha llamado a su despacho para saber qué está pasando con Erífila. Ahí la madre se da cuenta de que pasa algo más. La intervención de la directora parece indicar un problema más serio, así que llama a la madre de otra niña y se entera de que los niños del colegio llevan semanas ignorando e insultando a Erífila, obligándola a cambiarse de mesa en el comedor, etcétera.
Cuando la madre de Tiburcia le pregunta a la niña si ella ha tenido algo que ver, esta lo reconoce, pero de forma vaga."Nadie ha hecho nada en concreto. Una sólo le dijo un día que se cambiara de mesa, Fulanito le tira el anorak al suelo porque se lo ha dicho Agapita, y Tiburcia lo ha visto pero no ha hecho nada".
Nadie ha hecho nada "muy gordo", pero Erífila era una niña que iba al colegio contenta y que tenía muchos amigos y en cuestión de cuatro días se ha convertido en una niña que está sola y que llora todas las tardes. — Cronopia (@2Cronopia) 15 de febrero de 2018
Lo peor de todo esto es que en casa de Tiburcia se ha hablado una y mil veces de qué es el bullying, cómo se origina y qué NO se debe hacer para convertirse en una acosadora. — Cronopia (@2Cronopia) 15 de febrero de 2018
Y lo otro peor es que "Tiburcia" no es Tiburcia: es mi hija mayor.
Le he preguntado cómo ha podido hacer algo así y, después de pensar unos segundos, ha dicho: "pasa sin que te des cuenta". — Cronopia (@2Cronopia) 15 de febrero de 2018
La tuitera acaba preguntándose por qué cuando se habla de bullying salen personas reconociendo haberlo sufrido, pero los que fueron acosadores nunca hablan, y les anima a admitir su responsabilidad. Algunos han decidido hacerle caso:
Lo siento mucho. — Diego A. Godot (@DiegoconJdevaso) 16 de febrero de 2018
Lo peor es que hasta hace poco no se ha empezado a 'entender' que todo el acoso puede causar estigmas que pueden marcarnos por muchos años e incluso no irse nunca.
Yo lo he notado con mi comportamiento y es una pena no poder cambiarlo, porque ya es automático.
Yo le hice mucho bullying al maricon de mi clase en Primaria, le pedi perdon ya en Bachillerato y desde que salio del armario le apoye a tope, la gracia es que luego el dio la cara por mi cuando sali del armario. — Merida Vitamínica 🍍 (@MeridaCabreada) 16 de febrero de 2018
Porque la gran mayoría fuimos algo aún más terrible: fuimos espectadores mudos. Ser tan cobarde es algo más común que ser acosador, y facilita y perpetua el acoso. Nadie lo dice, pero la mayoría lo fuimos, aun sin ser conscientes pasados los años — Raquel 🌃🥝🥀 (@raquelarbe) 16 de febrero de 2018
En mi infancia en los 60-70, era la cosa mas normal del mundo, todos lo tenían asumido asi: "cosas de niños", "defiendete y se hombre" — Manolo The Linx (@MLiceranNieto) 16 de febrero de 2018
Ésos eran los comentarios más habituales, y en las familias, las bofetadas, o la correa eran normales... fue una época de violencia asumida 😠
En realidad, el acoso en las aulas sigue siendo muy habitual en España. Según un reciente informe de Save the Children, afecta a uno de cada cuatro alumnos de primaria y a uno de cada diez de secundaria. El 9,3% de los niños de entre 12 y 16 años encuestados por la organización reconoció haber sufrido acoso en los dos meses anteriores y el 6,9% dijo haber sido víctima de ciberbullying.