Así luchará Wonder Woman contra el acoso sexual
La película ha sido la primera en adherirse al nuevo código contra los abusos que regirá en Hollywood

El Gremio de Productores de América (PGA, en sus siglas en inglés) aprovechó la celebración de sus premios este sábado para anunciar que la secuela de Wonder Woman ha sido la primera película en adoptar sus nuevas directrices contra el acoso sexual. La segunda parte de la cinta se empezará a rodar este verano y se estrenará en el último trimestre del año que viene. Gal Gadot repetirá en el papel de Mujer Maravilla y Patty Jenkins como directora, pero Brett Ratner no será otra vez el productor. Ratner ha tenido que desvincularse del proyecto después de que seis mujeres le denunciaran por acoso.
La asociación de productores hizo público el viernes el listado de medidas con las que pretende atajar esta plaga destapada a raíz de las denuncias contra otro de los suyos, Harvey Weinstein. Un grupo de trabajo lleva los últimos meses desarrollando la guía, que comienza definiendo lo que constituye acoso sexual y ofrece una serie de recomendaciones para intentar evitarlo.
El objetivo es acabar con los casos de acoso quid pro quo (es decir, que se concedan o nieguen trabajos o beneficios laborales a cambio de actos sexuales) y con los “entornos laborales hostiles”, consecuencia de comportamientos verbales, físicos o visuales “graves o generalizados” que creen un ambiente intimidante, hostil u ofensivo o que interfiera con el trabajo. La guía pone algunos ejemplos de lo que no se debe hacer: comentarios o bromas explícitamente sexuales (también por email), tocamientos inapropiados o mostrar imágenes o hacer gestos sexualmente explícitos. “Un abrazo, un beso en la mejilla o un contacto casual no son necesariamente acoso sexual. La clave es si el comportamiento ha sido no deseado u ofensivo”, aclara la guía, que indica también que las personas que no son víctimas directas de esos comportamientos inadecuados pueden sentirse violentadas por ellos.
Entre las recomendaciones que propone:
- La primera es, obviamente, cumplir con la legislación sobre acoso, porque sí, el acoso es un delito.
- También recomienda que en todas las producciones, independientemente del medio o de su presupuesto, se ofrezca formación anti-acoso presencial a todos los miembros del casting y del equipo antes de que empiece el rodaje o antes de cada temporada en el caso de la series. La guía aclara que esa formación no deber perseguir “evitar la responsabilidades legales”, sino fomentar “una cultura del respeto que debe empezar por arriba”.
- No basta con esa formación inicial, los productores deben continuar con los esfuerzos para evitar el acoso durante todo el proceso de producción.
- Deben ofrecer diferentes cauces para denunciar los casos de acoso, proponiendo contactos en distintos niveles organizativos y en distintos lugares si procede (por ejemplo, si una serie se graba en Nueva York pero tiene guionistas en Los Ángeles).
- Recomienda que las denuncias de acoso sean “escuchadas con atención y empatía” y que si un miembro del equipo denuncia un incidente de acoso, y hasta que la investigación avance, se asuma que el denunciante está siendo sincero, sin olvidar la presunción de inocencia del acusado.
- Los productores deben estar alerta ante la posibilidad de represalias contra el empleado que haya denunciado el acoso y tomar medidas para que estas no se produzcan.
Por último, la guía acaba con un pequeño protocolo para que las víctimas sepan qué hacer en estos casos. Básicamente recomienda contactar inmediatamente con las autoridades correspondientes y anotar y guardar toda la documentación relevante para el caso, prestando especial atención a fechas y lugares. También propone que, en el caso de comportamientos que no sean ilegales, pero que puedan hacer sentirse incómodo a alguien, esa persona hable directamente con el responsable para aclarárselo.