La depresión afecta de forma diferente al cerebro de hombres y mujeres
Los expertos aseguran que su tratamiento y prevención deberían tener en cuenta esas diferencias
La depresión es uno de los trastornos mentales más frecuentes, aunque, según datos de la OMS, afecta en mayor medida a las mujeres. Además, la enfermedad afecta de manera distinta a sus cerebros. Según un reciente estudio encabezado por el doctor Benoit Labonté, del centro canadiense de investigación neurológica CERVO, esta diferencia podría tener una base genética.
El equipo de Labonté estudió el ARN (uno de los ácidos nucleicos que participan en la síntesis proteica y el transporte de la información genética) del cerebro de 13 hombres y 13 mujeres que sufrían depresión severa en el momento de morir. El mismo análisis se llevó a cabo en otros 22 cerebros de personas fallecidas que no la padecían. Analizaron en concreto la expresión génica, que es el proceso mediante el cual las células transforman la información codificada por los ácidos nucleicos en las proteínas necesarias para su desarrollo, funcionamiento y reproducción.
Los investigadores confirmaron que la depresión afecta a la actividad de las neuronas de diferentes regiones del cerebro tanto en hombres como en mujeres. Pero concluyeron que solo entre el 5% y 10% de los genes estudiados habían sido afectados de la misma manera en ambos sexos. “Incluso en los casos en los que la expresión de los mismos genes era modificada por la depresión, a menudo era de manera contraria, por ejemplo, sobreexpresada en los hombres deprimidos e infraexpresada en mujeres”, explica Labonté. En su opinión, las diferencias son tan importantes que “habrá que tener en cuenta estos datos a la hora de buscar nuevos tratamientos contra la depresión y dirigirlos según el género del paciente”.
Otra reciente investigación realizada en Reino Unido también sugiere que ambos sexos experimentan la depresión de forma diferente. En este caso lo que hicieron fue exponer a adolescentes (entre 11 y 18 años) deprimidos a palabras e imágenes felices o tristes, y midieron la respuesta de sus cerebros a través de resonancia magnética, comprobando que las regiones del cerebro que se activaban eran distintas en chicos y en chicas.