Un robot para ayudar a los niños a caminar
Hablamos con Elena García, la creadora del primer exoesqueleto pediátrico del mundo

Elena García Armada es ingeniera industrial, investigadora del CSIC y la ganadora del Premio MAS SMARTgirl by Samsung, un galardón concedido a una mujer al frente de un proyecto innovador que a través de la tecnología esté contribuyendo al progreso social. Este proyecto es la creación del primer exoesqueleto pediátrico del mundo, y su origen se remonta a una década atrás. Por aquel entonces, García Armada trabajaba en el Centro de Robótica del CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid. Allí investigaba cómo reproducir los mecanismos de la locomoción humana en robots para su aplicación industrial. En 2006 recibieron la visita de una pareja, los padres de Daniela, una niña de 6 años con tetraplejia. “Habían oído que existían unos robots llamados exoesqueletos que podían ayudar a las personas con paraplejia a caminar, pero, tras consultar a las empresas fabricantes, se encontraron con que los exoesqueletos del mercado únicamente estaban indicados para adultos con paraplejia, es decir, con parálisis solo en piernas y movilidad en tronco y brazos. Querían saber si podríamos ayudarles a que su hija, con tetraplejia, pudiera utilizar un exoesqueleto”, cuenta.
Lamentablemente, existen muchos casos como el de Daniela. En el mundo hay 60 millones de personas afectadas por enfermedades que les impiden caminar. De ellos, 17 millones son niños y adolescentes afectados por enfermedades neuromusculares, parálisis cerebral, lesión medular, espina bífida, esclerosis múltiple y un largo etcétera. En España son unos 120.000 y en Europa, 700.000. La pérdida de la marcha les provoca importantes complicaciones de salud que se suman a su enfermedad y condicionan de forma importante su calidad de vida. A veces incluso la acortan. “El momento más dramático para estas familias, una vez que ya han asumido la enfermedad de sus hijos, se produce cuando dejan de caminar de manera irreversible”, asegura la experta en robótica.
El desafío plantado por los padres de Daniela suponía, además de un reto científico, la oportunidad de resolver un problema social. García Armada se lanzó de lleno a ello y fundó Marsi Bionics, un spin off del CSIC y la UPM dedicado al desarrollo de exoesqueletos pediátricos. Un exoesqueleto es un dispositivo que el paciente viste encima de la ropa y que le ayuda a reproducir el movimiento de caminar. Se trata de un armazón robotizado que incorpora músculos artificiales para conferir movilidad a las articulaciones de las piernas. Estos músculos artificiales se adaptan a los síntomas de cada enfermedad neurológica, y el niño puede, si tiene movilidad o fuerza residual, comandarlos. Son dispositivos portables que se pueden usar en casa, en la calle, el colegio, etcétera. Cumplen un doble propósito: no solo ayudan a la movilidad, sino que también son una terapia de rehabilitación.

El proyecto estrella de Marsi, su mayor logro hasta la fecha, es Atlas, “un exoesqueleto único en el mundo”, según su responsable. Se ha probado con éxito en los hospitales San Joan de Déu de Barcelona y Ramón y Cajal de Madrid. Lo han utilizado un total de once niños con atrofia muscular espinal, la segunda enfermedad neuronal motora más frecuente en la infancia y también la más grave. “La valoración de los médicos ha sido muy favorable, y aunque en tan poco tiempo de pruebas es difícil llegar a conclusiones en lo que respecta a su impacto sobre el desarrollo de la enfermedad, sí ha quedado patente su influjo positivo en la calidad de vida de los niños”. Que esos niños que no pueden caminar vean de pronto que sí pueden hacerlo tiene un beneficio psicológico evidente. Esto les anima a seguir utilizando el exoesqueleto, lo que se espera que retrase complicaciones asociadas a estas enfermedades como la escoliosis, que limitan su esperanza de vida.
Actualmente cualquier hospital puede disponer del exoesqueleto, a través de un convenio de investigación con Marsi Bionics. El siguiente paso es conseguir que los niños puedan utilizarlo en su día a día. “No hay nada que me llene más que ver la sonrisa de estos niños cuando se ven caminando”, asegura Elena García Armada. “Es un momento emocionante. Pero también es enorme la responsabilidad que sentimos al saber que tenemos un tiempo muy limitado para llevarlos al mercado. Hablamos de enfermedades degenerativas muy graves, y el tiempo no espera”.
La web de Marsi Bionics está llena de mensajes de padres deseando que sus hijos puedan utilizar un exoesqueleto. Pero como cualquier dispositivo médico, tiene que ser certificado para ser comercializado, y el proceso no es precisamente fácil. Antes al contrario, es complejo, largo y muy. muy caro. “El coste de la certificación y de todo el proceso previo a la comercialización es muy elevado. La suma total ronda los 2 millones de euros”, explica la responsable de Marsi. Están utilizando distintas vías para conseguir el dinero, entre ellas, el crowdfunding. “Nunca dejaremos de estar agradecidos a todas las personas que están haciendo posible este proyecto. Otra fuente de financiación importante ha sido la entrada en el proyecto de Escribano Mechanical and Engineering, socio industrial que ha hecho posible la industrialización de los exoesqueletos. Organismos nacionales como CDTI y Enisa también financian parcialmente este proceso y, por último, la Comisión Europea está contribuyendo en gran medida a financiar el plan de comercialización en Europa, ya que este proyecto es estratégico a nivel global”.
Este galardón especial MAS SMARTgirl by Samsung otorgado por el jurado de los PREMIOS MAS, que incluye una dotación económica por parte de la compañía coreana, también será una ayuda importante. “Se trata de un reconocimiento al esfuerzo en investigación, la transferencia tecnológica y el liderazgo de un equipo humano. Estos deben ser pilares fundamentales de nuestra sociedad para lograr cumplir el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas. En nuestro caso, de los niños. Estos valores fundamentales son los que Samsung ha decidido premiar y su aportación se sumará al esfuerzo que se realiza para continuar haciendo realidad un proyecto que es una esperanza para millones de familias en todo el mundo”, asegura la investigadora. Por su parte, Alfonso Fernández, director de marketing corporativo de la compañía, asegura que es “un orgullo para Samsung apoyar y dar visibilidad a este tipo de iniciativas que, a través de la tecnología, contribuyen a hacer un mundo mejor. Más aún en un caso tan innovador y comprometido con l@s niñ@s como es el proyecto Atlas. El talento de Elena García es merecedor sin duda del galardón MAS SMARTgirl by Samsung”.

Este reportaje se publicó primero en el tercer número de nuestra edición en papel.